❤ Cuarenta y seis ❤

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Casi me echo a reír al encontrar aquella carta entre todas mis demás cosas.

No tenía la mejor letra del mundo, la redacción era admirable aunque yo nunca vi que él escribiera. Pero el significado, la circunstancia, la razón; era una cosa completamente distinta.

Viera por donde la viera, no dejaba de ser el más hermoso escrito del mundo o del universo entero. Sus sentimientos estaban plasmados allí, con palabras cortas pero llenas de pasión, aunque sólo se mostrasen con tinta azul. Era algo más que las palabras y el papel, bien que sabía yo eso.

Una lágrima cayó de mi mejilla hasta estrellarse contra la palabra ''corazón'' y otra en la palabra ''gracias'', volviéndolas ilegibles. Era yo quien debía agradecerle, por sacarme de la oscuridad que me atormentaba. 

Oscuridad que empezó a brillar y convertirse en un cielo estrellado cuando me di cuenta de lo inútil de lo que había causado mi repentino sufrimiento por un amor no correspondido.

Si Nami no hubiera cumplido años en ese día, o en ningún otro o simplemente no hubiera nacido. No sé como me sentiría ahora, si no hubiera invitado a bailar a mi amado pelinegro aquella noche. 

Por eso me alegré mucho cuando ella atrapó el ramo que yo había lanzado.

Cuando comencé a cantar a todo pulmón la bella nana que me habían cantado desde que era sólo una niña.

Cuando todos mis nakamas me abrazaron y lloraron en mi hombro como unas magdalenas, incluso Zoro se había conmovido ya que de alguna manera, había dejado de ser la menor del grupo.

Todo el mundo llora en las bodas.

No me importó que el glamuroso vestido terminara empapado con sus lágrimas. Eran gotas de agua muy valiosas y preciadas, porque pertenecían a todo ese grupo de personas que llegué a llamar... ''Familia''.

Ese día fue tan perfecto, tan ideal que ya no me atreví a imaginar que fuese un sueño del cual no me despertaría sin dudarlo ni un sólo microsegundo.

Indescriptible el placer que sentí cuando mi ''marido'' bailó de forma tan elegante y perfecta, todas aquellas piezas conmigo. Dejando ésta vez, todos aquellos rastros de presión y miedo de lado. Porque sabía sin ningún problema, que podía ser él mismo cuando se encontraba con nosotros, con los mugiwaras.

O su cara celosa cuando todos los chicos quisieron sacarme la liga por debajo de mi vestido, lo que me provocó una gran torrente de ternura que alguna otra cosa.

''Tengo que decirle...'' pensé.

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- ¿Law? - lo llamé cuando no lo encontré junto al acuario.

- ¿Sí corazón? - me sorprendió él al aparecerse tan deprisa frente a mí, con una película de sudor recorriendo su sien y su frente, con el pecho descubierto dejando exhibir todos aquellos dibujos tatuados en su cuerpo. Aunque claro, yo ya los había visto, pero verlos de nuevo siempre causaba cierto grado e impresión, sin importar cuántas veces sea.

Estaba entrenando.

- ¿Tú escribiste esta carta? - le pregunté mientras le mostraba aquel sobre sellado con parafina roja. Él se ruborizó desviando la mirada hacia el acuario que tenía por detrás de mí. 

Tuve muchas ganas de reír por su expresión y cerré los dientes con fuerza.

- No sé por qué lo preguntas si ya sabes la respuesta, sólo intentaba ser romántico aunque no tenga la mejor letra del mundo ¿No es de esa manera como lo hacen los poetas? Aunque yo no soy uno quería inten....

Lo callé con un beso con mucha más pasión de la que yo estaba acostumbrada a recibir y transmitir, tanto que mi lengua se encontró con la suya como si estuvieran en pleno juego. La temperatura de mi cuerpo aumentó, no quería detenerme, pero sabía que si seguíamos íbamos a llegar más lejos y no lo haríamos si no era dentro de una habitación...

Él se quedó atónito y tan sonrojado como la propia sangre que corría por nuestras venas, seguramente se encontraba enfadado porque lo había tomado por sorpresa, pero nada iba a borrar aquella sonrisa ése día.

- K-Kaede... ¡Eso no es justo! ¡No estaba listo! - bufó él con aquella expresión suya tan tierna, que me pareció posible botar torrentes de sangre por las narices, tal como lo habría hecho el rubio cocinero.

Luego su expresión cambió a una muy pícara, sabiendo de lo mucho que le había gustado esa forma de besar.

<< Traviesa pequeñaja...

Pero cuando estaba a dispuesto a besarme de nuevo, quizás con mayor pasión ardiente de la que yo empleé, lo detuve poniendo mi dedo índice sobre sus labios. Él se mostró confuso.

- Es cierto, no es la mejor letra del mundo. Pero el significado que expresa cada una... Lo fue todo para mí. No sé si fue la razón de que plasmaste aquellos sentimientos sobre el papel albino con tinta azul, o de lo romántico que fue encontrarlo entre mis cosas desordenadas, o que simplemente todas aquellas palabras escritas a tu pulso fueron dedicadas hacia mí...

<< No puedo describirlo Law, es inefable, completamente.... Yo, yo... no... 

Fui callada por el sollozo de mis propias lágrimas. 

Entonces me vi rodeada con sus brazos y mi cabeza se apoyó en su pecho. Dejando aflorar cada uno de esas emociones y sentimientos guardados como en una caja de cristal dentro de mí. Enterrando mis uñas en su pecho desnudo, pasando las yemas de mis dedos sobre las líneas negras que conformaban cada uno de sus tatuajes, como si yo los volviera a dibujar. Él hizo lo mismo con mi espalda y me besó el pelo, sin que yo dejara de de llorar.

- Te amo Kaede, ésa es la razón de toda nuestra existencia, conocernos y estar juntos ¿No? Por encima de todo yo siempre te elegiré.

- ¿Law? - pregunté yo en un susurro.

- ¿Sí amor?

- Es cierto, tú no eres un poeta.

- Eso ya lo sé, sólo quería intentar...

- Porque tú no eres el que se la pasa escribiendo, eres el sentimiento plasmado en las letras que el autor quiere transmitir. Eres la luz que él quiere mostrar, lo que desea que el mundo aprecie su obra de arte, por eso tú eres...

Callé durante unos segundos mientras mi esposo me miraba expectante, buscándome con la mirada. Seguro esperando impacientemente a que culminara lo que comenzaba a decir, cosas dictadas por el corazón sin hacer caso a mi cerebro.

Porque era momento de pensar con aquel órgano que me daba la vida.

- Law... poesía eres tú.




❤¡Love and dance! ❤ [One piece fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora