Capítulo 6: Intercambio

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Me desperté por que alguien tocó mi puerta, que extraño, nunca nadie toca en esta casa y menos a las cinco de la mañana, me levanté llena de flojera y con un bostezo fuí hacia la puerta, la abrí y vi a mamá, (por primera vez) vestida casual, con un pantalón de mezclilla, tenis, una sudadera rosa,su cabello agarrado en una cola de caballo y sin maquillaje (eso fué lo que me despertó)

-¿Mamá?- dije antes de bostezar de nuevo- ¿Qué paso?-

-Perrie está por irse al aeropuerto ve a despedirte- ¡Por Dios! ¡Lo había olvidado por completo! después de eso mamá desapareció por el pasillo, después bajó las escaleras y la perdí de vista, decidí seguirla, bajé las escaleras y ahí estaba Perrie, hablando con Cristine y con todas sus maletas, que en serio eran millones, bueno no tanto, pero si eran muchas, me acerqué a ella y le sonreí, por primera vez en mi vida y ella también me sonrió abrió los brazos y la abracé, cuando nos separamos le dije una de las pocas cosas que sabía decir correctamente en Francés

-Bon voyage!- ella rió un poco y me dijo

-Gracias- después ayudamos a subir todas las maletas a la camioneta, que prácticamente no cabían, cuando terminamos Perrie dijo

-¡Tenemos que irnos ya!, Zayn ya me está esperando en el aeropuerto- mamá asintió en respuesta a Perrie, depués se giró, me miró y me dijo

-Puedes venir al aeropuerto también, si quieres- no recuerdo la última vez que todos fueron tan amables conmigo

-No, tengo mucho sueño y necesito dormir, aparte no creo caber en el coche-

-Esta bien- dijo mamá y se subió a la camioneta al igual que Cristine, le dí un último abrazo a Perrie y se subió también, arrancaron y las vi  desaparecer, entré de nuevo en la casa, subí las escaleras y me detuve en el cuarto de Perrie, abrí la puerta y todo estaba completamente vacío y me estremecí al pensar que alguien más viviría aquí y esa persona lleagría en unas horas, no podía creerlo, salí de ahí y fuí a mi habitación, me recosté de nuevo en la cama, aunque sólo me quedaba media hora de sueño, la aprovecharía, cerré los ojos y cuando los volví a abrir era por el sonido del maldito despertador, lo golpee hasta que este se calló y me levanté, fui al baño y decidí intentar algo que no creí nunca hacer, bañarme en la mañana, sé todo lo que podría pasarme, la mayoría de las personas del mundo lo hacen diario y no les pasa nada, así que lo hice, salí seis minutos después, me puse el feo uniforme y ví en mi escritorio un reloj de mano que Eleanor me había regalado hace como dos años por mi cumpleaños y decidí ponérmelo, iba a secarme el cabello, cuando vi la hora el reloj ¡Era tardísimo!, las 7:20 y yo entraba a las 7:25, agarré lo que pude y me encontré, mi mochila, célular, dinero y salí corriendo de la casa hacia la escuela, llegué tres minutos después y estaba exhausta, respiraba con dificultad y ma dolían las piernas, traté de entrar pero estaba cerrado ¿Por qué estaba cerrado?, traté de abrir la puerta, pero estaba completamente cerrada, traté de guardar la calma y de pensar con claridad, saqué mi célular para ver la hora y eran las 6:24, ¡No puede ser!, ¡Estoy bien estúpida!, ese reloj estaba en el otro horario, el de una hora más ¿Por qué no me di cuenta? ¡Estúpida!, pero ¿Que hacía ahora?, estaba cansada, tenía hambre y mi cabello estaba goteando, podría regresar a casa, pero probablemente Cristine y mamá ya hayan llegado y no quiero problemas, mejor decidí ir al café al que suelo ir todas las mañanas, estaba en la misma plaza en la que el helado solía estar, llegué pocos minutos después y como siempre ya estaba abierto, no había ni un cliente, pero estaba abierto, entré y pedí un capuchino caliente y dos muffins, uno para comérmelo ahí  y otro  para el recreo, todo estuvo listo en dos minutos, empezé a tomarme el café y el muffin y poco a poco la cafetería se fué llenando, cuando estuve a punto de terminar reconocí a uno de los clientes en la fila era Eleanor pidió su café y enseguida se sentó conmigo, me recogí el cabello en una cola de caballo, aunque seguía empapado no le di importancia y empezamos a platicar, Eleanor terminó su café y fuimos en camino a la escuela, eran las 7:05, pero ahora era en serio, mientras ibamos de camino, le modifique al reloj la hora para que quedara bien y le platiqué a Eleanor sobre la persona de intercambio que llegaría hoy

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