Capitulo 48

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Ya teníamos casi 5 días encerradas y nadie se había dignado a buscarnos. No pude entender como fue que ni dejando la dirección a Anne, habían dado con nosotras
Lissa nos daba dos comidas al día, nos dio un reloj y un calendario. En la habitación había un enorme ropero con ropa llena de polvo, comenzamos a lavarla en el baño para usarla. A mis hijos, extrañamente les regalo unas cuantas prendas.

—¿Lista para saber que es lo que quiero?— dijo ella cuando cerro la puerta detrás de si.

—¿Qué es lo que buscas Lissa?— pregunto Madeleine, poniéndose frente a ella.

—Tranquila— saco una pistola y le apunto a Mady para que retrocediera —Quiero a la niña que tienes entre los brazos.

—¡Nunca te la daré!— yo por inercia, la tome entre mis brazos y Mady corrió hasta la cama para tomar al niño. —¡Es mi hija!— comenzó a llorar y su hermano con ella. —¡¿Por que la quieres?!— las lagrimas llenas de temor corrieron por mis mejillas.

—¡Me quitaste a mis hijos! ¡Yo quiero a los tuyos!

—Yo no te los quite... Siempre los quise demasiado, siento mucho que Nicole haya muerto pero no siento ni un poco de lastima por que Kevin este en la carcel. Tranquila mi niña. — la comencé a arrullar para que dejara de llorar.

—Si no es por las buenas será por las malas.

Me parecía que todo comenzaba a a ocurrir en cámara lenta. Ella se acerco con rapidez a donde yo estaba, me intente levantar antes de que llegara a nosotras pero fue inútil. Aferre el cuerpo de mi hija contra el mío para evitar que se la llevara.

—¡DAME A LA NIÑA VANESSA!— grito Lissa llena de furia.

—¡La vas a lastimar!— fue lo único qué pude decir.

Madeleine tenía a mi hijo en los brazos, eso fue lo único que pude ver antes de que Lissa me diera un golpe en la nuca y el dolor me doblara. Me quito a mi pequeña y cuando me desplome ella salio corriendo de la habitación. Poniendo llave, como lo hacia cuando nos dejaba comida.
Todo a mi alrededor se volvió de color negro y deje de escuchar todo ruido alrededor.

Ángel:

Ya habían pasado 5 días de que Vanessa se había ido. Me encontraba desesperado por encontrarla y a mis hijos. No recibí ningún tipo de nota o llamada para pedir dinero por ella.

—Le traje un café señor Ángel— dijo Anne.

—Gracias Anne, solo por si las dudas ¿no recuerdas ahora si Vanessa te dijo exactamente donde iría?

—Una vez más le digo que no se nada.

La furia me envolvió por un momento y me volví hacia Jesse. —¡ES QUE NO ES POSIBLE! ¡COMO DEMONIOS IBA A BORRARSE ESE MALDITO MENSAJE!— después me gire hacia Anne y la tome de ambos brazos — ¡Y COMO ES POSIBLE QUE NO SABES A DONDE FUE, TU ÚNICO MALDITO TRABAJO ERA ASEGURARTE DE QUE SE QUEDARA EN CASA!

—Perdóneme señor, yo... Yo... Intente detenerla pero es demasiado terca— las lágrimas corrieron por sus mejillas.

—¡TRANQUILÍZATE ÁNGEL! Suéltala, pobre mujer— dijo Jesse, tratando de abrir mis manos para que soltara a Anne. —Yo se que estas desesperado, te recuerdo que mi mujer también desapareció y no estoy buscando a quien culpar.

Por Amor || COMPLETA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora