Corro lo más rápido que sé. Mis piernas están cansadas, debería hacer más ejercicio, me regaño. Carla corre detrás de mí. Lo más rápido que puede, pero es algo más lenta que yo. Vuelvo la cabeza y veo que nos sigue. Grita mi nombre pero intento no escucharle. Continúo corriendo calle abajo. No quiero ir a casa directamente, pues llamaría a la puerta. Giro por un callejó que hay a la izquierda y en cuanto puedo vuelvo a girar a la derecha. Carla me sigue fatigada. Estamos en la calle de la casa de Ariadna. Freno de repente en su casa y llamo al timbre. "No digas nada" le susurro a Carla. Ari abre y nos invita a pasar.
-¿Qué hacéis por aquí?-pregunta sonriendo.
-Pues...-mierda, es tarde. No se me ocurre nada ingenioso.
-Estábamos por tu calle y pensamos en venir para hablar sobre la fiesta de Lydia. ¿Tú te vas a encargar de llevar a Pablo, no?-pregunta Carla. Uf, menos mal.
-Con respecto a eso...-comienza a decir.-Es que.. ¿no podemos hablarlo en otro momento?
No nos da tiempo a responder cuando un chico, sin camiseta, sale del salón. Es guapísimo y está bastante bueno. Nos mira sorprendido y mira Ari. Ella nos mira a nosotras. Y a él. Y a nosotras de nuevo. Entonces, Carla y yo nos miramos. El silencio es demasiado incómodo. Carla lo rompe.
-Bueno, que si estás ocupada, nos vamos y ya otro día lo hablamos.
-No, espera.-dice Ari.-Él es Carlos, amigo de Pablo.
Carlos, "el buenorro" se acerca y nos da dos besos a cada una, mientras nos presentamos.
-Yo me voy a encargar de avisar a Pablo, no os preocupéis. Estoy segura de que a Lydia le hará mucha ilusión.
-Sí claro, y dile a tu...bueno, a él que también se venga.-Carla fulmina a Ari con la mirada.
-¿Y si pasáis un momentito a la cocina? Ahora salimos Carlos.
Entramos en la cocina y Carla cierra la puerta. Ariadna coge un vaso de agua y se lo bebe de un trago. Nos ofrece, pero ambas negamos con la cabeza.
-Os debo una explicación.-suspira.-Conocí a Carlos hará un mes. Me lo presentó Pablo. Comenzamos a hablar todos los días, a quedar, y ... bueno, acabamos liándonos. Es muy majo. Es un poco mayor que nosotras, pero a penas se nota. Últimamente paso mucho tiempo con él, y estoy bien...-baja la mirada, no sabe bien que decir.
-Y no nos has dicho nada porqué...-digo
-Porque no estaba segura de si iba a tener algo con él o no. Tiene casi veinte años. Sé que es mayor pero estoy bien con él. A penas llevamos un mes conociéndonos pero... No quería deciros nada hasta que no supiese si esto iba en serio.
-Reconócelo, nos has ocultado a Carlos porque está muy bueno y temías que te lo quitásemos.
Reímos a carcajadas y la tensión que había entre nosotras se rompe.
-¿Tiene hermanos?-pregunto.
-Él tiene hermanos ¡y tú novio, guapa!-me responde Ari.
-Bueno pero yo no.-agrega Carla.-¿Los hermanos están igual de buenos? ¿Y si los invitas a la fiesta?
-Sí, están bastante buenos y son algo más pequeños que él. Entonces qué, ¿os ha gustado?
-Umm.. podría ser algo más guapo. Sí, un poco más guapo.
-Y quizás el pelo debería tenerlo algo más corto...No te preocupes, me lo quedo yo para que tú encuentres algo mejor.-ríe Carla.
-Ja, ja, ja. -responde Ari.-Es mío, lo siento.-dice giñándole un ojo.
-Nos vamos ya.-respondo.-No hagas cosas raras y siempre con condón, eh.
-Capulla...
-Adiós-se despide Carlos mientras salimos por la puerta.
Carla y yo hablamos durante todo el camino sobre lo bueno que está ese tal Carlos. Ariadna nunca ha sido de contar nada, pero esta vez se había pasado. Aunque bueno, sus motivos tendría. Entramos en casa. Mi madre mira a Carla y la mochila.
-Ah, mamá, Carla se queda a dormir,¿vale?
Subo a mi cuarto sin esperar respuesta. Entro en mi cuarto y Carla cierra la puerta.
-¿Quién era ese hombre?-pregunta.
-Eh...-mierda, pensaba que lo había olvidado.-Es una larga historia...-respondo intentando evitar el tema.
-Tengo tiempo.-dice mientras se sienta en el suelo de mi cuarto apoyando su espalda contra la pared.
Me siento el borde de la cama. Tomo una fuerte bocanada de aire e intento averiguar por donde empezar. Por mi cabeza solo pasan imagenes de lo sucedido. Uno tras otra. Rápido. Cada vez más rápido. Las lágrimas corren por mis mejillas. Carla se limita a mirar. Aguarda con paciencia.
-Es algo de lo que no quiero hablar Carla.-consigo decir.-Es algo... que paso hace tiempo.
-Esta bien.-dice, y se levanta para abrazarme.
Cuando me siento lo suficiente segura se lo cuento.
-Mi tío estuvo a punto de violarme cuando a penas tenía nueva años. Pensaba que había olvidado esos recuerdos pero...cuando Javi lo intentó, volvieron. Él que hemos visto era mi tío. No sé que hace aquí. No quiero verle.-comienzo a temblar. No sé bien si del miedo o del frío.
-Tranquila. No vas a volver a verle. Ya está.-dice.-Olvídalo.
Me gustaría creerla, pero no puedo. Algo en mi interior me dice que le voy a ver. Y ese algo se confirma. Mi madre nos llama a ambas para bajar a cenar y mientras estamos cenando...
-Alicia
-Dime mamá-respondo.
-El jueves vienen a comer tus tíos.
-¿Qué tíos?-Carla me mira y le devuelvo la mirada preocupada.
-Fran, con su mujer y los niños.
No puede ser. No puedo creerlo. Me levanto frenética de la silla, subo corriendo a mi habitación y pego un portazo. No quiero saber nada más.
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Marcus
Teen FictionAlicia es una chica aparentemente normal a la que comienzan a pasarle cosas de películas. Notitas, aviones y nuevos conocidos que aparecen de repente en su vida. Pero hay cosas que por mucho que las olvides siempre vuelven, y ella aprende que "las c...