CAPÍTULO 45

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Erick

El cabello de Gabrielle en mi cara me levanto. No sé ni que hora era, busque mi celular y tenía varias llamadas perdidas de Hunter. Salí de la habitación para no levantarla. Llame de vuelta a mi mano derecha, veamos que ha resuelto.

— ¿Que encontraste, Hunter?

— Información que no le gustará, señor. Luego de la hora de almuerzo estaré allá, para asegurarme de que nadie me sigue.

— Perfecto, que uno de los hombres quede pendiente de la casa, seguro llegara todo lo que compro Gabrielle ayer para reponer todo. Contrata a alguien para arreglar la casa de Gabrielle.

— Estoy en eso, señor. ¿A que hora llega la familia?

— 3 de la tarde, yo te estaré avisando.

En estos momentos, muero de hambre y no se cocinar. Y tampoco puedo sorprender a Gabrielle porque todo se me quemaría. O nos quemaríamos nosotros porque no se que hacer en una cocina. Le pedí el favor a Francesco de que comprara comida en IHOP. Se que a mi chica le gusta.

Subí y ella seguía durmiendo, mejor me daba un baño para ponerme a trabajar desde acá. Lo que me había dicho Hunter no salía de mi cabeza. ¿Por qué no me gustaría la información que tiene que darme? ¿Que más serio que esto? Es imposible.

El suave tacto en mi espalda me hizo asustarme pero al voltear me encontré con el rostro aún adormilado de mi chica. Así se veía tan hermosa. Explore su cuerpo sin que se diera cuenta... Joder. Ella no es como las demás. Además de tener un gran físico, es tan inteligente, y tiene una actitud que deja claro que no cualquiera podrá más que ella. Pero lo mejor de todo es que es toda mía.

— Odio que te levantes y te vayas enseguida, nunca te quedas en cama conmigo.

— Nena, un hombre como yo tiene que ganarse la vida.

Cuando intente darle un beso, mordió con fuerza mi labio haciéndome soltar un gemido. ¿Con que así quiere jugar? La tomé por las piernas y quedo encima de mi, el agua cayéndonos, dejando su cabello en su espalda y sus senos maravillosamente enfrente de mi. Comenzó a besarme desesperadamente, haciéndome pegar a la pared, o si no ya estuviéramos en el piso con un hueso roto. Presione el botón que tenía la bañera y comenzó a llenarse, con ayuda de la ducha. Seguro nos inundábamos aquí.

Lentamente nos sentamos, igual ella quedando encima de mi y tan juguetona como ha sido siempre. Aunque tiene ese carácter bien jodido, detrás de ella hay una persona con sentimientos y un corazón grande. Y jamás pensé que sería toda mía. Antes era un mujeriego al cual no le importaba nada ni nadie, y desde que ella llego, no he querido ver otra chica que no sea ella. Solo pienso en ella.

Y si, esto es amor. Eso es lo que siento por ella. No había sentido esto por Barbara, mi felicidad con Gabrielle era totalmente diferente a lo que yo le decía felicidad antes. Le puso sentido a mi vida. Y ya no soy el mismo hombre que era meses atrás. He cambiado. Ahora soy serio. Responsable. Y aunque a veces mis acciones me llevan a perderla, siempre haré lo correcto para que vuelva a mi lado. Ella vale la pena. El amor, las horas, el tiempo. Todo. Por ella dejaría todo. Y no me importa si me vuelven a lastimar, ella merece saber lo que siento.

— Te amo – Susurre.

— ¿Que dijiste? – Sus ojos se abrieron, como si no pudiera creer lo que dije.

— Que te amo, Gabrielle Anastasia.

Se acomodó y comenzó a darme el triple de besos, su sonrisa está vez era mucho más grande. ¿Cause eso en ella? Agarro mi rostro con ambas manos y me miró fijamente.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora