capítulo 11

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Me miro en el espejo mientras estoy de lado. Me siento ansiosa. La puerta de abre y escucho unos pasos. Me sobresalto y doy media vuelta. Ahí está Zayn quien me mira extrañado... mi corazón late rápido al verlo, pues todas las imágenes de la madrugada llegan hasta mi mente.

— Gacela—dice con aquel tono dulce que lo caracteriza.

— Amor—contesto de la misma manera.

Se acerca lentamente a mí y me envuelve entre sus brazos. Me da un beso en la frente y me aprieta contra él.

— Gracias—susurra.

— ¿por qué?—pregunto.

— porque vamos a tener otro hijo... porque eres la mejor mujer del mundo—responde.

— Es trabajo en equipo amor. Fue entre los dos—recuerdo.

Una risa burlona se escapa de sus labios.

— ¿Cuándo crees que paso?—interroga.

— Hmmm... creo que fue esa vez que los niños salieron con tu mamá y pasaron todo el día con ella... eso fue hace un mes—explico.

— Yasser va a sentirse celoso—burla.

— Algo, pues ya no será el menor, de seguro creerá que no llevara más nunca a las reuniones.

— Los amos a todos por igual, creo que sin ustedes no soy nada.

Nos recostamos en la cama y aún siguen los pensamientos en mi cabeza... trato de actuar normal, para que no sospeche nada.

— Has salido temprano hoy—dice.

— Si, la cita era las ocho en punto y llegue puntual. Sabes como soy...

— Lo sé mi bella gacela.

Pasamos un rato más ahí en la cama hasta que él se queda dormido. Lo observo con atención: su barba es poblada, algunos mechones de cabello caen en su frente, unos labios rosados y humectados que son como el agua e' mar: si la tomas más te da sed. Un mentón varonil. Todo eso seguido de un cuerpo en gran parte lleno de tatuajes, pero bien trabajado, unos brazos fuertes que siempre están para protegerme de todo peligro. Era hermoso tenerlo a mi lado. Pero... no es miedo lo que siento, pues conozco a Zayn de una manera que otras personas no lo hacen, y sé que en ese mar de horrores acompañados de técnicas de pelea... se encuentra aquel príncipe encantador del que me enamore en aquella noche.

El rato pasa y Yasser llega acompañado de Soraya, pues estaba llorando y preguntando por su vava. Pero está dormido, así que lo entretengo un rato caminando por las villas del palacio... y contándole historias de cuando era niña. Luego llega la hora del almuerzo, comemos en el cuarto entre risas y bromas. Yasser y yo hablando en español, mientras que Zayn se enojaba... luego ellos hablaban en árabe y así. La noche llega, y el frio se hace sentir. Estoy en el cuarto mientras que veo una serie y Yasser se encuentra a mi lado tomando un tetero. Zayn duerme y de vez en cuando se mueve. Finalmente las diez de la noche se dan, cambio el vestido por un pijama y me acuesto de tal manera que Yasser quede en medio de nosotros.

El movimiento de la cama se escucha de nuevo. Ahí está el, tiene de nuevo la misma ropa de la noche pasada. Sale del cuarto y yo lo sigo. El mismo recorrido hasta que llega al establo y sale por la parte de atrás. Encajo la llave en la ranura y enciendo el auto. Espero que se aleje un poco y lo sigo. Después de unos diez minutos se detiene detrás de una duna. Yo retrocedo un poco y me bajo del auto.

Una mano se posa en mi boca y reprimen mi grito. Mi corazón acelera a medida que me arrastran hacia la parte de atrás del auto. Pataleo y maldigo miles de veces pero mi esfuerzo es en vano. Cuando finalmente me sueltan logro ver a la persona: es una mujer, una anciana. Tiene una túnica de colores, en su nariz trae una argolla de oro, en su mano izquierda sostiene un cayado y sus ojos son tan azules como el mar. Me sobresalto un poco y me pongo a la defensiva.

El rey árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora