11.- Amor

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Para ninguno de los dos chicos esa tarde fue buena y los motivos de eso eran obvios.

Kyoya no podía evitar sentirse traicionada a pesar de que sabía muy bien que el castaño no le había hecho nada.

Intento calmarse y considerar la situación.

¿Que tan superficiales eran sus sentimientos?

Tal vez sonaría como algo descabellado, pero a pesar de todo no podía evitar sentir lo que sentía.

Le era imposible dejar de querer al castaño.

Y por otro lado, Tsuna tenia miedo de que la pelinegra se alejara de el, aunque pensaba que tenia buenos motivos para hacerlo.

Por eso se sorprendió tanto cuando Kyoya llego al aula con un vendaje en su muñeca y se sentó a su lado en las clases del día siguiente.

Era curioso.

Eso es algo que pasaba todos los días, siempre, y aún así, específicamente ese día se le hizo tan rato que no podía creerlo.

Sin embargo, a pesar de estar juntos, ninguno le hablo al otro si no hasta la hora del almuerzo, donde, como también era costumbre, se sentaron juntos en la misma mesa de siempre.

Ahí fue donde por primera vez en el día, Tsuna se animo a hablarle un poco a Kyoya.... O al menos lo intento.

-Ky-Kyoya... Yo... Emm...

-No te traje almuerzo, si es lo que te estas preguntando... Maldición, siempre me decía que estaba bueno cuando en realidad te sabia a mierda de caballo ¿No es asi?

-N-No... Bueno... Un poco... Pero.

-Solo quédate callado.

-S...Si

El silencio siguió durante otro par de minutos, hasta que la ojiazul noto que Tsuna tenía pensado empezar a comer un pan de la cafetería.

-No lo hagas.

Dijo con autoridad.

-¿Eh? ... Pero...

-No es necesario... Solo te hará daño, ¿No es así?

Tsuna guardo el pan y se quedo viendo un rato a la chica antes de decir.

-Kyoya... Sobre lo de ayer...

-No importa... Esta bien.

Eso sorprendió y alegro a Tsuna de tal manera que no se puede describir con palabras.

¿Eso significaba que lo había aceptado?

Observó a la chica que solo tenía la mirada desviada con un casi imperceptible tono rojizo en sus mejillas.

Eso lo lleno de emoción.

-¡Kyoya!

El castaño intento abrazar a la chica, pero está lo hecho para atrás.

-Ni se te ocurra, herbivoro.

Tsuna volvió a sonreír.

Esas eran las actitudes que la pelinegra siempre tenia con el, y le gustaba mucho saber que al parecer las cosas no cambiarían.

-Por cierto... Hay algo que debes decirme.

Dijo Kyoya mirando seriamente al castaño.

-¿En serio? Creo que te conté todo ayer.

-No, hay algo que no me dijiste, algo muy importante.

-¿Uh? ¿Y que es?

Pregunto Tsuna sin entender, se sorprendió un poco al ver como las mejillas de la ojiazul se sonrojaban aún más antes de que dijera.

[KHR] Sin Importar Que Donde viven las historias. Descúbrelo ahora