Capítulo 5

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Donghae siempre habló por los codos.

En el fondo era un auténtico pensador, pero su forma de ser, se diría que la ocultaba bajo aquella verbosidad casi alucinante, para quien lo escuchaba.

Eunhyuk lo adoraba. La verdad es que Donghae, era toda generosidad y comprensión y su esposo, a fuerza de conocerlo tanto, cuando lo oía desbordarse hablando, levantaba el dedo, lo apuntaba con él enhiesto y decía mansamente:

"¿Más cuerdo, Donghae?"

El buenazo de Donghae (era aquélla su mejor cualidad) empezaba a reír, se abrazaba a su marido si estaban en familia y le decía con inmensa ternura:

"Perdona, amor. Ni cuenta me daba que estabas aquí. Ya sé que no te gusta que hable tanto...".

Eunhyuk se limitaba a besarlo en la mejilla, a darle una palmadita en el hombro y a sonreír beatíficamente.

Así se amaban y se comprendían aquellos dos.

Nunca tenían problemas, y si los tenían, los subsanaban en seguida.

Aquella mañana, durante el recreo, Young saeng vio cómo el auto utilitario de su hermano aparcaba a pocos metros de la escuela. Vestía pantalones, de tono entre blanco y cremoso, un suéter de manga corta, azul, de cuello mao, y aquel desparpajo suyo, tintineando el cinturón de eslabones de plata que ataba en torno a la cintura, sobre el suéter largo.

Young saeng tuvo miedo de la verbosidad de Donghae. De los niños que pudieran oír lo que decía, y hasta de la limpiadora, que se hallaba en aquel instante sacudiendo un felpudo desde la terraza del chalecito anexo a la escuela.

Por eso le salió al paso. Y por eso, después de abrazarlo, la asió por el brazo y tiró de él.

-¿Adonde me llevas? -preguntó Donghae, asombrado, y, como siempre, sin esperar respuesta, añadió-: He venido a verte. Se dicen cosas por ahí, por nuestro ambiente. Ya sabes, ¿no? ¿O no te lo han dicho? hyuki me dijo: "No te metas en nada". Pero, a veces uno no puede aguantar ciertos rumores sin confirmarlos. No le dije nada a mamá, ¿sabes? Quiere a Hyun joong como si fuese su tercer hijo. Es decir, como si después de nacer yo y luego tú, naciera Hyun joong, Minha y Hyung jun. Lo entiendes, ¿no es cierto?

-Para.

Donghae se lo quedó mirando.

-¿Parar?

-De hablar.

-Oh -miró en torno-. Si no anda Eunhyuk por aquí.

A su pesar, Saeng esbozó una sonrisa.

-No es preciso que esté Eunhyuk. Al fin y al cabo, él te conoce y yo también, y, pese a los aires de curioso, los dos sabemos que no lo eres. Pero todos ésos -y señaló el montón de niños que jugaban por el jardín- no te conocen. Y, además, pensarán que eres un cotorro, pensarán que eres, a la par, un chismoso. -Y para entretener el cerebro de Donghae y distraerlo, aún añadió-: Siendo todo lo contrario e importándote un rábano las vidas de los demás, entenderás que....

Seguía tirando de él, y a la par mirando su reloj de pulsera.

-Tienen un cuarto de hora de recreo. ¿Cómo están los papás? ¿Y Hyuky?

-Los papás siempre lamentando que te hayas emancipado así. En el fondo tienen razón -se perdían por el sendero, un junto a otro-. Aunque en alta voz no lo diga yo ni lo diga Eunhyuk, pensamos los dos...

Dime que no llegue tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora