Un día más... Al trabajo. ¡Que fastidio! Quería y necesitaba mis vacaciones. Gloria Dios, en 3 meses me graduaba de Mercadeo y tenía mis tan merecidas vacaciones. Salí de la habitación y note que tenía el apartamento vuelto un desastre, tenía que limpiar urgentemente. Aún doy gracias de que el señor Thorne me había pagado esto y pues, yo sé lo devolví con mis 3 años de trabajo y horas extras. Y también ayudó un poco que papá depositará en mi cuenta varias cifras inexplicables pero que me ayudaban a sobrevivir. Nadie en Miami ni en la empresa sabía de quién soy hija y prefería que se quedara así.
Prepare el desayuno y limpie lo que podía, aún me quedaba una hora y media para irme al trabajo. Gloria Dios, había logrado financiar una camioneta porque el tráfico en Miami es terrible. Llame a mi hermana mayor, como de costumbre, si no, se moría. A pesar de mi situación con mi familia y que los deje sin un porque, me aman y me llaman todos los días, al año les dije que estoy en Miami y papá se encargó de hacerme llegar dinero. Me querían allá en Rusia con ellos pero no quiero volver a la vida de millonarios que ellos llevan. Al menos mi hermana es como yo, y no le presta atención a los lujos, pero se graduó de Medicina y la está ejerciendo allá, además de que está casada y tiene un precioso niño, no puede irse así como así.
— ¡Vanessaaaaaaa! – Grité por el teléfono – ¿Como estás? ¿Como está mi chico favorito?
— Gabrielle. Todo bien por aquí, hermana. Y tú sobrino portándose más mal cada día, pero es la alegría de la casa. Te extraño bastante, ¿cuando vendrás?
— Vane, aún no me dan vacaciones pero cuando las tenga prometo ir, o ven tú a verme. Pero sin papá y mamá, por favor.
— Gabrielle Anastasia – Me regaño – No seas así, son tus padres. Tal vez tenga vacaciones en el hospital, y si a Anton le dan permiso, iremos.
Tuve una larga conversación con mi hermana y luego una muy muy corta con mis padres, en su voz se notaba lo mucho que me extrañan... Pero estaba viviendo mi vida, la que realmente quería. Ciertamente nuestros nombres no son comunes en Rusia, pero mamá es de padres americanos y rusos, y no quiso que lleváramos nombres extraños. Como mi papá y mi cuñado, y menos mal que ellos influyeron en el nombre de mi sobrino, si no todo sería peor. Me bañe y me vestí para irme al trabajo, gracias al señor Thorne yo no tenía la obligación de vestirme de cierta manera como las demás mujeres de la empresa.
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• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!
RomanceA los 20 años, Gabrielle Sokolov deja Rusia y a su familia adinerada por alejarse del típico protocolo, de la fortuna y de todos esos eventos a los que no quería asistir. Se embarca a una nueva aventura y termina en Miami, sin conocer nada ni nadie...