Capítulo 12: Recuerdos y despedidas

783 75 8
                                    




Lo que vi allá, fue...



Como extrañaba abrazar a mi abuelo, siempre fue una persona muy amable y la única capaz de hacerme sentir una infinita paz con solo una sonrisa. Verlo a la salida del aeropuerto fue emocionante, siempre se dio tiempo para mí incluso cuando tenía que trabajar en la empresa. Sólo espero que Reborn no se enfade conmigo cuando se entere que vine sin avisarle, pero decidí dejar todo de lado y disfrutar de la compañía de mi abuelo Timoteo. Me dio un pequeño recorrido por aquellas tierras lejanas antes de llevarme a la mansión, me sentía muy incómodo siendo atendido por tantas empleadas pero así era esa vida, de cierta forma comprendía los motivos de mi padre para dejar todo eso y vivir tranquilo en Namimori. ¡Eso era tan estresante! Ni siquiera puedo imaginarme como mi tío aguanta todo eso con el carácter que se trae. A Reborn no le gusta la ineficiencia ni el murmullo de mucha gente, aunque si lo pienso un poco... estaría perfecto ante tanta atención y mandando a cuanta gente pudiese, es un buen líder, no por nada administra los negocios en el extranjero, es un perfeccionista sin igual

Disfruté mucho la comodidad de aquella cama y el cuarto enorme que tengo a mi disposición. Recorrí la mansión siempre platicando con cada sirvienta o trabajador del lugar, me llevo bien con todos y ellos siempre fueron amables conmigo. Me gusta ver que la gente respetaba a mi abuelo y quería saber por qué, debe haber algo escondido detrás de tanta fidelidad. Así que le pedí que me explicara la razón por la cual deseaba que yo me hiciera cargo de todo y con una enorme sonrisa aceptó hacerlo, ese era mi abuelo



-sabes... tu padre no tenía confianza y tampoco talento para tratar con todo esto – mi abuelo sonreía mucho, era contagioso... tal vez me lo heredó – cuando se fue, no le recriminé nada, después de todo yo también sabía que él no aguantaría esto. Iemitsu es un alma libre al igual que tu madre

-ellos siempre han sido así – ¿y cómo negarlo? mis padre siempre eran... bastante impulsivos

-te llevaré a recorrer la empresa y lo demás, así verás que no es tan simple

-me parece perfecto, necesito aclarar mis dudas antes de decidirme – sonreí alegre al ver la emoción en el rostro de mi abuelo



Me llevó a la empresa en un auto de la familia, debía reconocer que las comodidades eran agradables. Recorrimos los pasillos con mucha calma e incluso me puse ese traje tan formal que incomoda, pero que mi abuelo dice que es necesario. Saludamos a muchos y me presentó a los altos cargos, los cuales eran personas de la total confianza de mi abuelo, me sentía fuera de lugar pero resistí. Tratar con esas personas era la razón por la que no quería entrar a los negocios, no soportaría tanta formalidad, era agotador. Después simplemente hizo que me cambie para ir al pueblo, parecíamos personas normales entre tanta gente y con la ropa simple que usábamos en verdad lo parecía. Eso me gustaba más, sin presiones y sencillez. Conocí cada trabajo que las personas hacían, fuimos al mercado e incluso visitamos algunas escuelitas



-la gente aquí trabaja mucho, es humilde y no piden mucho. Les basta con tener dinero para cuidar de su familia – mi abuelo tenía una enorme sonrisa cuando me hablaba de ellos

-me gusta esto – me encantaba saber que las personas estaban bien asentadas, sin problemas

-¿sabes de dónde viene todo esto? Los alimentos, la madera, la leche, el queso

-no lo había pensado

-viene del campo – era obvio así que me sonrojé por mi respuesta fuera de lugar y mi abuelo se la pasó molestándome todo el camino. En aquel pueblito, jugué con varios niños en el lugar y mi abuelo parecía muy contento – las escuelas las construyeron los propios habitantes y los maestros al principio venían de otras ciudades

Ayudándote a superar tu claustrofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora