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El vuelo fue algo cansado y como esperaba no pude pegar el ojo en todo el viaje. Me sentía cansado mental y físicamente, intente hablar con Jiyeon enviándole algunos correos pero ninguno de ellos respondió asi que al cabo de un rato me di por vencido. Le dije a mi ayudante que si sabia algo de ella me lo comunicara inmediatamente. 

Volver a Corea indicaría un gran avance para mi, desde que me fui la primera vez me había prometido a mi mismo que no volvería a menos que de eso dependiese mi vida. Pero aquí me ven de nuevo entrando a este lugar que tantos recuerdos me trae.

Me monte en el auto que me llevaría al hotel pero mis pensamientos no dejaban de comerme. ¿Podría realmente yo ser un padre ejemplar? Recuerdo que cuando era joven mi padre jamas nos prestaba atencion porque siempre estaba muy ocupado con su empresa que recién estaba creciendo, mama siempre le reprochaba por esas cosas pero el nunca hacia caso. Me daba miedo el ignorar a mis hijos de esa manera, pero era un factor muy probable.

  — Joven Zhang — dijo mi asistente. Le mire y el sostenía unos papeles en su mano, los tome y comencé a leer las cosas allí escritas.

  — ¿Un permiso de extencion? —  Pregunte sin entender el porque me daban aquellos informes— ¿Quien tuvo esa idea tan descabellada?

  — Su padre quiere una extencion mas para la empresa, cree que es un buen momento ya que usted se caso, el padre de su esposa estuvo de acuerdo en financiar los nuevos edificios y el pago de los empleados. Ya que usted es el nuevo presidente de la compañía ellos necesitan su firma.

  — ¿Puedo si quiera pensarlo?

 — Lo puede pensar pero eso no cambia el hecho de que su padre haya dado el si para construir, con o sin su firma ellos seguirán con lo planeado.

 Recosté mi cabeza en el respaldar del asiento, mas cosas malas comenzaban a suceder y yo solo quería huir como el mas cobarde. Un hijo, la empresa se queda sin fondos y Soori de nuevo en mi vida. Si fuese alguien completamente despreocupado me iría sin decirle a nadie y me convertiría en una persona de campo, viviría solo y criaría vacas pero no podía, siempre me iban a encontrar lo quisiera o no.

Le devolví aquellos papeles a mi asistente y me puse los lentes oscuros encerrando mi mirada en un ambiente sombrío y solamente para mi.

Abrí mi laptop una vez mas para revisar si tenia alguna noticia sobre Jiyeon y estuve de suerte. Ella respondió un correo pero fue la respuesta mas corta que pudo haberme dado.

"Estoy bien"

Respondió.

No esperaba que me respondiese de la manera mas tierna del mundo luego de dejarla prácticamente sola con todo lo de embarazo pero se que va a ser aun peor cuando vuelva y sus padres se enteren. 

Mi móvil comenzó a sonar, algo sorprendido mire el remitente pero este decía "Desconocido".  Conteste la llamada y su dulce voz fue lo primero que escuche.

  — ¡Hola! — Ella sonaba algo entusiasmada.

Dude en responderla o colgar la llamada pero una vez mas la buena persona que soy no me dejo.

  — Hola — le dije también.

  — Supe que estas de vuelta — hice una pausa, no sabia que responderla— Me preguntaba si tal vez, ya sabes, podríamos salir.

El salir con ella significaba muchas cosas, podría ser atrapado por la prensa o algo mucho peor, por Jiyeon. Me daba miedo pero quería verle.

  — ¿Donde quieres que nos veamos? 

  — ¡En una cafetería cercana a la Universidad a la que asisto! — Pude sentir la emoción en su voz, mis manos temblaban.

  — Creo que estoy un poco lejos de donde te encuentras .

 —¿En donde te estarás quedando?

  — En Seoul.

 — Te veré allí, yo estoy en Gagnam, pero puedo ir a verte.

Con un leve "si" termine aquella llamada, con el corazón en la mano veia como nos íbamos adentrando en aquella ciudad que siempre quise borrar de mi memoria pero que aunque quisiese no salia de esta.

Linger » Yixing » BP #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora