capítulo 6

2.8K 239 13
                                    

Siempre he sido una persona con los pantalones bien puesto, como cualquier ser humano tengo miedos, es algo inevitable, pero el miedo que sentí ahora mismo con la mirada de Zayn no se comparaba con ningún otro.

— No sabes nada a lo que te enfrentas... juegas con fuego—advierto en su mismo tono— no creas que por ser el rey de Arabia Saudita estas libre de peligro—recuerdo.

— ¿y que peligro? ¿acaso serás tú el peligro o mi enemigo?—cuestiona con arrogancia.

— ¡Estás loco! solo porque un hombre entra y dice que tú puedes hacer eso porque en tu alma hay bondad... ¡aterriza! el mundo el mundo es muy grande al igual que sus misterios—replico.

Se acerca peligrosamente a mi rostro, siento su tibia respiración, el silencio nos invade, y las gotas de sudor resbalan por mi espalda, nunca le he tenido miedo y esto no será la excepción.

— Yo juego con fuego y tú te acercas a ello, así que por lo tanto también puedes salir quemada—susurra.

No digo nada y me quito de su camino. Mis manos tiemblan un poco, pero no es de miedo... si no de angustia, como si el que estuviera hablando no fuera Zayn... jamás en los años que llevamos de casados lo había visto así... era como si alguien tomara su cuerpo. Camino hacia la cocina y lo miro de reojo, ahí está palpando ese mapa. Tomo un vaso de agua y me dispongo a caminar hacia la puerta, necesito respuesta y ese tal azahar va a responder todas mis preguntas. Agarro la perilla entre mis manos cuando siento que Zayn me mira detalladamente.

— ¿a dónde vas?—pregunta, pero suena más calmado.

— A donde no te importe—contesto.

Abro la puerta y la cierro detrás de mí, camino por los pasillos alfombrados y decorados con ojos de buey, sigo camino al ascensor y entro... en la recepción me pueden decir dónde encontrar al azahar ese, que nada bueno trajo cuando le entrego el mapa al otro, ahí convirtiéndolo como en un ser sin sentimientos. Las puertas del ascensor se abren en el último piso dejándome en el lobby. Salgo, del elevado, y camino hasta el puesto donde se encuentra la secretaria, espero que ella termine de hablar con un turista, que por lo que ve parece de origen alemán... es alta, mona1, y pálida. Finalmente se marcha y yo llego.

— Hmmm buenas, nena... ven acá ¿en qué habitación se encuentra azahar?—pregunto.

— Dame unos segundos—dice.

Juego con mis manos mientras ella digita en el computador. Alza la vista y carraspea su garganta.

— Está en la trescientos sesenta y siete—contesta.

— ¿le podrías decir que es departe de Lauren Malik?—interrogo—es que necesito hablar con él.

— Ok.

Ella habla por teléfono... hablan en árabe, no logro entender nada, finalmente cuelga y dirige su atención hacia mí.

— El señor azahar le dice que puede ir cuando se le plazca—avisa.

— Está bien muchas gracias—digo y me marcho.

Entro en el ascensor. Marco el piso treinta y cinco. Después de un minuto las puertas se abren dejándome frente a la habitación trecientos sesenta. Miro hacia el lado izquierdo, que es donde sigo el pasillo y camino. Sigo hasta llegar a la habitación destinada, la puerta está entre abierta así que toco. Segundos después esta se abre dejándome ver a una mujer tan blanca como la leche y cabello negro. Ella sonríe y se hace a un lado dejándome pasar.

El rey árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora