No había forma de que pudiera conciliar el sueño.
¡¿Como dormir tranquilamente después de lo que vio hace unas horas?!Recapitulemos los hechos que lo tenían a rabiar.
Alfred esperó por horas a que ambos volvieran del lago hasta que la madre de Arthur, Alice, le ofreció enseñarle su habitación. Estaba ubicada en el segundo piso y tenía una hermosa terraza con flores que crecían desde el primer piso. No tardó en salir por las hermosas puertas francesas pintadas de blanco para observar las extensas tierras de los Kirkland.
Lo sorprendió el aire frío de la noche y la claridad proporcionada por la luna, estaba tan ensimismado en saber cuándo regresarían que no se había dado cuenta de cuantas horas habían pasado.
Se apoyó en la baranda metálica mientras observaba el camino que tomó Arthur horas atrás después de golpearlo.
Sin pensarlo tomó su mejilla, sobándola.Sonrío por lo ocurrido.
De algún modo se imaginaba que algo como eso podría pasar, era uno de los escenarios que se paseaban por su cabeza, aunque hubiera preferido la alternativa del abrazo y el beso del reencuentro.
Si... Esa hubiera sido inolvidable.Sus pensamientos se interrumpieron al visualizar la figura de su primo y Arthur saliendo del bosque. Quiso llamarlos desde su terraza pero vio que Matthew se detenía frente a Arthur como si estuviera diciéndole algo muy importante. Arthur tardó un poco en responder pero cuando lo hizo se había lanzado a los brazos de su primo.
¡¿Qué rayos estaba pasando?!
¡Y como si no fuera suficiente Matt le acariciaba la cabeza con cariño mientras se abrazaban como si nunca quisieran soltarse!
Pero la cereza del pastel fue cuando se alejó un poco de Arthur, y este lo tomó de sus mejillas levantando su rostro hasta el suyo lentamente.
Un maldito beso.
O eso parecía desde su distancia.
Pero era imposible ¿verdad?
Es decir, Matthew, Matt, su querido primo jamás le haría algo así. Jamás.
Debía de admitirlo, tenía una ligera impresión, desde antes de que Matthew y Michelle hablaran con él ese día. Su primo siempre estaba muy atento a sus historias sobre Arthur, siempre leyendo sus libros, siguiendo sus entrevistas y cada cosa en la que su nombre estuviera involucrado. Siempre preguntando sobre Arthur insistentemente.Alfred podía ser distraído, pero no era tonto.
Y el día en que Michelle y Matt lo encararon solo lo confirmó. Estaba apunto de gritárselo.
Otra vez, era distraído pero no idiota.
Matthew estaba enamorado de Arthur.
¿Entonces porque lo trajo? ¿Porque invitar a su "enemigo"?
Fácil, mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca.No era que considerara a Matt un enemigo, es más, Alfred esperaba, en serio, que Matt lo ayudara, de lejos era el más razonable de los dos y siempre fueron como hermanos, compartió todas sus alegrías, temores y sueños con él.
Confiaba en su primo.
Confiaba en que él, a pesar de su amor por Arthur, lo ayudaría.
Porque era Matthew, la persona más honesta y bondadosa del planeta, siempre razonable y que jamás ambiciona algo para sí mismo si es que eso hiere a alguien más.
Y Matt sabía lo mucho que Alfred amaba a Arthur. Jamás lo traicionaría.
Podía sonar egoísta pero el único con derecho a amar a Arthur y que Arthur le correspondiera era solo suyo. Y de nadie más.Alfred intuía que Matthew era consciente de ello.
Entonces, ¿cómo interpretar lo que acaba de ver?
¿Como tomar el hecho de que los viera entrar tomados de la mano?
Tal vez necesitaba un descanso.
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Buscame cuando cumplas 18
FanfictionEl pequeño Alfred de 6 años viaja a Inglaterra con su madre y sus dudas acerca de que es el amor, y a pesar de que Emily intenta explicarle, lo unico que entiende es que es un sentimiento especial que se siente por una sola persona. Y cuando conoce...