Capitulo 7

337 38 8
                                    

Un poco decepcionado era quedarse corto.

Igneel, su padre adoptivo, había logrado ingresar a la Universidad gracias a una beca deportiva de béisbol, y lo había presionado para que jugara beisbol cuando era niño, y después para que participara en las ligas juveniles, hasta que Nat finalmente había admitido que prefería ir al campamento de ciencias

- Bueno, si estás aquí no puede estar tan decepcionado. Hay que ser un "cerebro" solo para que te acepten...- Lucy se interrumpió y comenzó a saludar enérgicamente con la mano a un chico que caminaba hacia ellos.

El adolescente se aproximaba despreocupadamente entre el juego de frisbee, ignorando a los estudiantes que le gritaban que se quitara de en medio.

Nat observó a Lucy y a su amigo y sintió que se le hacía un nudo en el estómago, aunque no tenía ningún derecho sobre la chica (la había conocido hacía diez minutos), le entusiasmaba pensar que había encontrado a alguien que estaba sola en el curso, como él.

Y ahora no podía evitar mirar al desconocido, con su cabello y su rostro melancólico y su atuendo cool, y pensar: Bien, no puedo competir con eso.

- ¿Qué hay de nuevo, nerds?

- Sting, sé amable- dijo Lucy, alzando la mirada- el es Nat... Nat, él es Sting y te juro que no es un idiota.

- Nop- dijo Sting- Solo un cretino. ¿Qué tal, Nat? ¿Te estás adaptando bien al campamento para cerebritos?

Traía unos lentes modernos y un pañuelo verde atado holgadamente alrededor del cuello, Nat sintió envidia de la barba crecida del chico; su propio vello facial crecía de forma irregular.

- En serio, Sting. ¿A quién tratas de impresionar? Lo siento, Nat, solo está fanfarroneando, nos conocimos por casualidad en el autobús cuando veníamos para acá y, en realidad, es una persona agradable cuando lo conoces mejor- Lucy soltó un chillido cuando Sting la abrazó por un costado.

Nat sintió un fuerte deseo de apartar la mirada, no necesitaba que le restregaran sus arrumacos en la cara.

- Bueno, bueno: empecemos de nuevo- Sting dio un paso hacia atrás, se frotó las manos y acomodó sus lentes- Soy Sting, encantado de conocerte. Ahora deja de fulminarme con la mirada; ella no es mi tipo, ¿está bien?

- ¡Por Dios, Sting, con eso no has mejorado nada! -resoplando, Lucy se encogió tratando de esconder el rubor que estaba invadiendo sus mejillas.

- Lo siento, Lucecita, es muy fácil molestarte.

Nat debió haberse perdido algo porque, de repente, los otros dos estaban riendo a carcajadas y él no entendía nada.

Su confusión debió reflejarse en su rostro, porque Lucy miró a Sting y él, alzando la mirada, explicó en un tono que hizo sentir a Nat como un niño de cinco años

- Soy gay, por eso Lucy no es mi tipo.

- Ah. Sí. Claro.

A Nat no le importaba que Sting fuera gay, pero sabía que cualquier cosa que tratara de decir ahora para defenderse sonaría estúpida, Lucy y Sting ya habían cambiado de tema; estaban conversando y bromeando, relajados, y de pronto Nat se sentía como un intruso.

Si se habían vuelto amigos tan íntimos en el lapso de un viaje en autobús, seguramente no tendrían problemas para hacer más amigos, amigos menos almidonados y cabezas huecas que Nat.

El AsiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora