Capítulo 06

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Al menos había solucionado las cosas con Raúl, no era lo mismo, porque a veces si lo asustaba, más cuando tenía que ir a hablar con papá, pero me sentía tan bien no tener que ocultarme porque Raúl ya sabía mi secreto.

-Vamos a comer, yo invito

-Ah -alargue la expresión -sobre eso, no me gusta la comida humana

-¿Y entonces por qué comías conmigo todo este tiempo?

-Porque tenía que mantener un secreto ¿recuerdas? -le dije obvia.

-Buen punto, entonces cocinaré algo

-Vamos -me levanté del sofá y lo guíe hasta la cocina.

-¿Y qué sabes sobre eso de transportarse a tu mundo?

-No he podido hablar con mi papá -me recargué en la barra de la cocina.

-Sobre tu papá... ¿Él que es?

-¿Cómo que qué es? -pregunté confundida.

-Si, cuando me explicaste todo esto me dijiste que él era un arcángel ¿no? -me preguntó mientras vertía una poco de aceite en una cacerola.

-Si -respondí más cómo pregunta que afirmación, no entendía a dónde se dirigía esta conversación.

-Ya más o menos me explicaste que es un ángel ¿pero qué es un arcángel? ¿De dónde nacen?

-Ah, bueno, los arcángeles son una rango más superiores a los ángeles, son los que suelen tomar las decisiones en mi mundo, y ellos no sé precisamente de dónde viene, al parecer alguna vez fueron ángeles, pero al llegar a cierta edad o antigüedad sin cometer algún pecado se convierten en superiores

-Necesito aprender mucho sobre tu mundo -rodó los ojos.

-Tu mundo es más complejo que el mío -lo miré, él tenía la cabeza baja, esto le facilitaba ver que sus alimentos no se quemaran en la estufa.

-¿Qué pasa si el protegido se enamora de su ángel? Digo, ya me explicaste antes un poco de lo que pasaba al revés, ustedes tienen un castigo, que aún no sé que es, no me has explicado eso

-Bueno, realmente no sé si pase algo, para ustedes es comprensible, el amor es algo natural aquí y nosotros somos seres perfectos, no es difícil que alguien se enamore de nosotros

-Ya veo... -Aunque no sé si este haciendo bien o mal, no quiero meterla en problemas ni mucho menos, ella puede ser castigada por mi culpa y ese castigo duraría siglos mientras mi vida solo durará unos años más -sus pensamientos me alarmaron un poco, esa pregunta tenía razón de ser y claro, era yo.

-Por cierto, hay otra cosa que debo decirte

-Claro, dime -me miró rápidamente y me dedico una sonrisa fugaz.

-Me llamo Paloma -dije con rapidez -Significa símbolo de paz

-¿Entonces también me mentiste en eso?

-Perdón -hice un gesto de súplica.

Raúl se quedó en silencio durante un largo rato, yo solo lo miraba, había algo en su alma, que me atraía radicalmente a él, era una vibra extraña, nunca la había sentido, parecía que los latidos de su corazón resonaban sobre mi pecho y era raro para mi escuchar nuevamente ese sonido, aunque me agradaba.

-¡Ya sé! -grité emocionada, mala idea, provoque que Raúl despertara de su siesta.

-¿Qué pasa? -me preguntó aún adormilado.

-Perdón -sonreí involuntariamente.

-¿Pasa algo? -realmente no, o bueno si, creo que tenía una teoría del por qué podía verme.

-No sé si deba decírtelo

-Mmmm... Creo que son asuntos de ángel, así que no me importa -acomodó su almohada y me dio la espalda para continuar durmiendo.
Yo aproveche su ausencia para ir a visitar a mi padre.

-¿Qué haces aquí Paloma?¿y Raúl?

-Esta durmiendo como siempre que vengo -mi padre aún no sabía que Raúl tenía conocimiento de nosotros.

-Está bien ¿qué sucede hija?

-Tengo una teoría -caminé de un lado a otro frente a mi padre.

-¿Qué tipo de teoría y acerca de qué?

-Sobre el por qué Raúl puede verme, dices que nunca se había visto, o bueno, no sabías de un caso similar

-Aja ¿cuál es tu teoría?

-Mi mamá tiene algo que ver con esto

-¡Paloma! -dio un grito estruendoso, que seguramente en la tierra de los mortales fue algo parecido a una relámpago y después nada, solo se movieron un poco las nubes sobre las cuales estaba parada.

-¿Qué fue eso? -me eleve un poco con la fuerza de mis alas para no caer, ya que la nube sobre la cual estaba parada desapareció, todo por obra de la furia de mi padre.

-No lo sé

-¡El portal esta averiado! -gritó Miguel, uno de los ángeles más jóvenes y por cierto más atractivo.

-¿¡Qué?! -le hice secuela, con un grito de terror -¿Raúl? No puedo dejar a Raúl solo

-Eso debiste pensar antes de venir aquí a hacerme enojar, sabes lo que pasa cuando lo hago -me regañó.

-Raúl no se puede quedar sin mi protección

-Tranquila, le diré a Luis que lo cuide en lo que solucionamos esto -Luis era la mano derecha de mi padre, él no cuidaba a nadie, solo merodeaba en el mundo de los mortales por si había un problema.

-Gracias papá -me asustaba un poco que Luis supiera del secreto entre Raúl y yo.

-Miguel quédate con Paloma, permanezcan juntos, no quiero más problemas

Mi padre se alejó de nosotros, seguramente iba con todos los arcángeles para buscar una solución rápida a todo lo que según él yo había provocado aunque realmente el del problema de furia era él.

-¿Qué lo hizo enojar tanto?

-Yo -puse los ojos en blanco -nadie más lo hace enojar tanto como yo -me posicione otra vez sobre la nubes.

-¿Qué le dijiste?

-Mencioné a mi madre -le respondí con desánimo, era demasiado raro que mi padre se pusiera así tan solo de mencionarla.

-¿Tu madre? ¿Y ella en dónde está? -sus ojos se inundaron de curiosidad.

-No lo sé, cuando llegué ella no estaba

-Que extraño -frunció el ceño, hasta para él era rara la situación -¿Tú eres una ángel de sangre pura? -de nuevo hizo esa expresión de absoluta curiosidad.

-No, yo tengo esencia de mortal, mi madre no era un ángel como papá

-A ver déjame entiendo, tú papá ¿ya era ángel desde antes? -jamás me había cuestionado eso -¿o él igual era un mortal?

-Hasta dónde yo sé él conoció a mi mamá unos años antes de que yo naciera, pero murió unos meses antes de que yo viera la luz por primera vez

-¿Tu papá sería capaz de mentirte? -buena pregunta, puede que me estuviera mintiendo en algo.

Tú, Yo y tu ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora