CAPÍTULO 26

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Erick

Es extraño levantarme y tener una mujer en mi cama una vez más. Que no se vaya, que se quede junto a mí. Que sea como una esposa... Desde Barbara no había vivido algo así. Y no espere volver a vivirlo. Luego de lo sucedido, yo era un hombre sucio. Un desgraciado, un perro. Jugaba con las mujeres, solo era sexo. Para mí, no existían los sentimientos. Ni el amor. Nunca creí en cupido ni en el amor desde que Barbara jugó conmigo y destruyó el buen hombre que yo era. Pero llega Gabrielle... Con su dulzura pero su buen carácter, su muy jodido carácter ruso, esa mirada que me desarma en segundos, su forma de hablar, lo educada que es. Me tiene en sus pies... Y no sé si es que me estoy enamorando una vez más. ¿Que me estás haciendo Gabrielle?

Tenía otro día de trabajo. Gabrielle seguía durmiendo, y no quería despertarla. Se veía como un ángel. Su cabello castaño pegado a su espalda desnuda. Provocaba quedarme aquí junto a ella... Quien diría que mi asistente sería mi novia. Y si que la extraño como asistente. Pero no quiero que trabaje. Prefiero tenerla segura en casa a que en la calle o en la empresa ante el ojo de Elliot. Me agaché para darle un beso y ella se estiró, abrió sus ojos y enseguida una sonrisa se dibujó en su rostro. Mierda.... Que sonrisa tan bella.

— Buenos días. ¿Vas a trabajar tan temprano?

— Nena, son las 8:30, tengo una reunión a las 9.

— No vayas, di que te enfermaste – Reí ante su comentario.

— Si aún fueras mi asistente, sé que ya hubieras cancelado esa reunión.

Enseguida puso mala cara y ya se porque. ¡Es que me salió celosa! Y no me quejaba. Barbara nunca me celaba, ella era extraña. Y yo un cabron que daba todo por ella. Extraño pero cierto. Que bobo fui hace años.

— No pongas esa cara – Le di un beso para calmar a la fiera que próximamente aparecería.

— ¿Ah no? Viste a esa asistente que tienes. La odio.

— Odias toda mujer que me mire – Ambos reímos – Me tengo que ir. ¿Almorzamos juntos?

— ¿Cocino yo?

— No nena, iremos a comer. ¿Que harás hoy con tu hermana?

— Nada, realmente. Ella irá a la playa con Anton y Alek, ambos están teniendo como una pequeña luna de miel... En Rusia no suelen tener vacaciones así, prefiero que estén los tres juntos.

Hablamos hasta que eran casi las 9 y note que hizo todo lo posible para que me quedara. Le di unos cuantos besos y salí. Hunter esperaba por mí. Deje a los dos guardaespaldas en casa cuidándola, me iba un poco más tranquilo. Si Elliot llegaba a poner sus manos encima de ella... No sé que haría. Me volvería loco.

— Señor, hice lo que me pidió. Los datos de Gabrielle y toda su familia, son clasificados. Se me hará difícil conseguirlos.

— ¿Clasificados? ¿La base del FBI no te deja verlos?

— No señor, están clasificados por la Marina.

¿Marina? ¿Que carajos tiene que ver Gabrielle con eso? Sinceramente no quiero pensar que el está ocultando algo. No quiero pensar diferente a lo que realmente es ella.... No aguantaría otra mentira, que me defraudarán una vez más. Solo pedía que Gabrielle no fuera alguien ni mentirosa ni que me fallara. No había tenido una relación como está.

Gabrielle

Nada como despertar junto a la persona que más quieres. Que me estás haciendo Erick... Hace meses no pensaba en tener alguna relación y sin dudas, Louis intento conquistarme más de una vez. Y Joe también. Pero nada paso. Y viene Erick, me dice dos palabras y yo siento que es algo que no había sentido antes. A veces creo que soy estúpida. Y no lo termino de aceptar.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora