Capítulo 22: Finalmente libre

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En la actualidad...



—me escapé como pude, cada vez que ese sujeto me encontraba. Varias veces me dio a entender que no podía contactarme con nadie, ya que los usaría para dañarme – el joven castaño se mantenía serio mientras las palabras salían con calma. Evitaba ver los rostros de los presentes

—un mes de persecución... pudiste llamarnos en cuanto te diste cuenta que querían hacerte daño – regañó Reborn, pero su sobrino ni siquiera se inmutó

—tuve muchas cosas que hacer en ese tiempo

—¿cómo lograste ocultarte? – Hibari se sentó en uno de los sofás mientras cruzaba sus brazos, todavía faltaba saber muchas cosas acerca de ese escape – tratamos de localizarte y jamás nos daban pistas claras

—digamos que tuve un buen maestro – el castaño sonrió débilmente mientras jugaba con sus dedos – además jamás me encontrarían buscándome por Tsuna, yo... me convertí Antonio, un hombre que tenía un hijo pequeño. Además, es fácil usar diferentes tonalidades pasajeras para el cabello. Ocultarse fue simple

—aun me falta saber cómo demonios sobreviviste este tiempo. Tenías al pequeño contigo – el hombre de patillas caminaba despacio en la habitación – escuchamos que pasaron hambre y frío... estás delgado. Demasiado maltratado para mi gusto

—hice muchas cosas para obtener los recursos que necesitaba – explicó Tsuna mientras se acercaba a la ventana para tomar un poco de aire – Fuuta era mi prioridad. Trabajé en lugares en los cuales te pagaban por día, campos, construcciones... muchos ofrecen algo de dinero por algunas cosas

—estás siendo ambiguo Tsuna – reprochó el pelinegro mientras se quitaba la fedora y tomaba la grabadora revisando que aún tenía suficiente espacio – quiero saber detalles

—no quiero decirlos – el castaño se tensó al enfrentar la mirada de su tío – me niego, no quiero recordar eso

—ahora tengo más curiosidad dame-Tsuna. Debes sincerarte para que te ayudemos

—... — Tsuna permaneció en silencio, observando con disimulo la mirada metálica que estaba atento a sus acciones – conseguí dinero de muchas formas diferentes, pasé hambre cuando no me alcanzaba. Para perder al tipo que me seguía, tenía que dormir en lugares inapropiados

—explícate Tsuna – por la mirada de su sobrino sabía que había más que esas simples palabras

—si estaba en público o me registraba en una posada, por más humilde que ésta fuera, el tipo lograba encontrarme – se alejó de su tío evitando ser presionado demasiado – muchas veces recurrí a dormir en la calle o debajo de algún puente

—eso es inaceptable – Hibari se levantó para seguir el juego de investigación – debiste contactarnos

—si les molesta que optara por deambular como un vagabundo... deberían saber que tampoco quise hacerlo – se enfrentó a los mayores – pero tenía cosas que resolver

—¿acaso no confías en nosotros?... somos tu familia

—lo sé, Reborn... pero hay muchas cosas que solo yo podía hacer. Si me aparecía aquí como el heredero, todos hubiesen enfrentado muchos problemas

—¿cómo cuáles?

—los que me buscan, no son simples delincuentes – se explicó mirándolos con seriedad – tenía que desaparecer para encontrar al culpable. Decidí hacerlo solo, necesitaba solo cuidar de Fuuta y de mí. Me volví una insignificante hormiga... pero tenía mis razones

Ayudándote a superar tu claustrofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora