Viernes : Estoy aquí.

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Capítulo 8

Viernes

Estoy aquí.

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Hermione contuvo un bostezo al meterse en el ascensor a la mañana siguiente. La noche había sido muy larga, y no estaba segura de llegar a poder cumplir el turno sin terminar dormida sobre unos de los refrigeradores.

—¿Hacer de niñera fue más duro de lo esperado?

Casi dio un brinco al escuchar una voz a su lado. Estaba tan cansada que no había notado que Fred se había subido en el ascensor con ella.

—Lo siento. Buenos días—trató de no bostezar— Si, al parecer no estoy hecha para cuidar bebés.

—¿No durmió?—le preguntó, al tiempo que la sorprendía tendiéndole un café en vaso descartable.

—Gracias—lo aceptó verdaderamente agradecida. Aquella mañana no había podido cubrir su cuota de cafeína.— En realidad, durmió toda la noche, es un angelito.

—¿Entonces?—se interesó, antes de tomar un sorbo de su propio café.

Hermione reprimió otro bostezo al tiempo que salían del ascensor.

—La que no podía dormir era yo. Cada vez que me venía el sueño, no podía dejar de pensar que Norka despertaría y yo no iba a escucharla. Es que a veces tengo el sueño pesado...—le explicó, y vio cómo  el pelirrojo sonreía con picardía al escuchar eso último.

—Me parece que serás una madre un poco paranoica ¿o no?—rió

La forense bufó, pero no pudo reprimir una sonrisa.

—No me imagino siendo madre—le dijo con sinceridad—Algo tan pequeño que necesita tanta atención y cuidados.... ¡pasaría de un ataque de nervios a otro!

Fred sonrió más abiertamente.

—Sinceramente, no te creo.

—Ya.—rodó los ojos.

—Lo digo de verdad—le dijo con solemnidad, mientras la veía reír.

—Lo dices por qué no me viste anoche—negó con la cabeza—Termine durmiendo en un sillón junto a la cuna. Me comía las uñas cada vez que tenía que abandonar la habitación.

—Uff me lo puedo imaginar—hizo un esfuerzo para no soltar una carcajada al tiempo que se sacaba el abrigo y lo colgaba en un perchero junto a su escritorio.

—Ríete cuanto quieras Weasley—terminó con su café y lo tiró con una perfecta puntería a la papelera—No tengo ni idea cómo  se las arregla Simone.

—¿La tendrás que cuidar esta noche también?

—No, solo era por esta vez.— El alivio era tan palpable en su voz, que logró sacarle otra sonrisa a Fred, mientras que Hermione comenzaba a sentirse avergonzada—No me malentiendas—se defendió—Norka es la cosita más bonita del mundo y la adoro. Pero últimamente me he sentido muy cansada, no aguantaría otra noche así.

—¿Por eso has ido al médico?—perdió su sonrisa.

—En parte—pasó el peso de su cuerpo de un pie a otro. De inmediato, Fred entendió que se estaba incomodando con el rumbo de la conversación.

Aunque se moría de ganas de saber sobre su salud, también quería seguir disfrutando de la charla casual que hasta el momento estaban compartiendo. Si la incomodaba, perdería todo lo que había logrado. No podía arriesgarse. Tratando de relajarla nuevamente, preguntó.

Sueños II: El Cazador [Fremione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora