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Capítulo 10

Emily Salvatore

Los ojos verdes que me estudiaban me eran muy conocidos, pero al mismo tiempo había algo nuevo en ellos que me hacía pensar que no los conocía en lo absoluto, la mirada fría y calculadora que me escrutaba de pies a cabeza esperaba que accediera a algo a lo que no estaba dispuesta.

-Piensa bien tu respuesta, querida- advirtió dando un paso al frente, yo no podía retroceder teniendo la puerta a mis espaldas- todo lo que necesitas hacer es firmar el contrato y yo te daré el estudio de tus sueños...

-En Canadá- interrumpí sujetando mejor a la niña en mis brazos- lo que usted me pide hacer es desaparecer.

-Ya lo has hecho antes- un pequeña sonrisa se instaló en las comisuras de sus labios.

-No pienso hacerlo de nuevo- sostuve su mirada sin pestañear, no le daría el gusto de amedrentarme.

-No lo entiendes- intentó acariciar la mejilla de Emma pero la aparte, como si su acto fuera venenoso para la delicada piel de un bebé.- Lo hago por su bien.

-¿Por el bien de Emma?- apartó la mirada- ¿Por el de Shane?- apretó los puños- lo que yo creo señor Parker, es que está más interesado en hacer que su empresa no perezca en manos de las grandes corporaciones- su silencio fue mi respuesta- la empresa Cox es la quinta tercera más grande del país, uniendo a las dos...- sus verdes ojos me miraron de nuevo entrecerrados- llegaría a ser la segunda empresa más poderosa, siempre por debajo de los Everly.

-No sé de lo que hablas- dio media vuelta y se dirigió al sofá.

-Lo sabe y es por eso que está aquí, pidiéndome hacer algo tan enfermo- dejo de mirarme una vez más- primero hace pasar a Emma por mi hija, y ahora quiere arrebatársela a su padre- di un paso al frente acunando a la bebé- pero no me alejaré de nadie- vi como apretaba la mandíbula, lo que era nuevo, nunca antes se había molestado conmigo- me necesita.

Entonces todo explotó.

-¡Él no te necesita!- gritó despertando a la bebé quien comenzó a moverse y gritar molesta- ¡Desapareciste!, mi hijo te necesitó, sufrió, se convirtió en otro hombre al que no le importaba nada- Emma lloró con más fuerza debido a los gritos, eso debió molestar más a su abuelo- ¡Por tu culpa arruinó su vida con esa bastarda!- trató de llegar a ella, pero me aparte, la tome con un brazo y con mi mano libre lo abofetee tan fuerte como pude.

-¡No le permito hablar así de ella!- respondí, el señor Parker se vio sorprendido, parpadeo varias veces antes de balbucear una excusa- lo quiero fuera de mi casa, abrí la puerta del departamento, me dedicó una última mirada y se fue azotando la puerta.

-Tranquila, amor- la mecí en mis brazos, intentando calmarla- no dejaré que nadie te lastime.

No entendía la actitud del padre de Shane, pedirme desaparecer y llevarme a la niña, sin la autorización de mi vecino, para evitar que Camille, la nueva amiguita de la familia, lo dejara, tendrían su primera cita este fin de semana, para ser más específica, en dos días, la semana estaba pasando lentamente evité cruzar palabra alguna con Shane, estaba molesta, hace unos días cuando ocurrió todo con las chicas que trabajan para Liam y Mason, el juró luchar por mí y solucionar lo que sea que su padre quisiera hacer para casarse con una de esas barbies plásticas, pero ahora él tendría una cita con una de ellas.

Eso no parecía una lucha por mí, pero con la visita de su padre a mi apartamento me di cuenta de que iba todo esto, prácticamente los padres de ambos estaban vendiendo a sus hijos por mejorar la empresa, yo no dejaría que pasara algo como eso, por lo que llamé a mi abogado, sí lo que el padre de Shane hacía era dar a su hijo al mejor postor, entonces el señor Cox tendría que mejorar mi oferta.

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