|Mello es una chica|

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Hoy, en el cuartel, tenían un caso un poco extraño. Un adolescente que se dedicaba a matar a las chicas que se negaban a tener relaciones con él. Estaban seguros de quién era el asesino, pero no tenían ninguna prueba.

Todos estaban decaídos.
Incluso Near.

Los demás pensarían que le da igual porque sigue jugando con sus juguetes como si no hubiera mañana, pero yo le conozco bien. Sus movimientos son más lentos, como si le costase concentrarse en el juego porque está pensando en más cosas.

Me senté a su lado y le di un beso en la mejilla. Él me mostró una mueca, en un intento de sonrisa, y me dio unos cuantos muñecos para que me uniese a su juego.

Mientras jugábamos se me ocurrió que si no había pistas, deberíamos hacerlas: alguien debía de infiltrarse, una chica, y convertirse en la víctima. Todo grabado, y esa sería la prueba definitiva (y la única).

Lo comuniqué en voz alta, y les pareció bien a todos, incluso a L le gustó mi idea, y me dio una fresa como agradecimiento.

Miré a Near, debía de estar muy orgulloso de mí. En cambio, cuando me giré me dio una mirada de odio y se levantó del suelo.

-Sí, el plan está genial. Pero decidme... ¿Quién será la chica? Porque Misa no creo que quiera colaborar después de lo que Light le dijo. -dijo Near.

Ya veía por dónde iban los tiros.

-Puede ir ________. - respondió el inocente de Matsuda.

-Jamás. -terco Near🙄.

-Pero Near, puedo hacerlo perfectamente, llevaré micros y cámaras, no me pasará nada. -le dije como queja.

-DEFINITIVAMENTE NO. -sigue en sus trece.

-A mí tampoco me hace gracia que vayas, pequeña. -dijo Light.

-Es su decisión.- respondió L.

-Sino, siempre puede ir Mello. Le ponemos algo donde deberían ir las tetas y ya sería una tía. -dijo Matt.

Antes de que Mello pudiera decir nada, dije yo:

-Tampoco está mal la idea de Matt... Podríamos ir Mello y yo juntas... ¿Qué te parece, copito?- le puse ojitos de cachorro- Mello me puede proteger.

-Como le pase algo, te enteras Mello.- bufó Near accediendo.

-¡Bien! -dijimos Mello y yo al unísono. Mello hacía tiempo que no salía a arriesgarse, Matt lo tenía controlado. Y ahora que le dan la posibilidad estaba muy emocionado.

............

Estábamos en el bar que solía frecuentar el chico, llevábamos unos micros. Near no nos paraba de dar instrucciones, bueno, más bien estaba continuamente rogándome por que tuviese cuidado y riñendo a Mello para que parase de hacer chorradas.

Yo no me paraba de reír. Mello con tacones y tetas era buenísimo.

-Chicos, atentos, por ahí viene el asesino. -nos advirtió L.

Se sentó en una mesa del bar y se nos quedó mirando.

Near empezó a blasfemar.

-Enana, como se te acerque de más, me da igual arruinar el plan, te sacaré de ahí. Mello, que ni se le acerque, ¿me oyes? Esto era mala idea, mala idea...

-Pelusa, es increíble que _____ te haga pasar de hacer como que no te importan los casos, a agobiarte. - dijo Mello retándolo.

-Eso no es verdad. -respondió Near.

Yo sólo solté una risita.

-Y nos lo creemos, pelusa. Seguro que ahora mismo no estás jugando. Y eso es raro en ti. - dijo Mello.

-Bueno, dejaros de cháchara, que ahí viene.- digo yo.

-Hola preciosas. Me llamo Mark, veo que no tenéis compañía. -nos dice.

Nuestro objetivo era rechazarle para así tener pruebas... Por lo que ahí vamos.

-No, pero tampoco deseamos la tuya. -le respondí.

-Tú si que sabes, tía.- dice Mello imitando la voz de una chica.

Mark, sin que nadie lo viera, sacó una navaja del bolsillo y me la puso en la espalda.

-Chicas, chicas. Yo sólo venía para hablar un rato con unas tías guapas. Pero no me dejáis otra opción. Y ahora andando si no queréis que mate a esta preciosura aquí mismo. -dijo Mark.

Pude escuchar a Near al otro lado ahogando un gemido.

Salimos afuera. Y este, aún con la navaja en mi espalda, ocupó mi espacio personal.

Lo intenté entretener para que Mello le golpease.

-A mí me van los sado, ¿sabes? Estaría bien uno esta noche, solos tú y yo... - le dije en tono seductor.

Mark, centrado en mi revelación, se olvidó de Mello. Y este, le asestó un golpe en la cabeza que le dejo K.O.

El rubiales me abrazó con fuerza.

-Me parece que no vuelvo a ver la luz del día. - me dijo.

Yo me reí.

-¿Por qu...

-¡______! -apareció Near de repente, y me besó con pasión. Cuando nos separamos, juntó su cabeza con la mía.- No vuelves a ninguna otra misión.

-Sabes que si quisiera ir, al final cederías. -le respondí.

-Lo sé.- suspiró. -Ah, y Mello.

-¿Si? -respondió el susodicho.

-A ______ le pudo pasar algo grave.

-¿Lo siento?

-Estás muerto. -dicho esto, Near comenzó a correr como un loco detrás de Mello.

-¡_____!¡Haz algo! -me dice el rubio.

-Near...-Le regaño- Sabes que no tiene la culpa.

Él refunfuña.

-Anda, ven aquí, copito. -dije con los brazos abiertos.

El albino se me acerca sonriente, me da un beso en la frente y me coge para ir en su colo hasta llegar al coche.

Aprovechando que Near está de frente y no puede verme porque estoy en su colo, le levanto el pulgar hacia arriba a Mello y él me agradece de rodillas haberlo salvado de su muerte prematura.

Ya en el coche, cuando estábamos todos callados, dice Near después de un rato de reflexión:

-Así que te van los sado, ¿eh?

Imagina: Nate River y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora