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05 | La que él ama

SCARLETT

Justin dejó que me sentara en el asiento al lado de la ventana, aunque ya no sirviera de nada debido a que había oscurecido.

Justin se sentó a mi lado una vez había acomodado nuestro equipaje apropiadamente, y pronto el avión despegó.

Estaba a punto de ponerme los auriculares cuando Justin habló.

—Uh, tengo que decirte algo...

—¿Sí?

—Yo, uh... ya sabes, como vamos a París y estaremos alrededor de dos semanas allí, y no tendría sentido solo pasar el rato solos, yo... bueno, invité a una chica ahí. Somos bastante cercanos así que pensé que se nos podría unir y, y-yo le dije que eras mi prima hermana, y resulta que por coincidencia tú también vas a vacacionar ahí también —Dijo.

Oh... una chica... y son muy cercanos.

Pero, ¿prima hermana? ¿En serio?

—Oh... de acuerdo —Asentí, y miré hacia otro lugar.

—Pero he reservado dos habitaciones una al lado de la otra, así que estarás en la habitación justo a nuestro lado —Dijo, como si estuviera tratando de mejorar las cosas. Sólo asentí en respuesta—. Uh, t-tú puedes invitar a alguien también... es decir, apesta estar solo en la ciudad del amor.

—No, estoy bien —Fingí una pequeña sonrisa y negué con la cabeza.

—Oh, okay —Murmuró y miró a otro lado.

Realmente apesta estar sola en la ciudad del amor, pero no tengo opción, ¿no es así?

—Su nombre es Selena —Dijo y lo miré—... la chica que invité. Estuvimos en una relación cuando tenía dieciséis años, por tres... casi cuatro años. Ella fue mi primer amor y hasta ahora el único, pero cometí algunos errores y ahora estamos separados, así que sólo estoy tratando de pasar un poco de tiempo con ella, para que así quizás en el futuro, volvamos a estar juntos —Continuó, y me sentí un poco desconcertada por su repentina charla emocional.

Nunca pensé que él se hubiera enamorado de alguien de verdad, por lo que estaba algo sorprendida.

—Oh, eso es genial —Le di una sonrisa genuina.

—Sí —Respondió y miró hacia abajo hacia sus manos—. ¿Alguna vez t-tuviste a alguien? —Preguntó.

Me encogí de hombros y negué.

—Nunca he conocido a alguien así. Es decir, había este chico en mi universidad, y éramos realmente cercanos, e hicimos algunas cosas juntos, pero nunca fue amor —Le respondí y él asintió—. No creo que alguna vez pueda encontrar el amor —Reí por lo bajo, pero él frunció el ceño.

—¿Por qué? —Me encogí de hombros una vez más.

—Yo sólo... no creo ser el tipo de chica del cual alguien se pueda enamorar, ya sabes. Soy muy ordinaria... —Dije y él sólo se me quedó viendo con expresión neutra por unos diez segundos antes de que sus ojos cayeran hacia mis labios por un momento y luego volviera a mirar hacia arriba.

Él hace eso mucho...

—¿Es malo ser ordinario? —Finalmente habló.

—No lo sé; nunca me he sentido especial, así que consideró ser ordinaria como algo bastante malo —Expliqué.

—Todos son especiales, Scarlett. Sólo necesitamos a la persona y el momento correcto para que nos lo demuestren. Quizás ahora no es tu momento, quizás Dios tiene mejores planes para ti... —Dijo y un nudo se formó en mi garganta.