Siempre Te Amé (Sasunaru)

Capítulo 21. ¿Deidara doncel?

Narra Naruto

Al día siguiente, nuevamente el hermano de Sasuke y su amigo nos habían venido a visitar. Ellos estaban hablando tranquilamente en la primera planta, yo estaba en la segunda alistandome para ir al hospital. Agarré mis cosas y bajé escuchando sus risas.

—Sasuke, ya me voy. Itachi, Deidara, cuidenlo, ¿si? —sonreí

—Claro que lo haremos.

—Yo iré contigo, así les dejaremos un rato entre hermanos, deben tener muchas cosas de que hablar. —sin dejarme espacio para responder, este chico salió de la casa

Lo seguí cerrando la puerta, al menos no estaré tan solo en el día.

Llegamos al hospital y fui a dejar mis cosas al tercer piso, seguidamente fui a una de las habitaciones para revisar a uno de mis pacientes.

—¿Qué tenía? —me preguntó Deidara al verme salir

—Había que hacerle una operación de alto riesgo, pero logró sobrevivir, sus familiares están de la sala de espera, siempre vienen todos los días para esperar respuestas.

—¿Irás a decirles?

—Claro que si, se pondrán muy felices. —siempre adoraba la parte en que debía dar las buenas noticias

Deidara me seguía unos cuantos pasos atrás, en la sala de espera solo había una señora y una niña.

—¿Señora Mizuki? —dije acercándome a ambas mujeres

—¡¿Cómo está mi hijo, doctor?! ¡¿Ya tiene noticias?!

—No se preocupe, él...

—¡ESTA MUERTO SEÑORA! —gritó Deidara

—¡¿Qué?!

—¡Deidara!

—¡TUVO UNA MUERTE HORRIBLE! ¡TODOS SUS SERES QUERIDOS ESTÁN MURIENDO, Y PRONTO SERÁ ESA NIÑA! —alzaba las manos de forma dramática

—¡Cállate! —el golpe que le di lo hizo callar —Su hijo está bien, señora, la operación fue exitosa.

—¡¿Esta seguro?!

—Si, claro que estoy. Ignore a este chico.

—Gracias al cielo...

—Podrá pasarlo a ver en unos minutos. —dije con una sonrisa amable

Me devolví con Deidara hacia el tercer piso, ya veía una mala idea el hecho de dejar que viniera.

—¿Por qué hiciste eso? No es la idea tener más pacientes.

—Estaba aburrido. ¿Sabes?, hace tiempo mi madre era doctora, un día fui con ella... luego de ese día no pude volver a pisar el hospital, la verdad no sé porque. —caminaba con las manos detrás de su nuca

—Ya lo imagino. —el tic en mi ojo era muy notorio

Noté un leve balanceo a mi derecha, me giré para agarrar a Deidara antes de que cayera al suelo.

—Oye, ¿te sientes bien?

—Si si, desde que salimos de casa me dolía un poco la cabeza, no es nada.

—Vamos a mi oficina para que te acuestes en el sofá.

Narra escritora

En la casa del Uchiha menor, ambos hermanos habían gozado de una charla que no tenían hace años.

—Así que... ¿ya lo recordaste?

—Sí, bueno... no del todo, pero si la mayoría.

—¿Y que esperas para pedirle... ya sabes? —dijo con un movimiento de su dedo anular