Capítulo 32

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Y aquí tenéis el segundo capítulo de hoy

Y aquí tenéis el segundo capítulo de hoy

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Pasamos una buena mañana acompañados por Ann y por Scarlett. Durante las compras tuvimos que esperar por ellas, pero nosotros tampoco nos quedábamos atrás ya que Marco y yo éramos muy coquetos y nos gustaba comprar bastante ropa, nos gustaba vestir bien.

-¿Vas a jugar el primer partido de la DFB-Pokal y de bundesliga?- Me preguntó Marco.

-No, tengo algunas molestias y será mejor que me quede en casa descansando.

-Parece que nos hemos puesto de acuerdo para lesionarnos.- Rio Woody.

Su risa provocó la mía.

En el partido de la DFB-Pokal ganamos 0-3 y lo vi desde casa ya que jugábamos fuera. Al partido de bundesliga, como jugábamos en casa, fui al estadio y ganamos 2-1.

Narra Marco:

Durante el primer partido de bundesliga me lo pasé como un niño porque muchos fans vinieron a pedirme autógrafos a lo que correspondí encantado y estuve rodeado de amigos. Sin embargo, me faltó Mario ya que para no levantar sospechas él estaba unos asientos más alejado de mí acompañado de Ann mientras que Let decidió no acudir al estadio ya que tenía una sesión de fotos, no me importó porque ella tiene su vida y puede hacer lo que quiera.

Los dos goles fueron de Auba y la carrera por ser el pichichi había empezado. Lewandowski había hecho tres goles para el Bayern y Auba ya iba uno por detrás, pero seguro que conseguía alcanzarle.

Aún seguía molesto con Aubameyang, pero estos días no nos había dado problemas cuando fuimos a los entrenamientos. Siempre respetaba nuestro espacio y nos trató con amabilidad. Empezaba a pensar que era verdad eso de que se iba a centrar en su familia y que nos dejaría vivir felices y tranquilos.

Por otro lado, esta temporada finalmente no sería el capitán y lo sería Schmelzer. Estaba algo triste ya que quería representar a un club tan grande como el Borussia y ser su capitán, pero la elección del club había sido muy buena porque Marcel era un gran tipo y sentía los colores al igual que yo, él sería un grandísimo capitán, de eso no había duda. Además, era un hombre muy respetado en el vestuario y muy admirado.

Al volver a casa, Mario estaba esperándome en la puerta y nada más verle le besé apasionadamente, llevaba ya unas horas sin sentir sus labios y no podía resistirme más.

-Durante el partido he estado pensando en ti... Me hubiera gustado que hubiésemos estado juntos en el campo.- Susurró Mario entre uno de nuestros muchos besos.

-Pronto estaremos junto en el terreno de juego.- Susurré y besé su cuello, él gimió y eso provocó que mi erección aumentase.

-Vamos dentro, voy a reventar.- Dijo Sunny y una sonrisa traviesa apareció en mi rostro.

Recosté a Mario en la cama y empecé a besar su torso, recorrí cada centímetro de su piel mientras él se retorcía de placer. Finalmente, nos unimos en uno, reiteradas veces. A veces él abajo, a veces yo.

Narra Mario:

Al despertarme vi la cabellera rubia de Marco y sonreí mientras acariciaba su pelo, solo me lo permitía a mí y cada vez que me acordaba no podía evitar que una sonrisilla apareciera en mi rostro porque era el afortunado de poder tenerle conmigo, era el afortunado con el cual Marco quería compartir su vida.

Besé dulcemente su mejilla y en su rostro se dibujó una sonrisa.

-Buenos días.- Susurró el rubio con su voz ronca.

-Buenos días.- Murmuré contemplándole con mis grandes ojos marrones.

Rápidamente Woody abrió sus preciosos ojos claros y me miró con su bonita sonrisa, aun adormilado, pero eso era lo que me gustaba. Encontrármelo tumbado a mi lado cuando me despertaba cada mañana y poder besarle desde primera hora.

-Nunca pensé que tenerte me haría tan feliz.

Esto había sido una clara declaración de amor por mi parte, pero cuando se trataba de Marco Reus no podía callarme.

-Repite eso, Mario Götze.

Marco se incorporó rápidamente exigiéndome que dijese de nuevo mis palabras.

-Nunca pensé que tenerte me haría tan feliz.

Me sonrojé y mis mejillas se hincharon más de lo habitual, Marco pellizcó una tiernamente y se acercó a mis labios para posar en ellos un beso que se convirtió en uno de los mejores besos de mi vida.

Acudimos a los entrenamientos cada mañana. Deseando recuperarnos ambos y con muchas ganas de poder ya jugar y dar victorias al equipos y goles, por supuesto.

-Buenos días, chicos.- Saludó Auba.

-Buenos días.- Respondió Marco sonriente.

Parecía que se le había pasado el enfado con Pierre y se había dado cuenta de que Auba ya no iba a estropear nada entre nosotros porque le era imposible por lo que se había centrado en su familia.

-¿Cómo están los pequeños, Auba?- Le pregunté.

-Cada día más grandes, tengo una bonita familia que no voy a dejar plantada.- Sonrió.

Se le notaba feliz, se le notaba radiante. Este era el Aubameyang que todo el mundo conocía, aquel que respetaba y repartía felicidad. 


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