Situaciones

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Ahora que estoy junto a mi amigo, creo que era hora de salir a nuestras vueltas. Primero fuimos a la colina a beber un poco estábamos tan ebrios que sacamos nuestros lado "científico" como todos los hombres, tenía mucho tiempo de no ponerme en tal estado, además que LaVine era muy alocado en ese estado.
Cuando intentábamos bajar el cayo hasta el suelo rodado y se desmayó, de nuevo tuve que cargarlo y llevarlo hasta casa.
Cuando entraba a la casa Michelle nos recibió muy molesta grito al menos 10 minutos diciéndonos ebrios asquerosos, yo solo la veía un poco empañada y subí arriba tratando de acostar a LaVine. Lo deje allí y baje hasta la sala. Michelle se sentó a mi lado mientras yo recostaba mi cabeza en el sofá.
- Y ahora que. Le dije con voz cortada.
- Cada vez que veía a mi padre ebrio me daba dinero. Me dijo.
- No te daré dinero estúpida. Le dije sin saber que salía de mi boca, a todo esto apenas podía hablar. Me soltó una cachetada y me dijo - Pedazo de imbécil.
- Antes me decías pedazo de imbécil pobre, y ¿a ahora? ¿Quien esta en el lugar de quien?
Solo me vio a los ojos y me beso, yo me solté rápido y la empuje.
- ¿Que?
- Como que que. Le dije
La vi directo a los ojos y me fui arriba, no terminaba de digerir la cosas solo pensé en dormir, claro en el suelo porqué LaVine estaba en mi cama ebrio.
El suelo era de madera estaba muy frío pero estaba muy ebrio como para quejarme.
Cuando amaneció amanecí con una resaca horrible LaVine despertó y me dijo.
- Como los viejos tiempos hermano.
No podía quejarme.
Era domingo esa mañana Michelle estaba abajo y me observo fijamente, yo me acordaba de todo y sabía que tenía que haber una plática acerca de eso, aunque decidí posponerla.

Salí con LaVine a dar un paseo, el como siempre estaba despreocupado de todo, pasamos todo el día afuera hablando de lo que habíamos hecho. El volvio a casa, yo me quede afuera observando el cielo, pasa así como 2 horas escribí en mi libreta acerca de filosofía de vida, a lo mejor tanto alcohol me ponía extraño. Pase escribiendo al menos 3 horas, un sacerdote me estaba observando, a lo mejor sospechaba de mi, se acerco y me grito a la cara llamandome pecador mas de 5 veces, a estas personas no les agradaba la gente que intentaba descubrir ciertas cosas discutíamos fuertemente hasta que decidí irme, antes de eso me dijo que pagaría por mi rebelión si estas gente esta así de loca llegara el día en que la libertad será una realidad.
Volvi a casa, LaVine y yo hablabamos de nuestras vidas lo notaba triste por qué había perdido su trabajo debido a un empleado loco, cada ves me decía lo mismo - No entiendo porque no soy bueno para nada.
Pase escuchandolo hasta que me sentí incómodo, le dije - La felicidad no es una dependencia hacia a las personas sino una independencia a nosotros mismos, la felicidad no depende de nadie mas que de uno mismo.

El CautivoWhere stories live. Discover now