Capítulo 27

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Los segundos se sienten como horas, mientras que yo calculo que voy a hacer y como lo hare. El mapa por lo que me he dado cuenta puede curar a todo aquel que lo toque... puede sacar la parte más oscura de ti... puede acabar con la vida eterna de Tarkan.

Me acerco lo más que puedo a él, tengo la mirada de zayn clavada en mí.

— ¿lo puedes todo?—cuestiono.

Él sonríe y dice:

— Absolutamente todo... riquezas, vida y juventud eterna—responde.

— ¿si me voy contigo... podrías devolverme lo que más quiero yo en esta vida?

— Absolutamente lo que quieras, pero zayn tendrá que dejar de buscarme, y liberar a mis hombres.

Miro a zayn... y luego miro a Tarkan.

— Él te dejara en paz, se ira y nunca regresara—afirmo.

Me pongo de rodillas demostrándole devoción y sumisión hacia él y todo el lado oscuro.

— Estoy a tus servicios—susurro.

Él pone una mano sobre mi cabeza y empieza a recitar algo. Alzo un poco la cabeza y estiro el brazo con cuidado y el arrebato el mapa.

¡Lo tengo!

— ¡MALDITA PERRA TRAICIONERA DESCENDIENTE DE EVA!—grita con furia.

— Veremos ahora quien va estar lamentándose y revolcándose en su miseria—digo.

Retrocedo unos pasos y el ya no luce tan terrorífico... el ambiente se ha aclarado.

— Dame el mapa—exige.

— ¡no!—grito—y mucho menos después de todo lo que me has hecho pasar, nadie es merecedor de que le recuerden los peores momentos de su vida—replico.

— ¡PUEDO DARTE MEJORES!—grita.

— ¡ERES UN SIMPLE MORTAL DE CARNE Y HUESO!—le recuerdo— quisiste ser astuto pero fallaste—farfullo.

Corro hacia donde esta zayn, pero de en un salto Tarkan se pone en frente de mi bloqueándome el paso.

— Puedo hacer absolutamente todo—recuerda.

Mi pecho sube y baja con rapidez.

Aprieto los dientes y digo:

— ¡No puedes! ¡maldición! ¡no puedes!—grito con fuerza hasta sentir el ardor en mi garganta.

El levanta la mano para darme una cachetada pero yo abro el mapa y amenazó con hacerlo dos pedazos.

— Si zayn no te mata lo hare yo—amenazo.

— Podemos negociar—gruñe.

El alza su mano y empieza a hacer movientes circulares con ella hasta que una bruma gris se forma y se vuelve cada vez más grande, de aquella bruma diviso dos siluetas, una de cabello largo y alta, la otra más sencillas, finalmente la bruma se esparce dejando ver a los dos personajes...

— puedes tenerlos de vuelta—susurra Tarkan a mi oído.

Aprieto la mandíbula y trato de procesar todo lo que pasando.

Unos ojos grises me miran con ternura, mientras que unos brazos morenos se extienden para estrecharme.

— Somos nosotros—dice aquella figura que aparenta ser mi madre.

El rey árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora