Capitulo 12

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Se acercó a una de las fotos y, cuidadosamente, limpió el polvo del vidrio con la manga. Era de una niña, de no más de nueve o diez años, con cabello claro hasta los hombros. Estaba de pie, su mano apoyada sobre lo que parecía el brazo de una silla, como si estuviera posando para un retrato formal.

Llevaba un vestido estampado y joyería fina. Pero tenía una cicatriz aserrada en la frente y había algo extraño en sus ojos.

- Se ve tan triste- dijo Lucy.

Triste era una forma de describirla. Vacía era otra.

Lucy se quedó inmóvil, con la mirada tan fija en la foto que parecía que estaba en trance. Nat no tuvo valor para decirle que, dada la cicatriz en la frente y la mirada vacía, era muy probable que a la chiquilla le hubieran hecho una lobotomía.

¿Qué clase de monstruos le harían eso a una niña tan pequeña?

La fotografía que estaba junto a esa lo sobresaltó. Mostraba a un paciente forcejeando con dos celadores vestidos con delantales blancos, y amordazado con un bozal. Uno de los celadores que lo sujetaban se veía extremadamente malvado. Nat estaba fascinado con la fotografía.

¿Quién la habría tomado?

¿Quién habría tomado cualquiera de aquellas fotos?

¿Y quién las habría colgado en la pared?

- Es difícil recordar que estaba aquí para recibir ayuda- dijo Sting.

- Estaba enfermo- respondió Nat automáticamente.

- ¿Y? ¿Esto te parece humanitario? Esos médicos no podrían reconocer el juramento hipocrático ni aunque los golpearan en la ingle.

- No tienes idea de lo que sucedía- replicó Nat

Entonces se detuvo...

¿Por qué sentía la necesidad de defender a los mismos médicos que probablemente le habían realizado una lobotomía a una niña?

¿O que se estaban preparando para torturar a un joven?

Cuando se vio con los brazos cruzados, una ráfaga de miedo recorrió su cuerpo, y se apresuró a llenar el silencio incómodo.

- Creo que debemos estar agradecidos de que se hayan hecho tantos avances en este campo desde ese entonces

- ¿Por qué las dejarían aquí?- gimió Lucy de pronto, señalando las fotografías, con el mentón tembloroso- Son... horribles.

- bueno, al menos son honestas- respondió Sting, abrazándola con un solo brazo. Lucy se sacudió para quitárselo de encima- Detesto cuando la gente trata de eludir la verdad. Y no olvidemos que esta oficina estaba cerrada

- No me importa si la cerraron- Lucy no podía dejar de mirar la imagen de la pequeña.

Nat sintió deseos de alejarla antes de que la niña vacía del marco pudiera atraparla y encerrarla en la foto.

Pero eso era ridículo, por supuesto

- Ella no debería estar aquí. Debería llevarla a un lugar seguro.

Lentamente, Lucy levantó ambas manos y retiró el marco de la pared, un área más clara mostraba dónde había estado. Lucy abrazó la fotografía contra su pecho, envolviéndola con sus brazos con actitud protectora

- ¿Qué haces?- dijo Nat, sin poder controlarse.

- Voy a llevarla a mi habitación. Estará a salvo allí.

- No puedes llevártela, Lucy- dijo Nat, tratando de disimular su desesperación- Se supone que debe estar aquí. Tienes que dejarla en paz.

Lucy estaba a punto de decir algo más, cuando Sting dio su opinión.

- Oigan, relájense los dos. No es como si la conocieras, Lulu. Deberías volver a ponerla en la pared. Alguien podría notar su ausencia

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