22.- Vistazo

374 46 63
                                    


El camino a la casa de los Sawada fue extrañamente callado, ni siquiera las niñas decían nada, parecían... Pensativas.

De vez en cuando se miraban y sonreian con cierta complicidad, pero al final solo reían y volteaban a otro lado.

No necesitaban intercambiar palabras para saber que ambas estaban pensando lo mismo.

Durante el trayecto Tsuna explico que la razón por la cual había corrido hacia donde sintió el olor de su hermano era que se había enojado muchísimo pues creyó que algún investigador lo había convertido en maleta, y obviamente iba con la intención de matar a quien la tuviera, pero vaya sorpresa la que se llevó.   

Cuando llegaron a su departamento las niñas entraron con velocidad y corrieron a su habitación sin decir nada, solo reían levemente.

-Algo traman, estoy seguro.

Dijo Tsuna viendo el comportamiento de sus hijas.

-Dejalas, nunca crean escandolos o multitudes innecesarias.

Esta vez hablo Kyoya colgando su chaqueta en el perchero.

-¿Aquí... Aquí es donde vives?

Pregunto el rubio mirando el lugar.

-Si, aunque admito que hay alguien que me ayuda un poco con el alquiler, pero de alguna forma todos nosotros hemos logrado salir hacia delante.

-¿Nosotros?

Tsuna medito un segundo la pregunta de su hermano, y después de tomar la mano de su esposa y sonreír un poco dijo.

-Si... Todos nosotros... Siéntate, te contaré la historia.

.
.
.

-Ya veo, así que eso pasó.

Dijo Giotto deteniendo su mirada en la taza de café que su recién descubierta cuñada le había dado.

-Si... Muchas cosas (wuuu) locas han pasado ¿No es así?

-Definitivamente, me alegra saber que encontraste personas tan buenas con las que estar, quiero decir, yo estaba realmente preocupado por ti, todos estos años nunca deje de preguntarme ¿Como podrías sobrevivir sin mamá o sin mi? Pero no solo lo has logrado, si no que además creciste demasiado, como persona y físicamente, incluso estás casado y eres padre... Me siento muy orgulloso de ti Tsu.

El castaño sonrió de forma algo melancólica antes de decir.

-Gracias Nii-San... Pero dime algo ¿Que pasó contigo? Todos estos años he estado seguro de que habías muerto ese día y aun ahora me cuesta creer que estés aquí, sentado delante mío tomando café como si nada hubiera pasado.

El rubio rio un poco y comenzó a hablar.

-Es posible que me haya salvado gracias a ti, la carne de esas palomas fue la que me ayudo a sanar... Aunque... Quiero serte sincero, me duele confirmar que fuiste tu quien mató a esos investigadores.

Tsuna solo bajo la cabeza algo serio.

A veces el también se sentía un poco mal por la forma tan horrible en que mató a esos hombres.

No les dio una muerte rápido, los torturó y eliminó de la forma más lenta e insoportable que pudo, en esos momentos no pensaba en lo que hacía, solo estaba triste y desesperado por haber perdido a las personas que amaba.

[KHR] Sin Importar Que Donde viven las historias. Descúbrelo ahora