Capítulo 2

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Le habían resultado extraño que no hubiera fotos de Fairy Tail en el sitio web, pero cuando el taxi doblo la esquina y pudo ver el edificio, entendió la razón.

No importaba que la Universidad hubiera pintado recientemente las paredes exteriores o que un jardinero emprendedor hubiera exagerado un poco plantando montones de alegres y coloridas hortensias a lo largo del camino: Fairy Tail se alzaba impotente al final de la calle, como una advertencia.

Nat nunca había creído que un edificio pudiera resultar amenazador, pero Fairy Tail tenía ese efecto y más... hasta parecía estar observándolo.

"Regresa ahora" susurro una voz en su cabeza

Nat se estremeció y comenzó a imaginar como debían haberse sentido los pacientes del manicomio en los viejos tiempos, cuando los ingresaban.

¿Sabrían lo que estaban sucediendo?

¿Algunos de ellos habrían tenido esa misma sensación de pánico, o estaban demasiado fuera de sí para comprenderlo?

Sacudió la cabeza, eran pensamientos ridículos...el era un estudiante, no un paciente y como les había asegurado a Igneel y Grandine, Fairy Tail ya no era un manicomio; había cerrado sus puertas en 1972,cuando la Universidad lo compro para crear una residencia mixta, con baños comunitarios y diseño funcional.

- muy bien, ya estamos aqui- dijo el taxista, aunque se había detenido a unos diez metros de la entrada.

Tal vez Nat no era el único a quien ese lugar le provocaba sensaciones extrañas, de todos modos, busco su dinero y le entregó tres de los billetes de veinte que sus padres le habían dado

- que dese con el cambio- dijo mientras se bajaba del automóvil

Algo acerca de arremangarse y tomar sus cosas de la cajuela hizo que finalmente, el día se sintiera real.

Un chico con una gorra azul pasó cerca de el, cargando una pila de comics gastados., Nat sonrió...

"Mi gente" pensó

Entro en la residencia, durante las siguientes cinco semanas, este sería su hogar.

Si en la escuela de Nat un BMW nuevo en el estacionamiento te concierte en un triunfador, los productos marca Apple y poseer grandes cantidades de libros tenían el mismo efecto en el CPNH.

Así de suponía que debían llamar al programa, como Nat descubrió rápidamente, los estudiantes universitarios voluntarios que entregaban las llaves de las habitaciones y ayudaban a los adolescentes a instalarse repetían constantemente "¡Bienvenidos a Sabertooth!", y cuando el lo llamó "Colegió Preparatorio Sabertooth", lo tiraron como si fuera simpático pero un poco lento.

Nat subió las escaleras de la entrada y se encontró en un gran vestíbulo, la enorme araña de cristal no conseguía vencer la oscuridad que creaba el recibimiento de madera y los espacios atiborrados de muebles.

A través de un enorme arco al otro lado de la entrada, vio una gran escalera con pasillos a ambos lados que conducían al interior del edificio, ni siquiera el ajetreo de los estudiantes que entraban y salían contribuyó a dispar el sentimiento de desazón.

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