Los miedos de Mei

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Mei veía, con nuevas lágrimas en sus ojos, como el mundo entero se desvanecía ante ella.
Generalmente, Mei Chang-Elric no era una mujer celosa. Sí, lo había sido en su juventud, pero hay que aclarar que mientras más cercanos tus traumas estén, más grandes y potentes tus miedos se sienten.
Sin embargo, cuando alguien te golpea en la herida, por más vieja que sea, si ésta no está bien curada, te duele.
A Mei le dolía mucho.

De niña, Mei había sido subestimada como luchadora,curadora o cualquier otra cosa en su clan; un clan que de por sí ya era subestimado por los demás: El clan de los Chang.
Su vida no era en lo absoluto fácil. Siendo la hija de una mujer la cual tenía Dios sabe cuantos hijos aparte y que, prácticamente, vivía más para su rey que para alimentar a sus hijos, su ambiente filial no estaba muy lleno de amor y calidez que digamos.
La chica tenía contados hermanos que le ayudaban con sus practicas día a día. Y ella, agradeciendo a estas muestras de cariño, se esforzaba al 110% en lo que hacía.
Aunque claro, los hermanos de Mei también tenían sus propios problemas, por lo que a la niña sólo le daban las migajas de tiempo que les quedaban.
Hemos de decir también que tanto las artes marciales, como la alkahestria, e incluso como conseguir alimento por cuenta propia, no eran tareas, ni por lo menos, fáciles.
Mei trabajaba 24/7 para ser de las mejores en su clan, y no era en vano. Mientras más tiempo pasaba, Mei Chang seguía superándose a sí misma.
¿Cómo te sentirías, en cambio, si al demostrar estos avances a tu "familia" te vieran tal cual inútil?
Trataba y trataba de ser perfecta, sin embargo, los superiores viendo a la chica, sólo resaltaban sus errores y pasaban de ella.
Peor que una inútil la veían. Como un ser inexistente la ignoraban.
Pues por supuesto que esto impulso a Mei a resaltar, y ¿que mejor forma de mostrar su valor que llevando la piedra filosofal de la que había escuchado a su padre, el "magnánimo" rey? ¿Qué mejor forma de hacerlo que acabando con el hambre de su clan? Mejor aún, ¿qué mejor forma que modificando su sociedad?
Al terminar con el hambre y la competencia, infirió la joven, terminaría con el desinterés y la falta de amor en los clanes. Qué más que clanes, como si fueran animales, debiesen ser familias, descendencia orgullosa de sus mayores.
Con esta mentalidad llegó Mei Chang a Amestris, tierra proveedora de sus esperanzas.
Pero no imaginaba que esta tierra le diese todavía más esperanzas. Le proveería de la calidez y del cariño de un ser muy dispuesto a darlo. De un ser que lo daría todo por sus amigos y que, en un futuro no muy lejano, lo daría todo por ella en especial.
Alphonse Elric le hizo ver a Mei que no necesitaba ser la mejor en todo para ser apreciada.
Que sus puntos fuertes no sólo se encontraban en sus capacidades, sino más bien en sus fortalezas y en su espíritu.
Alphonse Elric, junto con sus compañeros de aventura, le demostró a Mei Chang algo que ni siquiera ella había notado.
Su verdadero valor.

Pero ahora, nuevamente, nuestra Mei se sentía expuesta e inferior.
Pues su Alphonse estaba coqueteando con otra mujer.
O así lo veía ella.
Estaban muy cerca, sus torsos muy juntos, sus pies con la dirección exacta apuntando hacia el otro.
Y ambos sonreían estúpidamente.

¿Qué esta pasando?

Al nunca le había hablado de esa mujer. Al nunca se la había presentado. Y peor aún, ese día había salido de la casa mediante excusas.

¿Qué esta pasando?

La mujer en cuestión aparentaba la misma edad de Mei, era atractiva, con un cuerpo bien trabajado y que, según lo visto por la joven, dominaba el arte de la alkahestria a la perfección.
Los miedos de verse suplantada por otra mejor frente a los ojos de las personas a las que más apreciaba, volvieron a su mente.

Alguien explíquele a Mei qué está pasando.

¿Qué debía de hacer Mei en esa situación?
¿Caminar directamente a Al para exigirle una explicación?
¿Salir corriendo mientras lloraba, así como cuando era una niña?
Estaba paralizada del miedo.
Y una idea se le vino a la mente.
Pensó que Alphonse ya había hecho mucho por ella. La había liberado de ciertas actitudes que ennegrecían su alma.
La había hecho feliz.
Igual ahora era tiempo de hacerlo feliz a él.
Posiblemente, pensó, él había cargado inconsciente con el peso de ayudarla todo este tiempo.
Tanto había logrado su propósito, que seguramente debía de estar cansado.
Lentamente, y con unas cuantas lágrimas en sus mejillas, Mei salio de su escondite.
Alphonse, como siempre solía hacerlo, sintió la presencia de su esposa y volteó automáticamente a verla.

Él lo notó.

Esa mirada significaba que ella se estaba despidiendo.
Despacio, Mei salio de escena.
Y por más rápido que Al se moviera, su cuerpo le traicionaba. No podía alcanzarla.
Una sola mirada había bastado para dejar a Alphonse Elric indefenso. Temeroso. Él estaba perdiendo a lo que más quería en el mundo.

¿A dónde vas, Mei?

Corriendo aún más rápido, Al llegó a ver la silueta de su amada frente a su casa. La vio nostálgica. Y así, desde donde estaba, gritó:
-¡MEI CHANG-ELRIC! ¿A DÓNDE CREES QUE VAS?
Ella se giró a observarlo. Se veía claramente cansado, tenía las manos sobre las rodillas, sus pulmones buscando por aire desesperadamente. Había lágrimas en sus ojos.
Sin quererlo, la joven sintió un estremecimiento al notar las mejillas mojadas de su esposo. Y en lugar de huir, como para ella de 10 años hubiese sido lo más correcto, caminó hacia él.
Cuando llego a su lado, levantó su mano y suavemente retiró las lágrimas de sus ojos.
Sonriendo para no preocuparlo, Mei dijo:
-Al, yo entiendo que eres un ser muy diferente a los demás. Prácticamente eres un ángel. Y sé que sabes que me has ayudado muchísimo desde que te conocí.
El rostro de Alphonse estaba inmutable. Paralizado mientras escuchaba a aquella hermosa mujer hablarle.
-Pero si tu amor hacia mí estaba basado en tu filantropía y nuestra amistad, es mejor detenerlo aquí.
Alphonse no entendía lo que su mujer trataba de decirle.
-Si llegase el día en que te enamorases de verdad de otra...
Algo se prendió en el cerebro del hombre.
Mei había tratado de dejarlo para que pudiese ser "feliz".

Maldita sea, Mei Chang.

Alphonse la tomó en brazos y la llevó a su pecho, abrazándola fuertemente con todo el cariño que podía ofrecerle.
-Mei, ¿por qué creerías que sólo te amo por filantropía y amistad? Eres la mujer perfecta para mí. Eres buena, inteligente, divertida, amable, revoltosa. Mei Chang-Elric, así me pusieran una pistola en la cabeza para dejarte, nunca lo haría. Y yo quiero ser el hombre perfecto para ti. ¿Sabes cuanto me cuesta seguirte el ritmo a veces?-Alphonse por poco sollozaba -No, Mei, no. Yo no quiero perderte. Por eso voy a todas partes para que me enseñen algo sobre ti. La alkahestria, el idioma de Xing, tu cultura, cualquier cosa. Necesito sorprenderte, para que te enorgullezcas de tu esposo. Mei Chang-Elric, te amo con todo mi ser. No quiero por nada en el mundo que te alejes de mí. ¿Puedes entenderlo ahora? Nunca, nunca, nunca te cambiaría.
En el pecho de Al se escuchó un sollozo diferente. Uno mucho más agudo y femenino.
-Mei, ¿cómo estas? ¿Necesitas algo?
-A ti.
Alphonse sonrío llorando. Esas palabras habían consolado su alma.
Como ya tenía acostumbrado, cargó a la chica en sus brazos, y la llevó a la casa.
Con ternura, pronunció:
-Estas muy fría Mei, permiteme calentarte.
Y cerró la puerta tras ellos.













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Hola, amigos.
Vaya, nunca les había hablado desde aquí a todos.
Quiero decirles: "¡Ah! ¡Muchas gracias por sus lindos comentarios!"
De verdad sus comentarios me hacen muy feliz.
Perdonen por no actualizar, pero he estado un poco mal últimamente y no quería escribir algo de AlMei fingido o muy cliché, así que esperé hasta que una buena idea se me viniese a la mente y fuera capaz de plasmarla.

Oh, por cierto, quería decir también que tanto este capítulo como los otros están un poco abiertos a ediciones. XD
Hay veces donde releo lo que escribí y digo "Qué mala sintaxis, por Dios, Fernanda ¿no te da pena?" xd, y pues llego y bum, los edito. Por si alguna vez encuentran algo muy diferente a lo que leyeron la primera vez, para que no se asusten. Y por supuesto que me es de muchísisisisima ayuda el que me corrijan y hasta el que me golpeen por tonta. >:)

Bueno ya, estoy hablando muxo.
De nuevo ¡Muchas gracias por leer el fic! y hasta la próxima.
Posiblemente uno de los siguientes one shots tenga el mismo aura triste que este, pero enfocado en Al. Esperenlo ;)

Mei Chang-Elric.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora