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06 | Cameron

SCARLETT

Salí de mi habitación y cerré la puerta antes de darme la vuelta y saltar suavemente cuando vi a Justin y Selena salir de su habitación de la mano. Estaba por ir a su habitación para informarle a Justin que iba a salir.

—Oh, buenos días, Justin. Buenos días, Selena —les sonreí y me sonrieron de vuelta.

—Buenos días —me dijeron al unísono.

—¿Nos acompañas en el desayuno? —me preguntó Justin con una leve  sonrisa esperanzada.

—Um, no. De hecho, iba a salir para encontrarme con alguien. —dije y la cara de Justin se endureció.

  —Oh, está bien. Hey Sel, creo que olvidé mi billetera adentro, espérame en el lobby, iré enseguida. —dijo.

—Está bien —dijo Selena y caminó hacia el elevador para meterse dentro.

Estaba a punto de darme la vuelta pero Justin me detuvo agarrándome de la muñeca.

—¿A quién verás? —me preguntó.

—Voy a ver a mi abuela, vive aquí —le dije y su cara se suavizó, a la vez que su agarre en mi muñeca aflojaba.

—Después Cameron y yo haremos compras —añadí, para no ocultárselo.

Sus ojos volvieron a mirar los míos cuando nombré a Cameron.

—Volveré después de la cena —dije.

—Está bien —dijo y apretó su mandíbula por un segundo.

—Adiós —le dije.

—Adiós —asintió y se metió en el elevador.

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Le dije al conductor del Audi que frenara cuando llegamos a la casa de mi abuela.

Me paré en frente a la casa vintage frente a mí e hice sonar el timbre. Después de dos largos minutos, mi abuelita abrió. Entrecerró sus ojos para mirarme y cuando se dio cuenta quién era, los agrandó.

—¡Scarlett! Querida, ¡estás aquí! —me dijo cuando pudo verme claramente. Sonreí ampliamente y la abracé.

—Estás tan preciosa, ven, entra. Te preparé galletas. —me dijo mientras pasaba.

—Nunca te olvidas de hacerme galletas, ¿verdad? —dije sentándome en un sillón de la sala. La casa era tan cálida y tan cuidada que me recordaba a la mía.

—Brandon me dijo que venían aquí con tu esposo de luna de miel, así que las hice para ti —dijo mientras se sentaba a mi lado con un plato lleno de galletas.

—Hablando de luna de miel, ¿dónde está tu esposo? —me preguntó y lo único que pude hacer fue tensarme mientras la miraba.

¿Debía decirle la verdad o debía inventar alguna excusa? Justin se enojará si le cuento.

—¿Algo anda mal, cariño? —me dijo con la voz baja y temblorosa, poniendo su arrugada mano sobre la mía.

Suspiré y luego la miré; no podía mentirle a ella.

Le conté todo, el contrato empresarial y el trato que tenía con Justin, incluso le conté sobre Justin y Selena.

—¡Voy a azotarle el culo a Brandon cuando lo vea! —dijo cuando terminé de contarle. 

  —No abuela, por favor no lo hagas. Él no sabe sobre el trato que tengo con Justin —le dije rápidamente.

  —Aunque de todas formas, me gustaría conocer a este Justin. —dijo.—¡No, no! No hablarás de esto con él. —sacudí mi cabeza.