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Miraba la hora en mi celular y comenzaba a desesperarme. Tenían más de una hora con Jiyeon dentro de aquel quirófano y no estaba completamente seguro de lo que estaba pasando. Su madre y su padre estaban frente a mi mirándome preocupados al igual que su hermana.

Aparte de ellos estaba completamente solo. Papá no fue capaz de venir a hacerme compañía ya que estaba en un viaje de negocios y ni que decir sobre Junmyeon. Mi comunicación era nula.

—Aquí tiene—JinHan traía un vaso de café y me lo dio. Le agradecí con un gesto y se sentó a mi lado.

Debía decir que el tiempo pasaba lo suficientemente lento como para ponerme cada vez más nervioso. Unos minutos más tarde el doctor apareció por aquellas dos inmensas puertas y se quedó en medio de todos nosotros.

Dirigió su mirada hacia mi primero y me hizo un gesto para que le siguiera, deje el café en el asiento de al lado y me levante para llegar hasta donde el quería. Cuando se posó frente a mí me dedico una sonrisa.

—Su esposa está bien—sentí un alivio intenso en mi cuerpo y pude volver a respirar con normalidad—Pero debido a que la vida de su hija es la que está en peligro debemos hacer una cesárea.

No entendí muy bien a que se refería pero me hizo pasar con el detrás de aquellas puertas. Habían bastante habitaciones y olía a medicina por todo lado, entramos a una pequeña sala con poca luz y me tendió una bata azul junto con un gorro y un tapabocas del mismo color.

Después de varios minutos me los puse y cuando ya estaba listo el doctor me dijo que le siguiera nuevamente. Las manos me tiemblan y el corazón me palpita a muerte.

Pasamos varias puertas y casi al final estaba Jiyeon recostada en una cama con un grupo de médicos a su alrededor.

Ella me miró y podía decir que estaba igual o peor de asustada que yo, rápidamente me acerqué a ella pero el doctor me detuvo.

—Tienes que usar guantes para poder tocarla—diciendo eso me ofreció unos que ya traía en su mano—También puedes estar a su lado mientras hacemos la cesaría.

Rápidamente asentí y me senté en una silla que había justo a su lado. Tome su mano que temblaba diez veces más que la mía y me sonrió. Le di un pequeño beso en la frente y quizá la tranquilice un poco, pero en realidad quien se tranquilizó fui yo.

El médico que anteriormente estaba conmigo ahora se encontraba cerca del vientre de Jiyeon. Había una pequeña capa que tapaba la visión de Jiyeon pero aún así yo podía mirar como ellos hacían aquel trabajo, estaba entre emocionado y muerto de miedo al ver cómo hacían aquellas incisiones y como Jiyeon no sentía nada más que un cosquilleo. Miraba la hora en el reloj que estaba colgado en la pared y los minutos seguían su curso solo un poco más adelantados que antes.

Seguí mirando a través de aquella cortina y logre ver su pequeña cabeza que apenas y lograba ver su cabello. Sentí un golpe de realidad en mi corazón y comencé a temblar el triple, le sonreí a Jiyeon y le indique que ella ya estaba aquí, con nosotros.

A los pocos segundos un llanto nos distrajo y allí fue donde me quebré. Mire nuevamente hacia el vientre de Jiyeon y la niña estaba casi fuera, su carita era muy pequeña al igual que su cuerpo, pero era la niña más hermosa que había visto en toda mi vida. Poco después me di cuenta de que en realidad ya me encontraba llorando.

Finalmente los doctores habían sacado a mi niña del vientre de Jiyeon y yo estaba sumamente feliz.

—Papá—dijo el doctor con el que estaba anteriormente—¿Quiere hacer los honores y cortar el cordón?

Me levante de la silla y me acerqué a su lado mirando con ternura a la pequeña criatura que yacía en sus brazos. Tome las tijeras enormes que una de las enfermeras me extendió y con mucha suavidad lo corte donde me indicaron.

Ella comenzó a llorar delicadamente y yo solo miraba como los doctores la movían de un lado hacia otro.

Jiyeon tomo mi mano y rápidamente volví a verla.

—No la dejes sola—pronunció entre lágrimas de felicidad—Síguela adonde sea que la lleven.

Y así fue lo que hice, no me separe del doctor incluso cuando la midieron y pesaron allí estaba yo mirándola con gran admiración y con todo el amor que podía tenerle.

Y así fue lo que hice, no me separe del doctor incluso cuando la midieron y pesaron allí estaba yo mirándola con gran admiración y con todo el amor que podía tenerle

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Unos minutos luego ya la tenía en mis brazos, era tan pequeña y frágil que ahí me di cuenta que no quería que nada malo le sucediera a ella ni a su madre. Debido a que aún tenían que curar a Jiyeon me dejaron salir a la sala de espera junto con la niña para que mis acompañantes la vieran, cuando abrí la puerta de emergencia inmediatamente se levantaron de sus asientos y corrieron hacia mi.

Su hermana fue la primera en correr hacia mi, levanto un poco la franela que la niña tenía, las lágrimas bajaban por sus mejillas mientras acariciaba las de la niña. Parecía un ángel, ella era lo único bueno que la vida me había dado.

Los padres de Jiyeon aún estaban sentados en sus asientos y parecían ser indiferentes ante la niña.

—No te preocupes por ellos—dijo Hyomin mirándolos al igual que yo—¿Como esta ella?

—Aún estaban curándola cuando salí, pero de todas formas ella está bien—comente con una sonrisa en mi rostro.

Una enfermera salió de la misma puerta de la cual yo salí y me tocó el hombro.

—Necesitamos llevarnos a la niña para unos estudios extras—dijo quitándome a la niña de mis brazos—Su esposa quiere verlo.

Hyomin se despidió de mí con un beso en la mejilla y rápidamente seguí a aquella enfermera.

Entramos a una habitación en la cual ya estaba sentada en la camilla Jiyeon junto con una pequeña camilla que yo suponía que era para la niña.

Ella traía su cabello atado en un moño y una bata de flores rosadas. Me acerqué a ella y tome su mano, me sonrió y acaricio mi mejilla.

—¿Donde esta?—preguntó luego de verme con las manos vacías.

—Las enfermeras están haciendo algunos chequeos, en seguida la traerán.

—Te dije que no la dejaras sola—su típica mirada de enojo volvió, seguía siendo la misma Jiyeon de siempre.

—No creo que ellos me dejasen entrar en el laboratorio, Cariño.

Sus pequeñas mejillas se tornaron de un color rosa y hacia contraste con su linda bata. Bese su mejilla y la mire directamente a los ojos.

Unos toques a la puerta llamaron mi atención, ambos miramos hacia esa dirección.

Jinyoung estaba entrando con un ramo de flores y con el mismo apagaba mi sonrisa. Solté la mano de Jiyeon inmediatamente y el se aprovecho para llegar y saludarla. Solamente me hice a un lado dejando que ellos dos hablaran un rato.

—¿Donde vas?—la escuché decir antes de tocar el pómulo de la puerta.

Me voltee rápidamente y le sonreí para terminar abriendo la puerta. Cuando lo hice me topé con la enfermera quien traía de vuelta a la niña al cuarto, me quite los guantes de las manos y le acaricie la cabeza para luego darle un pequeño beso.

Linger » Yixing » BP #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora