Linger » Yixing » BP #2

003.

El vino que había en aquella copa se contoneaba y me hacia marear un poco. Luego de la pelea que tuve con Yixing decidí venir a la casa de mi mejor amiga, Liyin.

  — Entonces — Pronuncio ella haciendo que desviara mi mirada del vino hacia ella— ¿Te estaba engañando o no? Me parece difícil viniendo de una persona como el.

  — No me estaba engañando exactamente. Pero ambos estaban muy cerca y la chica esa se puso como un papel al verme.

 —¿Era coreana?

  — Al parecer, sus rasgos eran muy parecidos a los míos y era mas que obvio que el le estaba hablando en coreano. 

Mi amiga levanto una ceja mientras que se acomodaba en su asiento. Nego con la cabeza sin dejar de mirarme, tomo un sorbo de su vino y se aproximo a perturbarme con su mirada.

  — ¿Te molesta tanto o ya te enamoraste de el?

Casi me atragante cuando ella hizo aquellas preguntas. No estaba enamorada de alguien a quien apenas conocía pero para el mundo entero tenia que aparentar ser una de las esposas mas agradables y enamoradas del mundo. Tampoco me desagradaba la idea de enamorarme de el, es decir el chico era de buen parecer y tampoco besaba tan mal. 

  — Sabes que no estoy enamorada de el. Solo es una trampa para la prensa, firmamos nuestro divorcio en cinco años.

 — ¿Le sacaras su fortuna asi nada mas?

  — No soy esa clase de mujeres, con el dinero de mi padre es suficiente. Cuando este matrimonio termine me iré a vivir de nuevo a Corea y jamas le volveré a ver la cara.

  — Puede ser que algún escándalo de infidelidad haga que las cosas se apresuren — Me sonrió intentando darme un poco de valor— Tendrás todo su dinero.

  — No es una mala idea, pero de ser asi preferiría que fuese el quien cometiera ese error. De todas formas ya tengo una carta bajo la manga—Le guiñe a mi amiga quien me miraba con complicidad.

Terminamos de beber nuestros vinos y llame a uno de los conductores de Yixing para que me llevase a la casa. Tenia que investigar quien era esa chica y lo iba a hacer esta misma noche.

Estaba recostado en mi auto mientras esperaba por que mi amigo saliese del hotel. Mi nerviosismo aumentaba poco a poco, ya llevaba gran parte de mis uñas completamente comidas y no estaba orgulloso de aquello. Las personas se me quedaban viendo como si fuese una especie de alíen, mientras que otros que si me reconocían me saludaban un poco tímidos.

 —Lay—Voltee ante el sonido de aquella voz ronca y un poco aniñada que tenia mi amigo.

  — Luhan — Camine hasta donde el se encontraba y le di un fuerte abrazo, estaba feliz de ver a mi amigo de nuevo.

  — Entra, estoy quedándome en este hotel y quería verte un rato. 

  — ¿Porque no me llamaste antes? Sabias que yo podía hacerte una reservacion en mis hoteles.

  — Bueno, no pude asistir a tu boda asi que llamarte para un favor asi lo vi algo innecesario. Podrías haber pensado que me iba a aprovechar de ti.

  —  Te conozco lo suficiente como para saber que lo menos que harás sera aprovecharte de mi— Le di una palmada en la espalda a mi amigo y nos adentramos en aquel hotel para tomar el ascensor que nos llevaría a su habitación.

  — ¿Como están tus padres y tu hermano?— Dijo rompiendo el poco silencio que había en el ascensor. 

  — Mama sigue en Corea y papa y yo nos encargamos de la empresa acá en China  — ¿Porque cerraron el mercadeo en Corea? — Dijo algo consternado, levante ambos hombros en respuesta y el asintió.

  — Las cosas se volvieron muy extrañas desde que mi padre se dio cuenta del engaño que mi madre le había hecho y para cuando me di cuenta ya estaba montado en un avión de regreso.

 Las puertas del ascensor se abrieron cuando el numero cinco apareció en la pantalla encima de ellas. Mi amigo no decía nada, saco la tarjeta de confirmación de su bolsa y la puerta se abrió con solo un pitido. 

  — Entra — Dijo señalando con su cabeza aquel cuarto vació.

Hice lo que el me indico y me senté en uno de los sofás vacíos que estaban frente a mi. Luhan se sentó en aquella cama y me miro fijamente.

  — Luego de que te fuiste tuve que consolarla noche tras noche. No contestabas sus llamadas ni mensajes y eso le dolió mucho. No pretendo echarte en cara nada.

  — Muy tarde — Me reí por su ultima frase— Lo estas haciendo me estas echando en cara las cosas por las cuales yo mismo me arrepiento— Me recosté a aquel sofá y pose ambas manos en sus lados— Si fuese a dar alguna explicación sobre mi hiatus, por asi decirle se las daría a ella porque es quien las merece.

  — No lo tomes a mal, Lay.

 — Empezando por ese nombre. Soy Yixing, ya no mas Lay.

  — Siempre te hemos dicho de esa forma.

 — Luhan, ya no tenemos dieciocho años. Somos adultos, hay que actuar como tal.

  — Te escucho entonces. Di lo que sientes.

 — El primer mensaje que recibí suyo fue un mes despues de irme. No pude contestarlo porque estaba con los exámenes finales, me pareció inútil contestarlo dos semanas despues de recibirlo. Su primer llamada la contesto mi representante. Luego de eso decidieron que debía dejar mi viejo numero y cambiarlo por uno nuevo.

  — Entonces esas fueron tus escusas.

Sabia que el me hacia aquellas preguntas solo para molestarme y sacarme información, si no fuese mi amigo le rompería toda su boca pero decidí controlarme. Rasque mi nuca y me levante de aquel sofá, era bastante incomoda aquella conversación y no quería perder mas tiempo en el pasado.

  — Mira, se que quieres protegerla y todo. Tal vez te sientas obligado a ayudarla porque es tu mejor amiga pero las cosas han cambiado, el tiempo es diferente y yo estoy casado— Si, esas palabras salieron de mi boca— Ya no soy el mismo de antes, pero de todas formas tengo que irme.

Camine hasta aquella puerta tratando de que todo pareciese normal, estas clase de encuentros jamas salían bien y menos si el tema de conversación era mi pasado en Corea.

  — ¿La dejarías y te irías de nuevo si hubieses sabido que te dolería tanto?— Me detuve en seco ante aquella pregunta. Inhale un poco de aire y negué con la cabeza.

  — La habría amado de igual manera.