capítulo 29

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Zayn

Ha pasado casi un mes desde aquello, la herida en mi cuerpo ha sanado rápidamente, sin embargo dejo una cicatriz que siempre me recodara lo débil que puedo llegar a ser. Muchas veces podre tener un temple de acero o mostrarme tan serio como me sea posible, pero has de saber que todos tenemos un punto débil, ya sea en nuestro cuerpo o mentalmente... mi punto débil más que todo fue dejarme consumir por el poder, caer en la avaricia y ese deseo vehemente de conseguir todo sin importar a quien arrasara con mi paso. Y creo que en primer lugar debo agradecer a Allah por poner en mi camino a una mujer tan indulgente como lo es Lauren. Creo que desde que la vi por primera vez... me considere afortunado, pues mis ojos habían visto a atractiva y majestuosa. Creo que he salido premiado por la vida... o quizás un plan del destino, creo que en esta vida cada quien se siente en parte complacido con lo que tiene, cuando tienes una persona al lado independientemente de la relación que tengas con ella... siempre vas a buscar cualidades, o será un ejemplo para ti, en este caso lo mejor para mi es mi familia... me siento contento por lo que me ha tocado.

En otra parte también soy consciente de que nací con lujos, y tuve una crianza excelente, no me puedo quejar. Pero no todo en la vida es eso... el dinero jamás lo podrá todo, aunque muchos digan que no les importaría estar llorando en un yate; las cosas no son así, el dinero jamás podrá reemplazar una persona, y se dé eso perfectamente, daría todo lo que fuera porque mi padre estuviera vivo, pero así es el destino, él no está, pero me han quedado sus enseñanzas las cuales le transmito a mi hijos para que en un futuro sean personas correctas, que tengan en cuenta de que todos somos iguales, y que al llegar a una parte uno debe tratar a las personas de una buena manera, desde el que limpia las calles hasta el alcalde de una ciudad.

La puerta de la alcoba se abre poco a poco dejando ver un cabello negro y una piel tostada.

— Amor—susurra.

Me siento satisfecho al escuchar esa palabra.

Tiene puesto un vestido de flores de colores con fondo negro, se ve como una diosa, aunque ella insista que el embarazo la ha hecho subir de peso y que sus mejillas son regordeta... para mi seguirá siendo majestuosa. Podrán pasar miles de primaveras... y yo aun seguiré enamorado de ella como cuando tenía veintitrés.

— Luces hermosa mi gacela—le digo.

Ella esboza una sonrisa dejando ver todos sus dientes y dice:

— Se nos hará tarde para la ecografía, acuérdate que hoy nos dicen si es niño o niña—dice.

— Lo sé gacela—contesto— solo dame un segundo para terminar de arreglarme.

Se acerca a mí con pasos lentos propios de un depredador. Pasa sus brazos alrededor de mi cuello y deposita un pequeño beso en mi mejilla.

— Eres muy guapo amor—ríe—y majestuoso... ¡oye pero que afortunada soy!

Entrelazamos nuestras manos y salimos de la habitación. Estoy emocionado y nervioso... creo que luzco como un padre primerizo, pero yo creo que es la misma emoción de saber que seré padre nuevamente. Caminamos hasta la salida del palacio donde hay un carro esperándonos, ella sube primero, luego yo y cierro la puerta. El trayecto se hace silencioso, no decimos nada... solo es un silencio que disfrutamos. El auto se detiene en frente del consultorio de nuestro médico. Bajamos y entramos, solo hay unas cuantas personas, todo está tranquilo, creo que el más ansioso aquí soy yo. Caminamos por los pasillos hasta que llegamos al consultorio, en la puerta hay placas que hacen constar de sus estudios. Empujo la puerta y dejó pasar a Lauren, luego le sigo detrás.

— La familia real—dice el medico con suma emoción.

Estrechamos nuestras manos.

— Un placer verlo nuevamente—digo.

— ¡ay! Estamos emocionados—dice Lauren— ¿Cómo ha estado usted?—pregunta.

— Me he encontrado muy bien últimamente, y veo que ustedes también—contesta.

— Así es—confirmo.

Después de la pequeña charla él le da las indicaciones a Lauren. Ella se recuesta y proceden a hacer el ultrasonido, se escuchan los latidos del bebe, dice que está en buen estado y ahora lo que más he estado esperando.

— ¡felicidades es una niña!—exclama.

De inmediato una sonrisa se aparece en mi rostro. Mis ojos se humedecen, no tengo palabras para describir lo que siente esto. Para mí es lo mejor de mundo, dentro de unos meses tendré una pequeña mujercita en mi brazos, a la cual le poder contar historias para que se duerma... y para cuando este en la adolescencia: presencie algo de mis celos paternales, pero tendrá Ariel para que le de consejos de cómo lidiar con un padre que simplemente... le gustaría que sus hijos no crecieran, aunque sabe que algún día lo van hacer... ya me imagino las peleas y pataletas entre hermanos... sobre todo con Yasser que es bastante celoso, a todos los amo por igual, esas cuatro personitas son lo mejor de mi vida.

Pago la cuenta y salimos. Le pedimos al chofer que nos lleve a Alkhaimah Theme Park. Algunas personas no miran, otras nos saludan y así, he establecido ciertas cosas al ser el rey de arabia saudí, saben que soy un amigo más, y a pesar de que es un patriarcado no es un régimen que deja por debajo a los demás. Las personas saben que me gusta caminar de la mano con Lauren en los lugares turísticos sin ser molestado, claro que el servicio de escoltas permanece en todas partes, cuando salgo aunque no tenga mis vestiduras elegantes y la corona, sigo siendo el rey pero de una manera más relajada... alguien normal.

Llegamos hasta unas bancas y tomamos asiento... quería decirle algo Lauren, es como una reflexión que leí hace algunos días... y me pareció apropiada, creo que nos podemos identificar con ella.

— Gacela—mascullo.

Sus grandes ojos grises miran a los míos en busca de respuestas.

— Dime amor—contesta.

— Hace unos días encontré algo, y creo que ha de ser apropiado, me pareció algo bonito y digno de compartir con la persona que más amo.

— ¡Ay!—dice eufórica— a mí me encanta cuando me recitas esos poemas, o cuando me enseñas algo y cosas así—farfulla, al nivel de que termina diciendo las últimas palabras en su lengua materna.

Una amplia sonrisa está en su rostro, ella está esperando mis palabras.

"el mejor amor es cuando encuentras a alguien que eleve tu imaan 1, quien te haga más piadosa y te ayude aquí en esta dunya2, porque quiere encontrarte de nuevo en jannah3"

Sin previo aviso alguno ella me da un beso cargado, apasionado, de esos que hacen que pierda el control y quiera tenerla entre mis sabanas de inmediato, de aquellos besos... que hacen que desee que la noche sea eterna y que siempre quiera tenerla entre mis brazos. Sus suaves labios hacen juego a la perfección con los míos, poco a poco se detiene y queda a centímetros de mi rostro.

— Te amo tanto—susurra cerca de mis labios.

— Tú eres mi vida entera mi bella gacela, siempre lo serás.


1 fe

2 vida mundana

3 paraíso

El rey árabe [Z.M.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora