{2 semanas después}
Gabrielle
Una vez más, de vuelta en mi país. Pero nadie sabe que he llegado. Decidí quedarme en un hotel para poder arreglarme tranquila. Sé que mi cambio de look era un poco drástico. Pero estaba aburrida de mi color natural. Y creo que con este me veo más Rusa de lo que me veía antes. Sinceramente, no pretendía colocármelo así. Pero no quería cortar mi cabello. Y no había otro cambio de look así que... Ahora soy rubia. No sé que pensarían de esto. Pero siento que tengo más rostro de malvada de lo normal.
Había llamado a quienes suelen arreglarnos para los eventos y casi que les tengo que poner un arma en la cabeza para que cuando fueran a arreglar a mamá y mi hermana, no les dijeran nada. Pero quedaron encantados con mi nuevo look. Nadie me imaginaba ni me imaginaría rubia, saben que no tengo cierto aprecio hacia ese color de cabello. Pero debo de admitir, que en mi no se ve mal.
— ¡Quedaste fabulosa!
— Gracias, Helen. Me encanta. Siempre haces magia.
Se despidió de mí y se fue a mi casa para arreglar a mamá y mi hermana. Mi cabello rubio estaba recogido y mi maquillaje suave, suficiente con el vestido como para que mi maquillaje también fuera excesivo. A las 8 estarían buscándome. Busque mi teléfono a ver si tenía alguna llamada de mis padres y solo había un mensaje. De Erick.
«Estuve la semana pasada en Rusia y no te vi, tú padre me ha dicho que no viniste y que no sabe si asistirás a la fiesta. Vine más que todo por ti. ¿Realmente no asistirás? Toda mi familia anhela verte. Y yo, ni se diga.
Mi gruñón cada día enseña más sus sentimientos. Mis nervios son gigantes. No sentía mariposas, si no elefantes en mi estómago. ¿Y si no le gustaba ahora con el cabello rubio? ¿Y si había venido con otra persona? Dios... Si soy estúpida. ¿Vendrá con otra queriéndome ver a mi? Es ilógico. Mejor termino de arreglarme.
Me coloqué el despampanante vestido, me quedaba a la medida. Sentía que estaba hecho para mí. Sin duda alguna, volvería mil veces a New York a comprar ropa. Todo me encanta.
Sé que Erick se molestaría horrible al ver la gran abertura en la espalda y el diminuto cierre que si no es por eso, se ve mi trasero. La pequeña cadena y el color del vestido es un detalle que hace resaltar más mi piel bronceada por el sol. Elegí correctamente. Luego de ponerme los tacones, agarre la cartera que hacía juego y baje al lobby. Ya seguro llegarían por mi.
Erick
Ya me encontraba en la gran fiesta de los padres de Gabrielle y ningún rastro de ella. Ellos no estaban seguros de si vendría o no. Yo pensaba que mis padres tenían grandes lujos. Y no, a ellos si les gusta esto de la vida de millonarios. Por un momento pensé que era su casa. Pero no. Es una mansión «y no recuerdo su nombre, no se hablar ruso» con un gran jardín para fiestas y así. Menos mal que su hermana me informó antes de que yo pasara pena. Había mucha gente que no conocía y habían otros que había visto en revistas, televisión y así. Y que el padre de Gabrielle prometió presentarme por ser su socio ahora.
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• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!
RomanceA los 20 años, Gabrielle Sokolov deja Rusia y a su familia adinerada por alejarse del típico protocolo, de la fortuna y de todos esos eventos a los que no quería asistir. Se embarca a una nueva aventura y termina en Miami, sin conocer nada ni nadie...