CAPÍTULO 48

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Mi familia ya se había ido a Rusia, dejando una vez más en mi un gran vacío. Cada vez que me despedía de ellos era como si me encajaran un cuchillo en el corazón. Que terrible es esta situación. Pero mi pequeña alegría era que papá haría todo lo legal para que mis hermanos regresarán a vivir con ellos. Y no esperaba que eso sucediera. Aunque quiero conocerlos ya.

La casa de Erick ya estaba en orden por lo que habíamos regresado a vivir allí, y por los momentos, no pretendía regresar a mi viejo hogar. Mi tan amada jeep ya se encontraba conmigo, luego de los daños que sufrió el día en que atacaron mi casa, Erick decidió mandarla a arreglar y me la entregó hace días.

Mi día se basaba en hacer nada. Estar con Antonella, acompañarla a que gaste todo el dinero de su papá, de vez en cuando visitar a Erick en el trabajo y tirarle malos ojos a todas las víboras que trabajan allí, o salir a comer con mis amigos. Más nada. Erick no me deja trabajar. Posiblemente busque trabajo a escondidas. Porque esto me está matando.

— Nena. ¿Donde estás? – Escuche a Erick apurado en el teléfono.

— Llegando a casa, estaba con Antonella. ¿Que pasa?

— ¿Podrías ir a buscar a Rossie en la escuela e ir a comer con ella? Quede en salir con ella pero se me presentó una reunión urgente.

— Claro, yo voy por ella. No llegues tarde hoy.

— No lo haré, guapa.

Tranque el teléfono y salí de la casa para ir a buscar a Rossie. Estudiaba en una de las escuelas más costosas de Miami y solo se veían padres con autos costosos, madres con sus mejores carteras de marcas y muchos niñas cacatúas que creían que el dinero y la ropa de marca lo es todo. Menos mal, Rossie no es así. A pesar de tener una gran fortuna, no creció así.

Estacioné mi camioneta en todo el frente y me baje, Rossie estaba con un grupo un poco grande de amigos. ¿Es ella la popular de la secundaria? Me reí ante eso. Porque también lo fui. Y no era tan divertido como todas las niñas creen. Al verme, se despidió de todos y corrió hacia mi, me abrazo muy fuerte y luego me dio un beso.

— ¡Gabrielleeeee! No te esperaba hoy. ¿Y Erick?

— En una reunión. Me pidió venir por ti y que almorzáramos juntas.

— Qué raro Erick – Su cara dejo de ser la misma y comenzó a ser de decepción.

Rossie tomó mi mano «como si fuera una niña pequeña, peo admito que es lo más tierno» y comenzamos a caminar hacia la camioneta. Su cara aún no cambiaba. Incluso puedo apostar que tiene ganas de llorar. Conozco ese sentimiento. Maneje hasta un restaurante de hamburguesas que se que amaría. No suelo ser tan educada como Erick que va a esos lugares cinco estrellas, con vino y todo formal.

En la espera de la comida, Rossie me contaba como le fue en el día pero su voz de tristeza seguía intacta. Es que te mato Erick. Te mato. Esto es culpa de el y sus estupidas reuniones.

«Rossie está extremadamente triste. Y es tu culpa, joder. ¿Hasta cuando tu trabajo va a interferir en todo? Estoy almorzando con ella, luego iremos de compras.

En minutos, sonó el teléfono y sé que era la respuesta de el.

»¿Triste porque no salimos a comer? Nena... Soy el jefe. ¿Como abandonó todo así? Era una reunión muy importante.

«Para que sepas que tu hermana es más importante que una estúpida reunión. ¡Su cara de tristeza y decepción fue única! Erick, tienes que solucionar esto. No es primera vez que lo haces.

• Atada a las sabanas de mi jefe • FINALIZADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora