Capitulo 2

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Ere muy sabroso sentir su polla en mi boca, chorros de semen salían y aún así no me detenía. La linda cama azul pastel termino llena de semen y sangre. Me dolía el culo.
-vamos Hiro, chupalo mejor, se que puedes
Se lo lamia por todas partes y seguía sin dejar de pensar en lo caliente y duro que yo ya estaba
-¿quieres que lo meta otra vez?- dijo burlonamente
-si... mételo y dame toda tu gran polla- me miro sorprendido y me dio la vuelta rápidamente.
-eres como mi mascota, tienes un collar que te ata a mi.- dijo antes de meterlo bruscamente dentro de mi culo.
-genial... es tan sabroso...
No podía parar de gemir y sentir como me desgarraba internamente.
saco su pene rápido, lo que me desconcertó
-vamos a hacer un experimento- dijo sonriendo.
Me sentí en una silla de piel y comenzó a masturbarme
-más rápido... haaa- me encantaba la forma en que frotaba mi pené. Antes de que pudiera eyacular en apretó mi pene impidiéndolo y luego lo amarro con un hilo.
Era doloroso y frustrante, quería correrme
-deja que me corra- le exigí. El salió por unos segundo y luego regreso con un largo y delgado gotero de vidrio
-¿quieres eyacular? Muy bien. Te daré una ayuda para sacar el semen.
Introdujo la punta en la punta de mi pene. Me hizo soltar un fuerte grito de dolor y algunas lagrimas.
Lo indio mas dentro de mi pene y comenzó a sacar el semen de poco a poco. Lo saco rápidamente y mi pene se sentía exitado y adolorido.
-¿qué otro juego quieres?- me dijo con picares.
Esto comenzaba a ser una tortura. ya no quería más, ya no
-es suficiente- le dije jadeando. El sonrió y lo negó.
Me dio unas pequeñas bolas de metal que estaban unidas.
-mete esas cinco bolas en tu culo- yo obedecí y comencé a meter cada una de esas bolas.
Sentía como se arrastraban en mi interior y me hacían jadear mucho. Saco de su bolsillo un pequeño control remoto y apretó un botón. La abollas comenzaron a vibrar en mi interior haciéndome gritar de dolor, me lanzo un consolador y me ordeno meterlo dentro también
-es mucho... no cabrá...
-pues has que quepa- dijo enojado.
Lo metí con mucho esfuerzo y mi culo se sentía extraño y ardía.
Luego de un rato me ordeno sacar todo de mi interior.
Me lanzo dos pequeños chupones que tenían un palito delgado en el medio
-mete ese palito de ahí dentro de el agujero de tus persones y se sostendrá a tu piel con los chupones.
Meti uno y fue todo tan doloroso que no podía para de llorar, luego meti otro y se sintió igual.
Nuevamente saco el control remoto y apretó otro botón.
Los pequeños palitos se movían dentro y hacían que me acariciara dentro de los pezones y me hacían llorar y gemir.
Mi cuerpo se retorcía y rogaba para poder salir de este lugar. El sexo se había vuelto una pesadilla.

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