-No, no es eso, oculto cosas para protegerte, no quiero que nadie te haga daño
-Siendo inmortal nadie me hará daño
-Los de alas negras si, así que no insistas -me crucé de brazos.
-Estaremos juntos, y con tu ejército tampoco nadie podrá hacer nada al respecto, digo, si no lo hicieron antes ¿por qué hacerlo ahora? Nadie los ha derrotado, a eso me refiero, justo a eso
-Ya te dije, todo llega a su tiempo, tú tienes vida, un corazón, un alma, lo tienes todo ¿para qué renunciar a algo que parece sacado de ciencia ficción?
-¡Es que no me estás entendiendo!
-Puedo leer tu mente ¿recuerdas? -le recordé -entiendo perfectamente lo que dices, no es necesario que me des muchas explicaciones, solo me parece que lo qué estás pensando es muy drástico, tonto
-¿Crees que no iré al cielo por hacer eso?
-Me da igual si vas o no, ese no es el punto ahora
-¿Entonces cuál es? ¿Cuál es el motivo de nuestra discusión? Si no comprendo lo que dices explicame -ya a este punto sonaba algo molesto.
-Que quieres hacer las cosas mal, sabes que la vida ni la muerte son fáciles, los dos son opuestos pero se complementan, no se puede mantener uno sin el otro, es cuestión de equilibrio ¿entiendes eso?
-Si, así como entiendo la diferencia entre ser mortal e inmortal, entiende tú también que nosotros como mortales somos sumamente frágiles
-Un ángel también puede ser destruido -mis palabras lo dejaron petrificado.
-¿Se vuelven demonios?
-Angeles caídos -lo corregí.
-Para ti ¿qué son los ángeles caídos?
-Ummm... Demonios alados -eso sonó más a pregunta que a respuesta, al final termine usando la palabra demonios, todo se remitía a eso demonios, creo que el cielo y el infierno, los ángeles y los demonios terminaban encapsulados en el Ying y el Yang, no hay mejor forma de representar eso, simplemente somos un contraste, blanco y negro, el mundo mortal es el gris, el portal, la conexión.
La tarde comenzó a nublarse, parecía ser que una tormenta se avecinaba, pero la idea no me agradaba mucho, este clima era perfecto para los de alas negras, nosotros eramos vulnerables.
-Tus ojos -me informó Raúl, pero aunque no lo hubiera hecho lo sentí.
-Raúl, el peligro está muy cerca de ti -lo tomé de la mano y lo jale hacia mi para que se levantara.
-¿Qué haces?
-Te estoy protegiendo, necesito ir con mi padre, tú quédate aquí -le di la indicación al entrar por la puerta corrediza -por ningún motivo vayas a salir de aquí, ellos vienen por ti
-¿Pero por qué?
-Estuviste en mi mundo, ellos deben de pensar que tú y mi mundo pertenecen a la misma realidad - hice una pausa -Raúl no quiero perderte así que por favor, no hagas una tontería -le pedí, casi suplique mientras me acercaba a la ventana, por la cual entraba demasiado viento y movía con malicia las cortinas -regresaré lo más pronto posible -cerré la ventana y me aseguré que la puerta tuviera seguro.
-Paloma, no soy un niño, no estarás aquí, así que puedo salir de aquí si yo quiero, aunque a ti no te guste
-Raúl, si lo haces juro que no voy a volver
-No puedes abandonar tu puesto de ángel así porque si -no sabía si tomar eso como una amenaza o advertencia.
-Está bien, veamos quien tiene la razón -salté directo al espejo para volver a aterrizar a frente a los pies de mi padre, pero esta vez, estaba con Luis.
-¿Qué haces aquí? Sabes que en este clima es sumamente esencial que los guardianes estén con sus protegidos -creo que era una especie de sermón lo que acababa de escuchar.
-Papá los ángeles de alas negras vienen por Raúl
-¿Y por qué? ¿Qué hiciste Paloma?
-Nada papá, no sé por qué vienen ¿qué debería hacer en estos casos?
-Paloma, sabía que dejar que cuidaras de Raúl era un grave error, tú no eras ángel para él -debo admitir que eso me dolió.
En un instante todo mi mundo se vio sacudido por una fuerza extraña que tal parecía provenía de la Tierra de mortales.
-¿Qué pasa? -hasta Luis parecía sorprendido.
-No sé, Paloma, regresa a tu encargo -ordenó mi padre.
-Si, papá - estaba muy asustada como para enfrentar a mi padre, solo salte de nuevo por el portal y caí de nuevo impactando contra el suelo -¡Raúl! -exigí una respuesta, la cual nunca llegó, la ventana estaba abierta y las llaves de la puerta ni siquiera figuraban en mi plano de visión, Raúl había escapado.
Mire por la ventana en busca de la motocicleta de Raúl unos tres pisos abajo, justo frente al poste del alumbrado público, en dónde siempre estaba, pero no, ahí solo había una gran mancha de agua, resultado de la lluvia y humedad que producía sobre el cemento de la acera.
Observe todo el perímetro, no había ni un alma caminando por las calles, por lo cual decidí arrojarme por la ventana, mala idea, no pude controlar mi caída, porque mis alas se mojaron y al casi aterrizar ocurrió mi transformación.
No sabía por dónde empezar a buscar a mi protegido, solo sabía que corría peligro, podía sentirlo y las gotas de lluvia y el viento frío no me ayudaban mucho. Después de un rato de pensar lo obvio, llegué a la conclusión de que Raúl debía estarse dirigiendo a la autopista, sus pensamientos fueron claros antes de que me fuera, pero éstos se estaban nublando de mi mente poco a poco, estaban desapareciendo, así como el rastro de mi protegido.Él solo quería estar bien, a mi lado, pero siendo inmortal iba a sufrir, en especial, los primeros años después de su metamorfosis. Todos sufrimos al dejar de ser humanos, es difícil y no dudaría ni un segundo que él llegara a arrepentirse de haber terminado con su vida tan abrupta mente.
ESTÁS LEYENDO
Tú, Yo y tu ángel
FanfictionSe cree que cuando se nace se nos es asignado un ángel, éste nos protegerá de todo mal y nos ayudará en el largo camino de la vida, cuidando que no tropecemos con las piedras caminando de nuestra mano. Absolutamente nadie puede ver a su ángel, es in...