-Christopher en multimedia-
Alessandra: ¡Alonzo! -le gritó a su hermano desde la cocina a lo que este al escuchar semejante grito llegó corriendo hacia ella-
Alonzo: ¿Qué pasa hermana? -preguntó preocupado e intentar calmar su respiración-
Alessandra: ¿Se puede saber cuándo te acabaste la despensa? -cuestionó enojada-
Alonzo: Oh, solo era eso -habló con calma- pues como anoche dormiste fuera llamé a los chicos y pasaron un rato aquí -dijo encogiéndose de hombros-
Alessandra: Alonzo -se masajeó las sienes en un intento de calmarse- Se acabaron la comida que había para quince días ¿Como demonios hicieron eso? -preguntó inhalando y exhalando por la boca intentando no explotar de furia-
Alonzo: Pues mira, hermanita, éramos ocho aquí, ustedes tuvieron su noche de chicas y nosotros de chicos -dijo con simpleza y con tanta calma que Alex quiso matarlo-
Dicho esto él se regresó a su cuarto y ella lo siguió furiosa, él intentó cerrar la puerta en sus narices pero ella se lo impidió, lo empujó con fuerza y lo quitó de en medio, entró a su cuarto, buscó su billetera y sacó dinero.
Alonzo: ¿Qué haces loca? ¡Deja mi dinero! -se acercó a ella e intentó quitarle el dinero pero ella fue más rápida y salió corriendo pero antes de salir se detuvo en la puerta-
Alessandra: Tú y tus amigos terminaron la comida, por tanto tú la compras, hermanito
Salió corriendo nuevamente al ver que su hermano la perseguía, entró a su cuarto y le puso seguro, se acercó a su clóset tomó sus preciadas converse negras, las llaves del auto, un Honda Accord, que sus padres le habían prestado, abrió la puerta de su cuarto y al confirmar que su hermano no la acechaba salió del cuarto y se dirijió al estacionamiento donde se montó en el auto y condujo hacia el súper.
Una vez allá, tomó un carrito y comenzó el recorrido en busca de lo que necesitaba, estaba tan concentrada en su tarea que no había notado que alguien estaba detrás de ella hasta que sintió una mano en su cintura.
***Hola, princesa
Cuando ella lo escuchó hablar su voz le resultó familiar pero no recordaba de donde.
Ella automáticamente giró su rostro para encontrarse con el rostro más bello que había visto en su vida, tenía la piel pálida, nariz perfilada, unos labios carnosos y rosados con un lunar muy cercano al labio inferior, el cabello le caía por el rostro peinado naturalmente hacia un lado y unos enormes ojos cafés.
Alessandra: Hola, ¿Eres...?
***Veo que no me reconoces hermosa -dijo él con una sonrisa-
Se acercó más a ella e intentó darle un beso en la mejilla pero ella rápidamente se alejó de él.
Alessandra: ¿Podrías decirme tu nombre? -preguntó lo más amable que pudo-
Él sonrió y ella se derritió por dentro, tenía la sonrisa más hermosa y encantadora del mundo, con sus dientes blancos y perfectos.
***Soy Christopher Vélez, princesa -dijo sin quitar su sonrisa-
Alessandra: Soy Alessandra, mucho gusto -le tendió la mano, él la aceptó y le plantó un beso en los nudillos, ella suspiró por que le encantaba que él había hecho ese gesto tan antiguo y caballeroso-
Christopher: Eso lo sé -ella lo miró confundida- Soy amigo de tu hermano -aclaró- Deberíamos salir a tomar algo, me gusta conocer lo que tengo, y tu eres mía
Fue entonces, al él pronunciar esas palabras, cuando lo reconoció.
Alessandra: Tú -le dijo con repugnancia- Eres el maldito arrogante del bar, aléjate de mí -se limitó a decir y caminó a la caja registradora-
Christopher: Nos vemos cariño -le gritó y le lanzó un beso que ella ignoró-
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Tu Luz (#2 Emma y el Italiano)
Hayran KurguNada es lo que parece. Christopher no es el malo como parece y Alessandra no es tan segura de sí misma como todos creen. Él no ha tenido una vida fácil y ella guarda un secreto que solo su hermano mellizo sabe. No todos somos lo que parecemos, no to...