Capitulo 9

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Nat los encontró esperando al pie de la escalera. Una llamada de sus padres casi había logrado que llegara tarde, pero cuando les aseguró a Igneel y a Grandine que había llegado bien y que sus amigos Sting y Lucy lo estaban esperando abajo, su madre lo había dejado ir con una pequeña exclamación de felicidad.

Detrás de Sting y Lucy, algunas de las luces del vestíbulo titilaban. Sting estaba apoyado sobre una de las grandes columnas blancas que sostenían el arco. Saludó a Nat desde lejos con una mano cuando lo vio acercarse, mientras balanceaba una linterna en la otra.

Lucy traía una sudadera de color turquesa y se había atado el cabello en una cola de caballo.

- Hola- susurró, mirando alrededor-  Vimos pasar a un prefecto hace unos minutos, pero a nadie más desde entonces. ¿Estás listo?

Nat asintió y se sumó a sus amigos bajo el arco. Sting probó la linterna, dirigiendo la luz hacia cada uno de ellos.

- Última oportunidad para regresar y hacer algo sensato. Como beber en mi habitación y mirar Thundercats.

Lucy arrugó la nariz y lo golpeó suavemente en el hombro.

- No vas a echarte atrás ahora. Además, podemos hacer eso después.

- Te tomo la palabra- murmuró Sting, siguiéndolos hacia el pasillo sombrío y silencioso- porque definitivamente voy a necesitar un trago después de esto.

Nat entendía a qué se refería. Ahora que estaba ahí, sentía tantos nervios que casi estaba mareado.

No era una sensación precisamente agradable, pero era mucho mejor que el tipo de ansiedad a la que estaba acostumbrado

Caminaron sigilosamente por el pasillo desierto, pasando frente a una cartelera de corcho con avisos y actividades, máquinas expendedoras y un elevador desvencijado que no funcionaba.

A medida que avanzaban había menos luces, y para cuando llegaron a la puerta de la vieja oficina se encontraban casi en total oscuridad. Sting elevó la linterna para iluminar la puerta y a Nat se le fue el alma a los pies: estaba claramente cerrada con un candado.

Y el cartel que Leo había mencionado resultó ser un anuncio que decía "PROHIBIDA LA ENTRADA" escrito con letras rojas y de aspecto serio.

- Creí que se trataba de una situación de acceso fácil- susurró Sting

- Les juro...- ¿Leo le habría mentido? ¿Con qué objeto?- Deben haberse dado cuenta de que los estudiantes estaban entrando y la cerraron. Maldición. Lamento haberlos arrastrado hasta aquí.

- Bueno, bueno; no te pongas tan triste-  dijo Sting

Quién sacó un clip de su bolsillo y comenzó a enderezarlo, cuando terminó, metió un extremo en el candado y comenzó a moverlo suavemente

- Solo espero que sepan que me deben mucho más que Thundercats por esto- dijo el rubio con una sonrisa

- Muy impresionante- susurró Nat

Había visto forzar cerraduras en televisión, pero no se comparaba con la adrenalina de ver a alguien hacerlo en la vida real.

- También puedo hacerlo con una horquilla- Sting sonrió, deteniéndose un momento.

- ¿Pueden bajar la voz?- Lucy miró por encima de su hombro.

- Tu respiración se escucha más que nuestra conversación- Sting se mordió el labio inferior con un suspiro impaciente y el candado temblando en sus manos.

- Tal vez podrías apresurarte un poco más-murmuró Nat

- Lo hago tan rápido como puedo. Esto es un arte. No se puede apresurar el arte —pequeñas gotas de sudor aparecieron en su frente, humedeciéndole las puntas del flequillo—. Solo... casi... 

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