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04 | Acepto

SCARLETT

Inhalé y exhalé profundamente antes de mirarme en el gran espejo. Mi cabello estaba hecho en un hermoso moño, del cual le caían mechones rizados a los costados y llevaba el vestido y collar que Justin me había conseguido.

-Emma, no quiero hacer esto... -dije mientras me miraba, ya preparada para la boda.

-Entonces escapa... Deja este lugar, Scar -dijo.

-Sabes que no puedo hacer eso -le dije.

Ella suspiró, me alcanzó las flores y yo las sostuve a la altura de mi estómago con las dos manos.

-Ya es hora, cariño -mamá y papá entraron.

-Oh dios mío, ¡te ves tan bella! ¡Mírate! -me dijo mamá antes de besarme la frente. Papá la imitó.

-Vamos -dijo mi papá y envolví mi brazo en el suyo.

-¿Estás lista? -me preguntó mientras mamá habría la puerta.

-Sí -asentí y le dí una sonrisa.

Salí del vestidor con él y caminamos hasta el pasillo. Pude verlo a Justin parado en el escenario, que tenía una plataforma ligeramente elevada, así que no era un escenario. Me congelé cuando sus ojos se encontraron con los míos.

Por un momento, pensé que había admiración en ellos pero fue rápidamente cambiado por una mirada fría. Todos los invitados me miraban felices con sonrisas en sus caras, incluso mamá lloraba de felicidad.

Los únicos tristes y desinteresados en este lugar eramos Justin y yo.

Cuando lo alcanzamos, el se bajó de la plataforma y se reunió con nosotros con una sonrisa, antes de extender su mano para que la agarrara.

Papá palmeó su hombro y me soltó la mano, así que yo puse la mía en la de Justin.

Me ayudó a subir a la plataforma y nos paramos enfrentándonos el uno al otro en frente del sacerdote.

Pronto, era tiempo de los votos.

-Te tomo a ti, Scarlett, para ser mi compañera, amar lo que sé de ti, y confiar en lo que todavía no sé. Anhelo con ansiedad tener la oportunidad de crecer juntos, conocer a la mujer que llegarás a ser y enamorarme un poco más cada día. -dijo Justin mirándome a los ojos, pero los suyos tenían tan poca emoción que lo único que quería hacer era huir.

Era mi turno ahora.

-Uno mi vida con la tuya. A dondequiera que vayas, yo iré. Cualquier cosa que enfrentes, yo también la enfrentaré. Tanto en la salud como en la enfermedad, en la felicidad como en la tristeza. Te amaré por siempre. Te prometo que nunca te dejaré hasta que la muerte nos separe. Seré la única que esté a tu lado cuando todo el mundo esté en tu contra. Te tomo como mi esposo y no me entrego a ningún otro. -me di cuenta de que me notó temblando ya que nuestras manos seguían entrelazadas. Me dio el menor apretón posible.

-Acepto -dijo.

-Acepto -cerré mis ojos por un segundo y los volví a abrir.

-Ya puedes besar a la novia. -el sacerdote anunció.

Todo lo que me rodeaba se detuvo y casi me desmayo cuando Justin se inclinó.

-Lo siento, tendré que hacerlo... -me susurró e inclinó su cabeza para que nuestras cabezas estuvieran escondidas de toda persona que estuviera viendo y presionó sus labios firmemente sobre los míos, pero no me moví.

Nos quedamos así, congelados. Cerré mis ojos cuando sentí lo suave que sus labios eran y los volví a abrir cuando se desprendió. Su cara estaba igual de nerviosa que la mía.