Mi nombre es Johanns y viví casi toda mi vida en Toulouse Francia. Mis padres desgraciadamente fallecieron hace al menos un año, debo decir que no éramos muy unidos pero eso no quita el hecho de que hayan sido mis padres.
Decidí que si quería empezar desde cero tenía que hacerlo en otro lugar, así que crei que sería una gran idea vivir con mis tíos en España, quienes aceptaron con gusto. Así que gaste todos mis ahorros en un pequeño apartamento de Madrid.
Cuando llegue no conocía a nadie más que mis tíos y debo decir que ellos ya son un poco ancianos, así que no eran muy buena compañía para la aventura que buscaba.
Comenze a buscar trabajo, era extraño para mi buscar un buen empleo en un lugar que no conoces y sinceramente me aterraba un poco la idea de no encontrar uno.
Mi acento francés se salía un poco aveces lo cual le parecía un poco divertido a la gente, no es que me molestara si no que era un poco incómodo.
Cuando creí que mi mundo se vendría abajo y que definitivamente España no era lo que esperaba, fue cuando conocí a Marco. Lo conocí mientras buscaba trabajo, el creyó que era muy guapo y me propuso una idea interesante. El trabajaba en un bar, atendía la barra y esas cosas, me dijo que me recomendaría con su jefe y que probablemente por mi aspecto y mi inusual acento me contratarían rápidamente. Debo decir que era un bar gay, no me molestaba porque yo tenía encuentra que esa era mi orientación sexual, pero en realidad yo era más del tipo de gente que se quedaban leyendo libros en su casa y que el único lugar que llegaban a visitar eran las cafeterías de la esquina, trabajar en un bar sería como entrar a la jungla.
En fin, desde entonces Marco y yo éramos amigos, a él también le molestaba trabajar en un bar, aunque el lo hacía por dinero decía ser hetero y no tener interés en ninguna de las actividades que ahí se practicaban, él tenía una esposa llamada Sussana y pronto un bebé.
Cuando comenze a trabajar era un poco difícil para mí no ser un poco pesado con los clientes, no era una persona agresiva en realidad, pero que un montón de borrachos intentarán propasarse me sacaba de quicio.
Talvez tenía unos cinco días trabajando cuando llego alguien que realmente no me agradó.
Mientras servía un par de tragos y limpiaba un poco la barra, se acercó un chico rubio y atractivo, en realidad nisiquiera le di importancia y seguí trabajando.
-Hey- dijo mientras se recargaba en la barra. Yo lo mire esperando que pidiera algo y no respondía nada, solo me veía fijamente como cuando los leones ven a las gacelas.
-¿necesitas algo?- le dije para romper su silencio
-¿Francés?- realmente estábamos apunto de cerrar y no estaba de buenas para armarme la plática con un tipo como el.
-Si no vas a querer nada esta bien- respondí cortante mientras seguía trabajando y tratando de ignorarlo.
-No tiene mucho que trabajas aquí ¿cierto? No te había visto antes- ¿porque no solo se callaba y me dejaba trabajar? Tipos como el vienen y van todas las noches.
-Que observación más interesante- dije con sarcasmo, el se rió un poco y siguió mirándome mientras trabajaba. Era hora de dejarle en claro que no quería nada con el.-¿no te gustaría un premio por eso? Talvez... algo rapidito que te hará sentir muy bien- le respondí mientras me le acercaba y mordía mi labio inferior. Pero esque sus ojos se le iluminaron rapidísimo.
-Claro- dijo ansioso. Me aleje de nuevo y volví con mi expresión de fastidio. Saqué un par de vasos y algo de vodka.
-¿Entonces quieres tu shot de vodka?- El entendió de inmediato que me estaba mofando de el. -Eso lo único que te daré yo, aunque si quieres conseguir algo de sexo como todos los de tu especie, entonces busca alguna presa por haya- remate mientras señalaba a todos los chicos bailando en la pista.
Él se quedó en seco y realmente sorprendido, probablemente era de esos chicos que están acostumbrados a que nadie les diga que no, deecho ya lo había visto antes, venía todas las noches y siempre terminaba enrollando se con uno o dos o incluso hasta tres chicos por noche, lo cual me parecía realmente asqueroso.
Marco llegó justo antes de que yo pudiera decir algo.
-Dejame la barra a mi, es hora de que te vayas- me dijo sonriendo, me alivie un poco.
Mi quite el estúpido uniforme, tome mis cosas y salí.
Parecía como si el destino hubiera decidido que hoy no sería mi día, el cielo estaba callendo se, las calles estaban casi inundadas y cubrían la acera, yo no vivía a más de dos cuadras pero no podía irme caminando. Me senté esperando que bajara la lluvia.
Un auto rojo vino y con cristales polarizados se estaciono justo frente a mi, para mi sorpresa era el rubio de la barra. Trate de mirar hacia otro lado fingiendo no haberlo visto estacionarse justo enfrente.
-¿No te gustaría que te lleve?- lo ignore y seguí mirando el cielo y pidiendo en mi mente que parara de una vez de llover.-Esta lluvia probablemente pare hasta mañana
-Tomaré un taxi- dije para que se fuera
-¿taxi a las tres de la mañana y en una noche como esta? Suerte con eso- El era realmente fastidioso e insistente
-Da igual, nisiquiera te conozco- Solo déjame
-Vamos no es como que te secuestre o algo así, además, soy amigo de ese tal Marco, ¿te agrada no?- que conociera su nombre no me aseguraba que lo conociera
-No eres muy convincente- repetí para que me dejara de una vez
-Incluso soy amigo de su esposa, Sussana- bueno, puede que si lo conociera y que él no fuera un secuestrador o algo así, pero de todas formas realmente no quería estar con un tipo como el, era realmente del tipo de gente que no soportaba.
-Vamos, no haré nada, lo prometo- Mire el cielo por última vez esperando a que un milagro llegará y vaya que no llego, comenzó a llover muchísimo más, ¿porque me fallaste madre naturaleza?, suspire. Me levanté sin decir nada y abrí la puerta de aquel hermoso auto. Me tomo un poco de orgullo, digo, tiempo, subirme al auto, pero al final termine haciendolo.
Le dije la dirección y el se encaminó.
-Mi nombre es Lein por cierto- me dijo sin separar la vista del parabrisas.
Yo no dije absolutamente nada, seguí completamente serio. -¿Te llamas Johanns cierto?
-¿quien te dijo eso?
-Marco- era de esperarse.
-Como sea
-¿Porque estás tan furioso conmigo si nisiquiera me conocés?- Eso me detonó y esque el era demaciado molestó.
-Dejame decirte porque- conteste enfadado- Eres de esos típicos chicos guapillos que entran y salen todas las noches de ese bar, creyendo que nadie es suficiente para ustedes, marcando a todos los inocentes chicos haciéndoles creer que son especiales para luego botarlos a la basura. Arrogantes, egocéntrico, narcisistas y tonto, eres exactamente igual que todos ellos, pero para tu suerte compañero yo no soy como todos esos chicos que nunca dicen no. ¿que se siente que por primera vez te digan que no?- Realmente me enfadaba ese tipo de chicos y el no era la excepción.
Se detuvo frente a mi apartamento y se giró hacia mi
-¿quieres saber que se siente que por primera vez me digan que no?- en su boca se dibujó una enorme sonrisa y se acomodó un poco el cabello- Sinceramente hace que te desee mas- era un terco y estaba demaciado cansado para seguir hablando con él.
Salí rápido del coche.
-Gracias por traerme, como te llames- conteste fastidiado antes de cerrar la puerta.
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El libro Yaoi
AléatoireEl libro yaoi es una recopilación de varios one-shots yaoi creados por mi. Puede haber desde contenido apto para todo público hasta el explícito.