Sueños II: El Cazador [Fremione]

El mentiroso y el sueño.

Capítulo 1.

El mentiroso y el sueño.

El cielo estaba negro aunque fuera apenas mediodía. Las personas que habían estado rodeando la reciente tumba de Luka Delvis, ahora comenzaban a esparcirse, apurando el paso para regresar a sus autos antes que comenzara a llover.

Hermione permaneció de pie junto a Simone, la viuda, sin atreverse a decir una palabra; mientras el pastor que había dirigido la ceremonia se marchaba bajo su paraguas precavidamente abierto. La mujer estaba allí con su bebé en brazos, mirando fijamente la lápida de su marido. Finas lágrimas se escurrían por sus mejillas. Hermione ya había superado la etapa del llanto, pero igual sentía sus ojos arder cuando veía a Norka dormida en brazos de su madre. Parecía que habían pasado mil años desde que Luka la llamó en plena madrugada para avisarle que su esposa estaba en trabajo de parto. Y sentía que habían pasado mucho más de dos meses desde que la había tomado en brazos por primera vez y Luka, lleno de emoción, le pidió que fuera la madrina.

—Él te quería—susurró Simone, sin mirarla.

Hermione no dijo nada. Desde que se había reunido con su colega Nott esa misma mañana, comenzaba a poner en duda muchas cosas. Una de ella, era que tanto la había querido Luka en realidad. El hombre que tanto había creído conocer le había mentido en la cara más de una vez. Todos sus secretos habían salido a la luz después de su muerte, y ella estaba furiosa por eso.

—De verdad te quería— insistió con voz ronca, como si supiera que Hermione no creía ni una palabra. Simone se marchó minutos después, sin decir nada más, mientras la castaña se aferraba a la carpeta que Nott le había dado en la mañana.

Quería gritar. Insultar a Luka en los cinco idiomas que conocía. Quería gritarle que era un mentiroso que la había engañado, y que se merecía lo que le había pasado. Quería odiarlo con todas sus fuerzas. Odiarlo por no haber sido honesto con ella, por no haberle dicho lo que sabía y así evitar su muerte.

Apretó los dientes con mucha fuerza, dándole la espalda a la tumba antes que la tentación de darle una patada fuera más grande que su respeto por los muertos.

Estaba tan furiosa. Quería tener a Luka enfrente para poder decirle lo mucho que lo detestaba. Pero un nudo en la garganta se hacía más fuerte cuando caía en la cuenta de que jamás podría decírselo. Luka no estaba, jamás volvería.

Jadeó cuando un nuevo ataque de lágrimas la sobrecogió. Apretó con más fuerza la carpeta. Luka le había mentido a todos, no se merecía que le llorara. Pero a pesar de todo...

—Hermione.

De manera rápida se secó las lágrimas con la manga de su chaqueta, antes que Harry y Ginny la alcanzaran.

—¿Cómo te sientes?—sintió como Harry la miraba de arriba abajo con los ojos entornados y brillantes de preocupación.

—Hable con Theodoro esta mañana—dijo, apurando el paso hacia la salida del cementerio. Por nada del mundo quería hablar de cómo se sentía. Aquella mezcolanza de furia y tristeza que se agitaba en su interior la tenían muy aturdida.

—Me lo imaginaba—asintió Harry, mirando de reojo a su novia, la cual caminaba a su lado en completo silencio— Mejor vayamos a tomar algo caliente—propuso.

Hermione no tenía muchas ganas, pero deseaba poder sentarse un momento y contarles lo que Nott le había dicho. Casi por inercia siguió a la pareja. Caminaron un par de calles en completo silencio hasta llegar a una cafetería bastante pequeña y sin mucha gracia. Estaba completamente vacía, pero igual se aseguraron de tomar la mesa más alejada en la esquina más solitaria.