"¿Ya tuvo suficiente, 'amo'?" Preguntaba ese hombre alto y moreno, teniéndolo atrapado entre sus piernas. "¿Sigo llamándole así o le digo como lo que es? La pequeña golfa que no para de gemir debajo de mí"
Se había cansado de forcejear, el otro le había atado las manos, y la boca, reteniéndolo también por los hombros. Ya no podía luchar... sólo quería que lo dejaran...
"¿Por qué no lo disfruta, amo?" Preguntó el otro esclavo en tono cínico. Él intentó por última vez alejarse, sin éxito. "La otra golfita sí que lo disfruta, ¿o no?"
Le quitaron la mordaza, por lo que pudo soltar un sollozo. "D-déjenme" Fuera de parecer una orden parecía un ruego.
El esclavo lo giró sin salir de él, haciendo que gritara de dolor, recibiendo un golpe de parte de ambas mascotas.El doncel le tomó del cabello. "Disfrútalo" Le dijo con odio "Después de todo, eso es lo único que ustedes saben hacer, ¿o no?" Jaló con más fuerza sus cabellos, forzándolo a levantar la cara. "Esto es lo que nos hacen y nosotros ya nos cansamos. ¡Esto es lo que ustedes nos hacen a nosotros así que más te vale ponerte duro con verlo y sentirlo!" Logan chilló adolorido cuando el doncel lo obligó a ver la cama donde James estaba amarrado.
Pero no era James quien estaba ahí.
Las cuerdas que lo mantenían pegado al mueble estaban tan tensas que sus manos y pies estaban morados. Y Emett no parecía notarlo, estaba quieto en la cama, con rastros de lágrimas en sus mejillas... tan quieto que ni siquiera su pecho se movía para respirar... estaba mortalmente quieto.
El varón lo volvió a girar, golpeándole en el estómago. "¿Ya lo disfrutas, perra?"
Despertó de golpe, la respiración acelerada y la frente llena de sudor frío.
No estaba en el cuarto de James, no tenía trece años, y el único esclavo que estaba encima suyo era un Emett que dormido le correspondía al abrazo del que no le había soltado.Se tranquilizó, pasó su mano por la melena del menor, quien abrió los ojos con el contacto.
La mirada entre asustada y confundida de su esclavo por alguna razón le causó un calor en la cara.-Buenos días... - Dijo sin saber qué decir.
El rubio pareció pasar por lo mismo, notó que estaba enredado a su propietario y se erizó. – B-buenos días, amo... - Respondió bajito.
Logan le acarició la barbilla raspada. – Lamento el teatro que hice anoche... es por eso que no tomo.
Un amo no se disculpa con su esclavo, pero él asintió en silencio, aceptando la disculpa con la cara roja. Si alguien hacía una semana le hubiese dicho que su amo podría ser así de vez en cuando, muy probablemente no le habría creído. No lo creía todavía, aunque le gustaría mucho hacerlo.
-Ve a preparar el desayuno – Le dijo, liberándolo. Él susurró un "sí", separándose lentamente para ir a la cocina.
La mañana había sido pesada a su parecer, todo gracias a la maldita resaca, además de las cosas que recordaba de la noche anterior. Necesitaba resolver todas las dudas que tenía, y sabía a dónde ir para hacerlo... sólo que una parte de sí no quería.
En el camino llamó para avisar que iría, a sabiendas de que sus padres nunca se disgustaban de sus contadas visitas. De hecho, al llamarles estos le dieron una noticia que habría preferido no tener: Derek estaba en casa.
-Mi amor – Saludó su madre con un abrazo. - ¿A dónde fuiste con James anoche? De repente los perdí de vista... ¿te encontraste con alguien de tu interés?
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¿Tu dolor o el mío?
RomanceUno estaba herido, pero no quería admitirlo. El otro estaba atrapado aún en esa terrible oscuridad que era su vida, pero eso a nadie le importaba. Entonces, ¿cómo podrían salvarse? En un mundo donde la esclavitud está permitida, uno es el amo y el o...