"Estoy al lado de un barranco. Miro al suelo y las olas rompen fuerte contra las rocas. Me siento la filo del mismo y mi pelo se mueve con el viento. Noto el frío que recorre mi espalda, tengo la piel de gallina y debería tener frío pero no lo tengo. Respiro el aire fresco mientras observo el paisaje, oscuro y me atrevería a decir que algo tétrico. En ese momento, la parte en la tierra sobre la que estoy sentada se rompe. Caigo al vacío mientras grito. Doy un fuerte golpe contra una roca y..."
Me despierto sobresaltada. Otra pesadilla, para variar. Escucho el timbre. Me recoloco un poco el pelo y miro por la mirilla. Es Eric así que abro la puerta sonriendo. Me mira y me abraza levantándome ligeramente del suelo. Entonces recuerdo que solo llevo una camiseta ancha y la ropa interior y me sonrojo.
-Estás muy mona-dice bromeando.
-Calla-le digo dándole un ligero toque en el brazo.-Voy a subir a cambiarme anda.
-Hey, espera-me giro-no te cambies. Hay confianza y no se te ve nada.
Me miro en el espejo de la entrada. La verdad es que la camiseta es casi un vestido y entonces recuerdo que me puse unos culotes antes de echarme en el sofá así que entro en el salón y me siento. Eric se deja caer a mi lado. Lo veo mirar a todas partes. Busca lo mismo que busco yo todos los días... luego disimula y me mira.
-Todo está casi igual que la última vez que estuve aquí.-se le entrecorta un poco la voz.
-Sí...-afirmo-solo faltan las fotos.-Todas las fotos de antes de aquello están guardadas en aquella habitación. Allí se han agolpado todo y cada uno de los recuerdos. Escondidos como si así doliesen menos.
Le observo mirar las paredes vacías, yo también echo de menos las fotos, pero solo a veces. Otras, agradezco que no estén. Se quita los zapatos y cruza las piernas encima del sofá. Hablamos de diversos temas durante un buen rato. Me cuenta qué ha sido de él estos años, qué está estudiando. Luego soy yo la que le cuenta como ha sido mi vida. Lloramos, reímos y volvemos a llorar y así pasamos toda la tarde.
-Oye-llamo su atención y dirige su mirada hacía mí de nuevo-Gracias. Por la canción.
-Yo...-sonríe-pensé que te gustaría. Antes nos gustaba mucho. A todos.-recalca el todos y noto como un nudo se forma en mi garganta.
-Sí-respondo algo triste.
Entonces le veo llorar. A él. Al chico fuerte que hace unos años jugaba conmigo haber quién le hacía más cosquillas a quién hoy está aquí llorando. Después de tanto tiempo. "Ahora vuelvo" digo. Pongo mis pies en el suelo y subo las escaleras. Peldaño a peldaño. Despacio. Me paro frente a la puerta de su habitación. Trago saliva, tomo aire y giro el pomo. Me cuesta trabajo decidirme del todo pero enciendo la luz y entro. Los recuerdos me golpean como una bofetada pero trato de mantenerme fuerte. Fotos, posters, juegos, recuerdos. Muchos recuerdos que llevo años escondiendo en este maldito cuarto sin saber que realmente esto son solo cosas, y los recuerdos están guardados en mi corazón.
Avanzo pisando el frío suelo. Está todo exactamente que la última vez que entré hace años. En el cabecero de la cama hay una gorra de béisbol. Su gorra favorita. Es preciosa. La cojo entre mis brazos y la abrazo. Intento sonreír pero no puedo, demasiado dolor de golpe como para fingir. Apago la luz y antes de cerrar la puerta susurro un "adiós" y hago que mi mente guarde todos los recuerdos de nuevo. Bajo las escaleras, esta vez más deprisa y salto los tres últimos escalones. Eric me mira sonriendo. Me acerco a él y vuelvo a sentarme en el sofá, a su lado.
-Toma-le digo extendiendo mi mano con la gorra de béisbol-Es para ti. Creo que tu deberías tenerla.
Eric mira la gorra perplejo. La toma entre sus manos y se queda un buen rato en silencio. Le miro y él me devuelve la mirada. Luego levanta la cabeza.
-No puedo aceptarla-replica-esto te pertenece.
-No, no es así.-le digo-Eso es más tuyo que mío, por favor. Guárdala. Me ha costado mucho entrar como para tener que volver a dejarla de nuevo.
Asiente y me estrecha entre sus brazos. "Gracias" susurra, pero yo sé que es a él a quien de verdad le pertenece.
-¿Todo está como la última vez?-pregunta.
-Sí. No ha cambiado nada.
Abre la boca como para decir algo pero se arrepiente y la cierra. No quiero saber que es por miedo así que procuro cambiar de tema. Le pregunto que si tiene novia, a lo que contesta que no. No sé porqué pero una parte de mí se alegra de ello. Luego él me pregunta a mí. Tardo un poco en responder y le digo que sí. Le hablo de Marcus, de como es y de que creo que con él estoy bien. Luego, no sé porqué le cuento lo que me ha pasado hoy. Le cuento que una parte de mí lo tenía muy claro pero que otra estaba aterrorizada. Me escucha hasta que ya no sé qué más decir. Luego se acerca a mí y pone sus manos en mis muslos. Debería sentirme incómoda pero me reconforta.
-Ay, pequeña, pequeña.-dice-Es normal que estés nerviosa y que tengas dudas. Solo te digo que debes estar tranquila, y segura. Si te quiere, esperará ¿no? De todas formas estoy segura de que lo harías genial.
Le sonrío y me devuelve la sonrisa. Estoy mirándolo fijamente a los ojos. Se acerca a mí y yo a él. Su respiración es entrecortada. Él está como nervioso. Creo que está apunto de besarme, cuando escucho la puerta abrirse y, sonrojada, me separo rápidamente. Mi madre ha llegado a casa.
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Marcus
Teen FictionAlicia es una chica aparentemente normal a la que comienzan a pasarle cosas de películas. Notitas, aviones y nuevos conocidos que aparecen de repente en su vida. Pero hay cosas que por mucho que las olvides siempre vuelven, y ella aprende que "las c...