Capítulo VII

5 1 0
                                        

Lo único que necesito saber es que todo esto no es un maldito sueño. Que no estoy frente a Thor y que no acabo de presenciar una de sus épicas batallas.

El tipo frente a mí se limita a mirarme y no puedo descifrar si está tratando de explicarme la mierda que acaba de pasar, o si está a punto de sacar un desneuralizador para borrarme la memoria porque ha resultado ser un hombre de negro.

Fatalista otra vez.

- por favor al menos dime que no voy a morir por haber visto esto - le digo tratando de sonar preocupada.

- primero piensas que voy a violarte, ahora piensas que voy a matarte, ¿cuál es tu problema Lea? -

Sí, estoy a punto de cuestionarle por qué carajos sabe mi nombre si nunca se lo había mencionado antes, cuando vuelve a ocurrir algo estúpidamente extraño.

De pronto, sale corriendo del interior de la tienda un chico medio calvo pero bastante apuesto. Su piel no es tan clara, y por Dios que está bastante bueno, aun luciendo tan agitado como aparentaba estar.

¿Me pregunto dónde diablos estuvo metido durante todo el escándalo de ahí adentro?

Se detuvo bruscamente a mi lado y observa a Henry con el rostro reflejando una enorme frustración.

- Harry traté de llegar lo más pronto posible, en serio lo siento yo... - explica seriamente este tipo, pero el tal Harry (no Henry) lo interrumpe, lleno de irritación.

- ¿recibiste el mensaje? - le dice con el ceño fruncido y la voz gruesa.

- Harry no pude...-

-¿RECIVISTE EL MALDITO MENSAJE LIAM? - vuelve a cuestionar profusamente el enojado Harry.

- ¡si lo recibí Harry tranquilo! no pude llegar a tiempo porque hay drones por todas partes gravando la maratón  y era imposible volar hasta aquí así que tomé tu auto pero el trafico vale madres ahorita y... tienes que entender maldición - wow eso fue una explicación dada en tiempo record; el chico habla veloz.

El aparecido dijo algo de llegar volando. ¿Quién con un demonio vuela un helicóptero en la ciudad de Boston solo para trasladarse de un lugar a otro? ¿Y qué onda con los drones? Estos sujetos son bastante extraños si soy honesta.

‘Harry’ sitúa las manos en la cintura y muerde la parte interna de su mejilla con la vista en el piso. No responde a la rápida excusa de su amigo.

-¿tienes al sujeto? ¿Lo atrapaste? - cuestiona el tipo buenón.

Harry suspira...-sí, si lo agarré. El idiota obtuvo una identidad falsa pero sé que es él. Me atacó. Ese reverendo imbécil me atacó Liam - responde.

Ambos se miran con completa seriedad. Mientras yo aparento ser un maniquí. La tensión podría cortarse con una tijera. Tensión que posteriormente desaparece con las sonoras carcajadas de ambos sujetos.

Idiotas, seguramente todo esto es una tontería de dos tipos inmaduros que se metieron en problemas con algún ‘dealer’. Es lo único que se me ocurre asimilar frente a todo este desastre de noche. Pero estos dos chicos lo último que hacen es actuar como dos personas normales.

-¿O sea que… que Simon tuvo razón y Jack vino a entregarse a sí mismo como todo un tontito? - pregunta entre risas chillonas el chico de ojos marrón.

-ese idiota ni siquiera puede limpiarse el trasero solo ¿puedes creerlo? - pronuncia Harry también entre risas que no parecen estar parando. - oye entra a ahí y llévate a Jack a la torre con Simon, yo tengo que hacer otras cosas -

-Lo llevaré con Simon, así será - dice el tal Liam ingresando a la tienda en busca, supongo, del tipo a quien bauticé como Freddy Krueger.

Harry termina de reír y se limpia una lágrima del ojo. Me resulta increíble que pueda estar tan contento luego de haber recibido una paliza monumental como la que sucedió ahí adentro. Yo solo lo observo completamente molesta. Obviamente sigo esperando una respuesta coherente a todo esto. Él lo nota en seguida, porque la seriedad vuelve a apoderarse de sus facciones para luego pronunciar:

-escucha, yo entiendo que debes estar muy consternada por esto...- dice pausadamente.

- si consternada muy consternada definitivamente consternada- digo, pero en realidad vivo una confusión en un porcentaje más alto que el de la consternación. Ver a un tipo masacrar a alguien en esa magnitud no es algo que pase desapercibido en tu sistema.

Yo no quise estar aquí, no quise ver esto y mucho menos quiero estar frente a este bruto barbaján de pelo largo.

- créeme que si pudiera explicártelo lo haría pero no puedo hacerlo, linda, linda grupi. En realidad no deberías estar aquí ¿no crees? - Pero qué completo idiota. Hasta luce confundido. ¿Pero acaso no se ha dado cuenta  de que él mismo me impidió salir de la tienda antes de toda su absurda pelea?

- ¿!ESTAS JUGANDO!? Te recuerdo que fuiste tú el que no dejó que me marchara de aquí cuando tuve la oportunidad, idiota - le respondo apuntando hacia la tienda.

- shhh ¿por qué tienes que estar gritando siempre grupi? Tu voz es como la de una ardilla irritada y enferma -

- ¿acaso eso es un halago, Fabio? -respondo con toda la intención de ofenderlo pero considero que no merece ni mis refinados apelativos ofensivos.

- ¿qué, lo dices por el pelo largo? - apunta a su cabeza y comienza a reír tan descaradamente que hasta se inclina hacia atrás cogiéndose el estómago. - siempre eres tan... -

- ¿Divertida? Si si, lo sé. - contesto antes.

-Insoportable. Bastante insoportable más bien. - afirma el tipo.

-Pues tú no eres un terroncito de azúcar precisamente - le digo mientras comienzo a avanzar pasando por su costado derecho para hacer mi camino hasta el departamento. Sarah seguramente está preocupada. Deben ser como las 10h00 y yo sólo salí a comprar cigarrillos. ¿Cómo no pude prever un encuentro con seres de otro planeta?
Lea tontita. Seguramente hubiera traído mi cámara de fotos y sacado algunas selfies.

No volteo porque no tengo ánimos de llevarme otra imagen de este tipo, ya tuve suficiente de él. Sin embargo él habla en voz alta diciendo:

-¡oye! - me detengo pero sigo dándole la espalda - Sólo te pedí que te quedaras para no levantar sospechas con Jack, el tipo del delantal. Es que eres tan común y corriente que ¿quién pensaría algo de ti? No vayas a enamorarte de mí eh. - Lea, este hijo de perra no merece ni el asco que le tienes. No bebas rabia. No bebas rabia.

Giro para encararlo. Relamo mis labios y entonces lo suelto.

- ¿quién podría enamorarse de un fenómeno como tú? - le dedico un sexy dedo del medio; su gesto es de desprecio, igual que el mío. Entonces giro nuevamente para seguir hasta mi departamento.

Largo y patético día.

Muerte al RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora