3.- Secreto

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Un castaño de ojos miel se encontraba en el baño de su departamento arrodillado frente al W.C devolviendo la comida que hace unas pocas horas había ingerido mientras recibía regaños y burlas de su tutor.

-En serio, ¿En que demonios estabas pensando al tratar de quedarte esa comida en el estómago?

-De-Dejame... Ya bastante mal me siento como para que me estés soltando un sermón.

Dijo el castaño con esfuerzo y respiración agitada tras haber soltado lo último de la comida ingerida que quedaba en su estómago.

-Si te sientes mal es por tu culpa, sabes que si comes alimentos humanos debes sacarlos lo mas rápido posible, de otra forma solo consigues dañar tu salud.

El castaño se puso de pie antes de decir.

-No me siento mal por eso, me siento mal porque Kyoya se esforzó mucho haciendo esta comida para mi, y ahora todo su esfuerzo se fue por el inodoro... Literalmente.

Dicho esto jalo la cadena y se dirigió al lavadero para hecharse agua en la cara.

-Es lo que te ganas por formar relaciones de ese tipo con humanos... Anda, ven, te daré un poco de comida que si puedes digerir, te hará sentir mejor.

Dijo al azabache saliendo del baño, pero detuvo su paso al darse cuenta de que el Dame chico bajo su cuidado no salía.

-Oye, ¿Que esperas, Dame-Tsuna?

Cuando el ojimiel finalmente salio del baño solamente dijo mirando al suelo

-No quiero, no tengo hambre.

Reborn vio en los ojos de Tsuna (ligeramente cubiertos por el fleco de sus cabellos castaños) un vacío que lo alarmo un poco.

Tenia mala cara, de eso no había duda, pero llegando mas allá, parecía cargar con un profundo dolor, una tristeza que parecía estarlo quemando.

Sin olvidar el hecho de que la sonrisa que siempre trataba mantener no estaba.

-¿De que estás hablando? Debes de comer.

Insistió Reborn intentando hacer que su hijo sentimental entrará en razón.

-¡He dicho que no! ¡No tengo hambre! ¡Dejame en paz!

Dicho esto Tsuna se dirigió rápidamente hacia su habitación y se encerró en ella.

Se hecho en su cama y mirando al techo comenzó a pensar.

Tal vez después de todo su tutor y padre de sentimiento tenia razón.

¿En que momento pensó que podría formar lindas y sanas relaciones con los humanos?

Cuando pidió ir a la escuela no imaginaba que su vida seria tan complicada.

Sobre todo porque jamás pensó que una chica de ojos azul metálico y cabello negro se cruzará en su camino.

Jamás pensó que el día en que choco con ella por error y casi es mordido hasta la muerte sus vidas se unirian por completo.

De alguna manera esa chica le agrado, y ella lo buscaba a él.

Era duro.

Quería estar con ella.

Pero eso podía llegar a ser una tortura.

El aroma de esa chica lo cautivaba de tal forma que a veces le era difícil controlar sus impulsos naturales.

Cuando se acostumbro a ella pensó que al fin podría tener su compañía.

[KHR] Sin Importar Que Donde viven las historias. Descúbrelo ahora