Cuando Saroya retrocedió la mano una vez más para golpear el rostro sonriente de Lothaire, su expresión se volvió mortal. —Una vez es perdonado, diosa, pero dos veces resultaría imprudente.
Su mano vaciló. Lothaire era un asesino notorio, y mientras estuviera atrapada en esta cáscara mortal, Saroya era vulnerable.
Aunque su espíritu continuaría después de la muerte de esta humana, tal como siempre lo hacía, este era el cuerpo que ella quería.
Saroya estaba determinada a mantenerlo sano y salvo. Para eso, ella necesitaba la ayuda de este vampiro.
Irritante.
—Libérame, Lothaire.
Sin decir una palabra, lo hizo. Ella dio un paso atrás, inspeccionándolo por primera vez en años.
Por supuesto que había cambiado poco, estaba congelado para siempre en esta forma inmortal. Era al
menos de seis pies y medio de alto, delgado, pero musculoso. Sus rasgos eran perfectos, barba dorada cubría su amplia, mandíbula masculina y su fuerte mentón hendido. Su pálido cabello era denso y lacio, largo hasta la altura del cuello —ahora manchado de sangre. —¿Has matado? ¿Sin esperarme?
—Para llevar a cabo tú fuga de la cárcel, sí.
¡Finalmente fuera de aquel horrible lugar!
Ella exploró su entorno, encontrándolo apenas mejor. El área estaba decorada con un toque sutil,
colores ricos y telas costosas evidentemente, pero estaba desordenado — en un lado había un montón de mármol destrozado y varios jarrones rotos.
Saroya prefería los adornos llamativos, la elegancia de una tumba llena de sacrificios a ella, repleta de trofeos de carne y huesos.
Seda brillante negra salpicada por sangre contra el granito. —¿A dónde me has traído? —preguntó en un tono afligido. —A Nueva York, —él contestó. —A una de nuestras casas. —Supongo que tenemos muchas.
—Poseemos mansiones, chaletes7, châteaus8. Cualquier vivienda que desees será tuya.
Como si necesitara que le digiera eso. Ella echó un vistazo abajo a su brazo, a una marca seca de color rojo. —¿Me mordiste? —Estrechando los ojos, añadió, —y no pienses en mentirme.
Un músculo hizo tictac en su mandíbula. —Sabes que no puedo mentir, Saroya. —Los vampiros naturales eran físicamente incapaces de ello. Cada vez que una mentira surgía, un vampiro sentiría el rána, una sensación de quemadura en la garganta.
—¿Te atreviste a perforar mi piel?
—Estuve un poco tentado a ello. Pero en este caso, sólo roce tu cuello.
Ella se acercó y rozó por encima el corte con las yemas de sus dedos.
Por alguna razón, su cuerpo parecía torpe, sus pechos pesados. —¿Tomando directamente de la
carne, cosas? Veinte mil años de mis recuerdos indudablemente te enviarán por el borde, —dijo. —Debes haber estado muy deseoso de sangre para haber robado la suya.
¿Había un rubor sutil sobre su cara? —Apostaría a que tienes que estar al frente de la conciencia para que coseche tus memorias. En cuanto a Elizabeth —creo que puedo manejar veinticuatro años humanos.
—¿Cuánto tiempo me dejaste en aquella prisión, Lothaire?
—La mitad de una década.
—¿Qué fue más importante que yo?
Él se encogió de hombros. —Encontrar un modo de eludir tu maldición.
7 Villa
8 Castillos
—Asumo que has encontrado tal medio. O de otra forma todavía estaría encerrada.
—Te liberé porque el cuerpo estaba a punto de ser ejecutado. Por los mortales.
¡Demasiada vergüenza para llevar! —Percibí una amenaza, ¿pero una ejecución? ¿Por un número tan
insignificante de muertes?
Parte de la tensión dejó sus amplios hombros. —Mis pensamientos exactos.
—¿Así que no estamos más cerca? —Por lo menos ahora que era libre, sería capaz de matar una vez
más. En el pasado, había cosechado almas de sus matanzas, cada víctima le proporciona su fuerza. Ella había sido un vampiro verdadero. Ahora robaba vida únicamente por placer.
—Después de años de búsqueda, descubrí el anillo de Sums.
—¿Sums? —Sus ojos se ensancharon. —Lothaire inteligente. ¡Por haber pensado en esta posibilidad! —Ese talismán estaba impregnado de poder.
—Eso me permitirá extinguir el alma de Elizabeth y hacer su cuerpo inmortal. Deberás convertirte en un vampiro como yo.
Las mujeres Vampiros sólo podían nacer —nunca hechas. A pesar de que la sangre vampírica potencialmente podía transformar a varones humanos en vampiros, una hembra mortal como Elizabeth nunca sobreviviría la conversión.
Incluso una antigua deidad como Saroya no sabía por qué.
Pero el anillo vencería esto. ¿Qué más podría hacer el anillo... ?
Ella casi tuvo ganas de reír — lo que ella nunca hacia. Entonces su satisfacción se atenuó. —Tengo
entendido que el anillo se perdió hace siglos. Junto con su propietaria. —Una bruja llamada La Dorada, una adversaria particular peligrosa (traicionera) de Saroya, había guardado el anillo.
No importaba que tan celosamente Saroya hubiera intentado dar muerte a La Dorada, sus asesinos nunca se lo pudieron cumplir. —¿Tu robaste el anillo de La Dorada?
Él inclinó la cabeza majestuosamente.
Sus labios se separaron. —¡Sabía que eras ambicioso, pero esto es difícil de creer! Incluso los dioses se andan con cuidado con La Dorada.
Sobre todo los malos. —Nunca he estado más indefensa ante ella... .
—Afronté a la hechicera y sus lacayos hace siete días, aún estoy aquí de pie.
¿Él había sobrevivido a una confrontación? —¡Ella se centrará en tu Novia para castigarte! ¿A menos
que la mataras? ¿Estoy libre de la profecía por fin?
—Todavía no.
—Si la dejaste con viva, entonces vendrá por nosotros.
—Sí, —él dijo casualmente.
—¡Debemos usar ese anillo para devolverme mi divinidad (godhood), Lothaire! Y rápido.
—Incluso el Anillo de Sums tiene limitaciones. Si el anillo pudiera hacerte un dios, entonces La
Dorada le habría ordenado que la hiciera así.
Creo que estamos limitados al reino de los inmortales.
—En cualquier caso, dame el anillo.
—Hace tres semanas, fui atrapado por enemigos, una organización llamada la Orden. Ellos me
encarcelaron y lo confiscaron.
Estuvo tentada a no creer en semejante historia —pocos en el Lore eran tan formidables como
Lothaire—pero él no podía mentir. —¿Por qué te hicieron su objetivo?
—Para examinarme, determinar mis debilidades, y luego ejecutarme.
Muchos otros guerreros del Lore también fueron capturados.
—Esos enemigos deben de ser excepcionalmente astutos para haberte atrapado.
—Sus armas son avanzadas. Pero robaré el anillo. Me marcho mañana por la noche, una vez que los
liquide. Y una vez que lo tenga...
nos pondremos al corriente, —añadió él.
—Debes destruir a La Dorada, Lothaire. Tienes que hacerlo.
Él entrecerró los ojos. —Tengo la intención, en cuanto recupere el anillo. Considera las posibilidades
de la hechicera como si estuviera muerta.
Tranquilizándose un poco, ella preguntó, —¿Cuánto tiempo te tomará recuperarlo?
—¿Una noche? ¿Un mes? No puedo decirlo con certeza, —dijo. —Bebí la sangre de mi antiguo
carcelero. Él sabe cómo encontrar el anillo, y puedo llegar a sus recuerdos a través de mis sueños. Ya he visto algunos.
Saroya no era una diosa de la paciencia. —Este cuerpo envejece con cada día.
Lothaire merodeó alrededor de ella, descaradamente paso su mirada sobre su cuerpo. —Ha cambiado mucho.
—¡Espejo! —ella ordenó imperiosamente.
Con un aburrido levantamiento de su frente, señaló detrás de ella, a uno colgado sobre una pared artesanal.
Saroya se acercó al cristal y se miro fijamente en el, encogiéndose en su uniforme de prisión.
El rasguño sobre su cuello llamó su atención. ¿Esa cicatriz? ¿Se curaría esto antes de que se convirtiera en un vampiro? Una vez que este cuerpo se hiciera inmortal, sería congelado para siempre — en esta apariencia fija.
Lothaire se trazo de pie detrás de ella. —No sufriste ningún daño en tu tiempo en prisión, sólo te has puesto más hermosa.
Ella examinó su figura. ¿Elizabeth había perdido peso? Saroya se había resignado a su corta estructura nueva —meras pulgadas sobre cinco pies —pero ella no podía aceptar esta delgadez. —El cuerpo es demasiado delgado.
Recordó una de las pocas veces que ella se había elevado en aquella fétida cárcel. Había leído el diario de Elizabeth, notando que la mortal
" trabajaba" cada día en su celda. Lamentablemente, lo demostró.
¡La forma de Saroya perdería sus propios rasgos! Sus ojos habían sido grandes y amarillo felino, una rendija en el centro con un delgado iris negro. Sus labios de color rojo sangre, su piel pálida como la luna. Ella había tenido casi seis pies estatura y voluptuosa en un grado obsceno.
Cada vez que descendía de su plano divino a la tierra, los hombres habían estado impresionados solo por contemplarla. Una vez que ella les hacía señas, ellos se ofrecían a su marca insidiosa de muerte... .
Se paso las manos sobre esta nueva figura delgada, buscando a tientas para la suavidad. ¿Cuánta carne puede obtener este cuerpo antes de que Lothaire encuentre el anillo?
Al menos el busto de Elizabeth había crecido a un tamaño decente.
Cuando Saroya se ahueco con alivio ella misma, los ojos de Lothaire se entornaron.
Saroya bruscamente dejó caer sus manos. En un tono enérgico, ella dijo, " Esta cara es la más hermosa
de mis templos. "
Aunque este aspecto actual no se podía comparar con el suyo, cuando ella había tenido unos
encantadores ojos de gato, Saroya había disfrutado de algún éxito atrayendo víctimas. Los machos querían proteger a la muchacha de vulnerable aspecto y arrancar su inocencia. En cambio, Saroya había arrancado sus corazones, ojos, y testículos.
A diferencia de su hermana gemela, Lamia, una diosa de la vida y la fertilidad, Saroya era una deidad
virgen y siempre lo sería, defendiendo su castidad a muerte...
A muerte de los demás.
Sin embargo, Lothaire creía que era una criatura sexual, creía que nunca había tomado a un amante en el cuerpo de Elizabeth por fidelidad a él...
—En efecto encantador. —Su voz se había vuelto más ronca. —¿A quién tuviste antes de esta humana?
—Poseí a un profesor de Historia Americana de mediana edad. Tenía mucho que aprender de él, lo mantuve vivo por la mayor parte de los años noventa. Después de él vino una pala —con dientes—una mujer jorobada.
Salté de un edificio para liberarme de ella. —Ella frunció el ceño. —Esa transferencia no demostró ser tan instantánea como yo esperaba.
—¿Cómo son elegidos estos templos para ti?
—Podría estar basado en un linaje (una línea de sangre). Sólo el que me maldijo lo puede decir. — ¡Lamia, maldito a por el Ether 9! —Todo lo que sé es que haré cualquier cosa para permanecer en Elizabeth —y harías bien en ayudarme. Te prometo que, la siguiente forma para tu Novia posiblemente no puede ser mejor, si aún me puedes encontrar.
9 Ether: Firmamento, cielo, espacio
Podría poseer a un hombre, o un bebé, o un octogenario. No una joven bella e inocente.
Aún otra razón por la que este cuerpo era una forma perfecta.
Elizabeth era una virgen, tanto como la fascinación de Lothaire.
Él alargo la mano a su cintura, girándola para afrontarlo. Ella se puso rígida, pero se lo permitió. —
También estoy muy contento con tu anfitrión. ¿Cuánto tiempo puedes mantenerte libre?
—Ella se elevará esta misma noche. Ella es sumamente decidida.
Lothaire, la quiero fuera.
Apartó un mechón de cabello de su frente, sus ojos rojos siguiendo el movimiento de su mano. —Y
tendrás todo lo que deseas una vez que recupere el anillo. Por ahora, haré que su miedo se eleve otra vez.
—¿Crees que puedes hacer algo cuando ella esta inactiva? ¿Cómo?
¿Cuándo no puedes dañar el cuerpo para torturarla y guiarla a la sumisión?
Sus labios retrocedieron sobre sus colmillos, no en una sonrisa. —Deja que yo me preocupe por
nuestra pequeña y patética mortal.
"Tal hostilidad". ¿Una de las cosas que había aprendido sobre Lothaire? Él despreciaba a los seres
humanos, incluso más que ella.
—Elizabeth simplemente trató de destruirse, pensando que mataría a mi Novia. ¡Sin embargo no
puedo castigarla por su transgresión! —él rechino. —Ten por seguro que la próxima vez que ella se eleve será la última.
Saroya nunca había conocido a un hombre tan seguro de sí mismo.
Pero entonces él era poderoso, brillante, calculador, y, por encima de todas las cosas, perfectamente formado.
Lothaire era tan convincente (atractivo, irresistible) como un dios de la virilidad.
La noche de su primer encuentro, ella le había permitido lamer la sangre de su presa de su piel cuando él se acariciaba su propio órgano para aliviarse. A pesar de que ella había repelido sus necesidades animales, aunque había estado renuente había estado fascinada por la vista. Y ella estaba por encima de tales impulsos.
Saroya despreciaba todas las cosas sexuales. Sangre y muerte eran todo lo que veneraba "ciertamente no un acto diseñado para crear vida".
De hecho, ella aborrecía a los machos "aquellos portadores imprudentes de la semilla" por completo.
Ahora tenía una ventosa en la nuca, la mirada clavada sobre sus labios, sin duda con la intención de reclamarla. ¿Cómo aplazarlo una vez más? —Como te dije hace años, Lothaire, no cederé este cuerpo hasta que sea totalmente mío para dártelo.
Él se enderezó, encontrando sus ojos. —Y como te dije, Saroya, no puedo tomarte hasta que seas inmortal, además no me arriesgare a matarte con mi fuerza. Pero hay otras formas de darnos placer entre sí.
Primate repugnante.
—A pesar de la gran oportunidad, no he estado con otra desde mi blooding10.
Sí, él tendría una gran oportunidad. —Supongo que las hembras se lanzan a donde quiera que vas. —Hasta cierto grado tedioso. —Él estudió su expresión. —¿Celosa al pensar en mí con otra?
—No en lo absoluto. —A ella no le importaba con quien se apareara, el podría hacerlo con una
hormiga sobre la acera.
Su agarre sobre su cuello se apretó, una amenaza clara. —No soy un macho desinteresado —cuando
doy, espero recibir. Hoy te di la libertad.
Aunque esto la horrorizaba, ella sabía que tendría que manipularlo.
—Vampiro, apesto a cárcel, a pobreza, y a temor. Mira mi aspecto, mis vestiduras atroces. Quiero
sentirme hermosa, deseable. Necesito ropa, joyas, cosméticos. Mi cabello tiene que ser cortado, mi piel bañada.
Pensó que él podría insistir en el tema. En cambio, la liberó, ofreciéndole su mano. —Entonces bienvenida a Nueva York. —Echo hacia atrás una cortina, dejando al descubierto un balcón que daba a un parque verde y a una ciudad enorme. Él la condujo avanzado hacia la luz del sol mientras él retrocedía en las sombras. —Independientemente de lo que necesites, lo encontraremos aquí.
10 Blooding: Sangrado
¿Esperaba que estuviera impresionada por esta vista? Estaba confundida. Impresionante sería ver esta enorme ciudad esclavizada a su voluntad...
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Lothaire
VampireImmortals After Dark 12 Un señor de los vampiros con la cara de un ángel caído, pero un corazón tan frío como el hielo. Su cautiva mortal, arrebatada de una prisión hacia otro peligro aún ¿Puede un guerrero siniestro, por fin elegir el amor s...