-Alma, por favor -me miró fijamente mientras se cruzaba de brazos -¿por qué eres tan terca? Además es mi casa, puedo hacer lo que quiera, yo mando aquí -sus pensamientos no eran muy agradables, pero no me molestaban, ya estaba acostumbrada a escuchar lo que pensaba todo el mundo, bueno, excepto los ángeles, nosotros somos incapaces de leer las mentes entre nosotros mismos ¿por qué? No lo sé y tampoco era algo que me incomodara o apeteciera saber.
-No me voy a mover de aquí -giré mi cuerpo de tal forma que quede mirando el respaldo del sofá.
Quien sabe cuanto tiempo me quede mirando el sofá, pero ya no sentía la mirada de Raúl clavada en mi espalda, por lo cual deduje que ya se había ido a dormir, ya que hace unos minutos escuché algunos pasos sobre el suelo de madera, la luz no estaba apagada, la pequeña sala estaba encerrada en una paz tan parecida a la de mi mundo.
Me levanté del sofá y me di cuenta que la luz realmente no estaba encendida sino que más bien la luz provenía de la gran ventana detrás del sillón.
La noche paso como todas las anteriores, miré a Raúl durante las ocho horas que dormía, ojala pudiera meterme también en sus sueños, quizá sería más interesante que sólo verlo dormir.-¡Alma! -me gritó entrando a la cocina -¿Qué pasó? -cerró las llaves de la estufa y tapó el sartén que estaba sobre ésta.
-¿Qué?
-¿Qué no hueles? Se está quemando algo
-Lo siento, quería hacer el desayuno -dije con inocencia, aunque realmente sabía que había sido un error, jamás había cocinado, morí hace tanto que había olvidado tantas cosas ya.
-Si, no te preocupes, solo... ¿no sabes cocinar? -me preguntó tan sarcástico y con ese tono de diversión en su voz.
-Bueno, no somos perfectos -volví a sonreír
-Bueno, si, tienes razón, pero pienso que mejor me dejes cocinar a mi -me hizo a un lado.
-Está bien -intenté aparantar un tono de decepción.
-¿Te gustan los huevos con tocino?
-¿Qué es eso? -abrí los ojos a más no poder.
-¿Cómo que no sabes que son los huevos con tocino? -dio una carcajada -¿de qué planeta vienes?
-Pues de ¿dónde más? -reí nerviosa -del mismo que tú
-Ya sé, solo era una broma -se aproximó al refrigerador y sacó unos objetos, parecidos a una pelota de golf, pero más alargados -tú juntate conmigo y veras que en unos días serás la mejor chef -Claro, él antes ya había quemado su cocina, unas ummm... Diez veces
-Si, claro -le sonreí disimulando mi cara llena de sarcasmo.
Los días seguían pasando, Raúl ya se había acostumbrado a mi compañía las 24 horas, y yo ya me había acostumbrado nuevamente al sabor de la comida humana. De vez en cuando iba a visitar a mi padre, pero claro, con discreción, no quería que Raúl supiera de mi existencia y la de mi mundo.
Claro, no lo voy a negar, él sospecha ya algo, pero siempre se me ocurría algo como pretexto para disfrazar mis desapariciones por unos períodos de tiempo largos, como dije antes, el tiempo no es nada y lo es todo en mi mundo.-Si papá, pero ya me tengo que ir antes de que Raúl sospeche más
-Si, pero que no se te olvide, ten cuidado con el portal, no queremos un accidente como el de la vez pasada -Si, había salido expulsada por el espejo de la sala, en vez del de el baño.
-No te preocupes, todo ya está calculado, sé que debo hacer para no exponernos
Me dirigí con cautela hacia el portal de los mundos y con sumo cuidado entre por éste, pero de nuevo falle, bueno no, solo que Raúl no se había dado cuenta de mi ausencia y estaba en el baño, dándose una ducha y cuando caí, aún transformada en ángel, él estaba secando su abdomen.
Los dos gritamos de sorpresa, él claro, porque no entendía nada, por su cabeza pasaba ¿que eran mis alas?¿y por qué había salido del espejo? Y yo porque fallé, expuse a mi raza, a mi tribu.-¿Qué eres? -me preguntó asustado, bastante, diría yo, además retrocedía como si fuera una presa y yo su depredador y por supuesto no era así.
-Raúl, yo, yo puedo explicarlo -justo en ese momento ocurrió lo peor, mi transformación.
-No, no me expliques, tú, tú eres un fenómeno
-Raúl, por favor, escúchame -me acerqué a él -soy tu ángel, sé que suena tonto, pero el día de tu accidente... -me interrumpió.
-¡Cállate! Tú no eres real
-Déjame explicarte -toque su piel desnuda y aún húmeda por las gotas de agua.
-¿Qué eres?
-Ya te lo dije, soy tu ángel -esto iba en contra de las reglas, pero él no tenía porque tenerme miedo.
-¿Cómo que mi ángel? Explicate, pero sin acercarte -uso su toalla como escudo protector.
-Está bien -retrocedí -soy tu ángel guardián, el día de tu accidente ocurrió un choque entre mundos, yo siempre he estado a tu lado, pero no podías verme
-¡Tu estás loca! -me gritó alarmado.
-No y puedo mostrarlo -le hice una seña para que me siguiera y se colocara frente al espejo lleno de vapor, limpie éste y me coloqué enfrente, se podía ver mi mundo, pero quizá él solo viera mi reflejo, pero mi reflejo como un ser inmortal.
-¿Por qué? -era claro que tenía muchas preguntas.
-Te lo voy a explicar, pero no me tengas miedo -le tendi mi mano, esperando a que la tomara.
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Tú, Yo y tu ángel
FanfictionSe cree que cuando se nace se nos es asignado un ángel, éste nos protegerá de todo mal y nos ayudará en el largo camino de la vida, cuidando que no tropecemos con las piedras caminando de nuestra mano. Absolutamente nadie puede ver a su ángel, es in...