CAPÍTULO 33

174K 9.3K 744
                                    

Los días en Londres son tranquilos, sin mucho ajetreo. He conocido varias partes y siento que cada día me gusta más. He reconsiderado si quedarme aquí o irme al otro destino que he planeado. Pero es que Londres me encanta. Que indecisión.

He hablado con mi familia casi que todo los días, no se han preocupado porque saben que estoy bien, sana y tranquila. Más no en que país me encuentro. Aunque conociendo a papá... Seguro ya tiene a gente buscándome. Yo lo conozco. Mi laptop sonó una vez más. Que extraño. Se supone que ya todos se habían ido a dormir. Mierda, es el chat por Skype de Erick. ¿De donde saco mi Skype? Siento que matare a unos de mis amigos. Dios... Le respondo o no... Estoy entre la espada y la pared. Quiero hablar con el, pero al mismo tiempo no. Como no le conteste, comenzó a llamar por videollamada. No, no contestare. Cerré la laptop de golpe y me fui frustrada a la habitación. Sentía que las lágrimas me invadían. Lo extraño, quiero verlo... ¿Pero como estaré con alguien que no me ama? Es difícil.

Hora de irme. Busque mi siguiente destino, saldría mañana mismo. Está vez, reserve en un hotel por comprar todo un día antes. Hoy es mi última noche en Londres. Arregle mis maletas, tendría que salir temprano de aquí. Y me dediqué a arreglar la casa para entregarla justo como la recibí. Extrañaría Londres. Pero no me quedaría siempre aquí. Escuche mi teléfono sonar a lo lejos. Seguro es Antonella. Abrí el mensaje sin ver. Joderrrrrr.

« Entiende que te extraño. Y que la única manera de que yo te deje de buscar y de escribir, es que me maten.

Su mensaje me lleno el corazón. Me saco una sonrisa. Parezco una adolescente. Una estupida enamorada viendo el mensaje. O es que eso soy. ¡Y el me encanta! Quiero verlo. Quiero besarlo. Mi teléfono volvió a sonar.

« Pequeña, yo no quise lastimarte así. ¡Quiero hablar contigo! Por favor, contéstame. ¿O es que quieres matarme? Ya ni duermo, no saber dónde estás acaba con mis nervios.

Me lo imagine escribiendo ese mensaje y el ataque de risa me invadió. Tan bello mi gruñón. Y si. Sigue siendo mío.

« Rossie me ha dicho que quiere hablar contigo. Le daré tu Skype para que te llame mañana. Prometo no estar con ella, luego te enfadaras y no quiero arruinar más las cosas.

¡Me lo como! Muero por responderle. Quiero saber cómo está. Pero no. No me haré la fácil. Y no quiero llorar más. Siento que si le doy otra oportunidad... Tal vez haga lo mismo. No lo sé. No lo entiendo. Es un hombre difícil. Y parece que es bipolar. ¿No pudo decirme en persona lo que siente por mí pero por mensajes y estando a miles de kilómetros es romántico? El es extraño. Y así me enamore de el.

« Entendí que no quieres hablar, pero igual no dejaré de escribirte. Te extraño. Me iré a dormir, mañana tengo una reunión en el colegio de Rossie. Ella te dirá que es, porque si se entera de que yo te he dicho, me matará. Buenas noches, preciosa. Sueña conmigo.

Estúpido hombre, que me tiene tan enamorada... Ese mensaje me alegro la noche. Dormiría feliz. Termine de arreglar todo y me acosté, casi que abrazando mi teléfono.

{Cancún, México}

Basta de frío. Quiero calor, playa y sol. Llegue a México y me dieron una bienvenida grandiosa. Cócteles. Luego de registrarme en el hotel en el que había reservado la noche anterior, me coloqué mi traje de baño y salí a la playa. Aunque me gusta el clima frío, tengo un serio amor por la playa. Apague el teléfono, y lo deje en la cartera. Hora de darme un baño.

Luego de el baño, y comer pescado en la playa. Llamo mi atención que dijeron mi nombre varias veces. Es extraño. Me vestí para irme al hotel y escuche una vez más mi nombre. Voltee y habían varios hombres vestidos de negro y con cámaras. Jodeeeerrrrr. Ahora saldré en los noticieros de chismes y esas cosas. ¡Culpa tuya papá! Agarre mi toalla y la cartera, y camine lo más rápido que pude hacia el hotel que quedaba justo enfrente de la playa. Ahora esto saldría en esos canales que ve Antonella. Todos sabrían donde estoy. Y aún no quiero irme de Cancún. No entiendo porque seguirme. No tengo nada de famosa. Que papá lo sea no quiere decir que yo también. Que acaso no tienen más nada que hacer.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora