Lunes: El asistente.

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Capítulo 4

Lunes.

El asistente.

-Cuéntamelo todo. ¿Cómo era el vestido?-la voz urgida de su madre perforó el cerebro de Hermione aquel lunes por la mañana. No era que no le gustara levantarse temprano, pero había intentado evitar la llamada de su madre todo el fin de semana. Lamentablemente, el estupor que precedía un sueño muy profundo la había hecho cometer el error de atender el teléfono sin verificar el número.

En el segundo que escuchó a su madre haciéndole mil preguntas sobre la boda de Harry, quiso darse un buen golpe en la cara por torpe.

-Era muy bonito. -respondió con un bostezo.

-Dios, Hermione, ¿podrías ser un poco más específica? -se desesperó su madre, y casi pudo imaginársela rodando los ojos con fastidio

La forense se mordió el labio al tiempo que se levantaba de la cama para dirigirse a su pequeña cocina, ni siquiera la irritante voz de su madre podía arruinarle el apetito voraz que se traía aquella mañana.

-Mmm bueno, era sencillo-trató de recordar, la verdad no se considera una persona muy buena a la hora de describir ropa. Para ella la ropa era ropa y solo servía para vestirse. -no tenía mucho encaje, ni mucho escote... a mi me gusto, te enviare unas fotos más tarde , ¿está bien?

-Ya, aunque seguro que tú te hubieras visto mejor con el-soltó con saña su madre.

Hermione mordió un trozo de pizza que había encontrado en el fondo de su heladera. Su madre ya se había tardado, la verdad

-No empieces mamá, sabes que entre Harry y yo jamás ha ocurrido nada de eso.

-Porque tú no te has molestado en darle una oportunidad. Tú y tu trabajo, seguro el pobre hombre se cansó de esperarte, por eso se fue con la primera que se le cruzó enfrente...

Así funcionaba el mundo para su madre. Según ella, Harry había estado enamorado de de su hija toda su vida, pero como Hermione era un persona con sus prioridades terriblemente mal organizadas, había decidido ignorar el apasionado amor del detective y dedicar cada segundo de su vida a un trabajo estúpido, en una ciudad lluviosa y aburrida. En el mundo de su madre, ella siempre era la tonta.

-Harry se casó con Ginny porque está loco por ella. Él nunca esperó nada de mí, es mi mejor amigo.-remarcó las últimas palabras, tratando de una vez por todas se grabaran a fuego en la cabezota dura de aquella mujer.

-Amigos, amigos, tú siempre tienes amigos ¿Qué me dices de Michel? Era un buen chico...

Su hija casi se ahogó con un trago de leche con chocolate.

-¡Mamá! Salí con Michel cuando estaba en la secundaria.

-Estaba interesado en ti-lo simplificó la señora Granger.

-Solo estaba interesado en que le hiciera la tarea de matemática, y que de pasada fuera su muñeco de prueba en sus clases prácticas de educación sexual.

Una madre normal, se escandalizaría al enterarse que un chico había tratado de meterle mano a su hija que acababa de salir de la primaria. "Remarquemos la palabra normal" pensó con amargura Hermione mientras se terminaba las sobras de la comida india de la noche anterior.

-Si tú no fueras tan quisquillosa, tal vez...

-Si yo no fuera tan quisquillosa, tal vez tendría tres niñitos mal educados y estaría divorciada de un inútil que no trabaja -chasqueó la lengua disgustaba.

Sueños II: El Cazador [Fremione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora